Presidentes de los Sindicatos Libres de Barcelona, en 1922

Presidentes de los Sindicatos Libres de Barcelona, en 1922Wikimedia

Historias de Cataluña

El polémico líder carlista que unió a 200.000 obreros tradicionalistas en los «sindicatos libres» de Barcelona

Sus defensores ven a Ramón Sales como un héroe; sus detractores, como el líder de un grupo dedicado al terrorismo de Estado

La Unión de Sindicatos Libres (USL) nació en octubre de 1919, a raíz de una reunión celebrada en el Ateneo Obrero Legitimista, en la calle de la Tapinería de Barcelona. En ella participaron Pedro Roma, Miguel Junyent y Salvador Anglada, y la intención era crear un sindicato desvinculado de la CNT.

Entre las personalidades del tradicionalismo que asumieron cargos directivos en el nuevo sindicato, destacamos a: José Baró, Jorge Bru, Estanislao Rico, Santiago Brandoly, Domingo Farrell, Juan Laguía, Feliciano Baratech y Manuel Puyuelo, entre otros. El presidente y líder del sindicato fue Ramón Sales Amenós.

Desde su fundación hasta el año 1923, la USL sufrió la amenaza del terrorismo anarquista. La causa era el fuerte arraigamiento de éste sindicato dentro de la clase obrera y, en particular, dentro de los militantes o simpatizantes tradicionalistas. Como consecuencia del terrorismo anarquista, perdieron la vida 53 dirigentes sindicales. Sin embargo, en 1923 había 200.000 personas afiliadas a los Sindicatos Libres.

Al proclamarse la II República, Sales tuvo que exiliarse. Desde Francia, en 1935, quiso reorganizar los Sindicatos Libres, con antiguos dirigentes tradicionalistas. Su tiempo había pasado y sólo pudieron consolidarse dentro del núcleo urbano de Barcelona y los alrededores de la ciudad.

La guerra civil y el asesinato indiscriminado de sus afiliados dieron fin a los Sindicatos Libres. Como escribe José Luis Orella:

El Sindicalismo Libre fue una experiencia nacida en la base obrera carlista que consiguió expansionarse al defender los intereses profesionales de los trabajadores, pero que no contó con la ayuda de sus afines conservadores, que siempre vieron peligrosamente revolucionario por su origen, poco cómodo.

En su final, el sindicato no pudo luchar contra sus rivales y las autoridades republicanas, especialmente Companys, quien fue el más empecinado en aniquilarlos. Finalmente la guerra aniquiló a sus últimos miembros en las luchas por Barcelona, hasta la hora de la Liberación.

Un líder controvertido

Ramón Sales Amenós nació en La Fuliola (Lérida) en 1893. Fue una figura clave, aunque controvertida, en la historia del movimiento obrero español y catalán de las primeras décadas del siglo XX. Militante carlista y fervoroso católico, su nombre está intrínsecamente ligado a la fundación y liderazgo de los Sindicatos Libres. Se trasladó a Barcelona siendo joven y comenzó a trabajar como dependiente de comercio. Su profunda fe católica y su militancia en la causa tradicionalista modelaron su visión del mundo y del conflicto social.

A diferencia de los grandes sindicatos de clase, que proponían la revolución social o la lucha de clases, Sales y otros como él, asociados al Ateneo Obrero Legitimista, creían en una fórmula de sindicalismo católico y nacional-sindicalista basada en la armonía social, la defensa de la moral cristiana, y la subordinación de la economía a principios corporativos y tradicionales.

Ramón Sales, en una imagen de archivo

Ramón Sales, en una imagen de archivoWikimedia

Inicialmente, tuvo una breve militancia en el Sindicato Mercantil de la CNT, pero la profunda brecha ideológica lo llevaría a buscar una alternativa. Este fue el origen de la USL, que surgieron con el objetivo declarado de oponerse a la tiranía y al antipatriotismo de la CNT.

Su modelo de organización era vertical y anticlasista, buscando la colaboración entre el capital y el trabajo, y se posicionaron como un dique de contención contra el anarquismo y el comunismo. Sales se convirtió en su principal líder y figura pública. La organización creció rápidamente, en parte gracias al apoyo explícito o tácito de la patronal catalana y de las autoridades gubernamentales.

Entre las autoridades debemos destacar al gobernador civil de Barcelona, el general Severiano Martínez Anido, figura central en este contexto, ya que se le acusa de auspiciar el pistolerismo de los Sindicatos Libres como una forma de terrorismo de Estado contra la CNT, aplicando la Ley de Fugas.

Violencia entre sindicatos

El enfrentamiento con la CNT fue brutal. Los Libres reclutaron a menudo a individuos para formar sus propios grupos de acción, llevando a cabo una guerra abierta de asesinatos y atentados contra sus rivales anarquistas, lo que contribuyó a la espiral de violencia que caracterizó la vida social de Barcelona en esa época.

Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), los Sindicatos Libres gozaron de un periodo de gran influencia. El régimen primorriverista adoptó un modelo corporativo para regular las relaciones laborales, y los Libres se integraron en las estructuras de la dictadura, ganando una posición de privilegio frente a la CNT, que fue perseguida.

La proclamación de la II República Española en 1931 supuso un revés para los Sindicatos Libres. Sus vínculos con el carlismo y la Dictadura los hicieron impopulares. Lluís Companys, como gobernador civil de Barcelona, firmó el llamado Pacto del Hambre, un acuerdo por el cual la patronal, la CNT y la UGT acordaron no contratar a miembros de los Sindicatos Libres, que fueron marginados e incluso sufrieron la incautación de sus bienes.

Al estallar la guerra civil, los miembros de los Sindicatos Libres se convirtieron en objetivo de la represión republicana. Ramón Sales Amenós fue asesinado en Barcelona la medianoche del 1 de noviembre de 1936. Posteriormente su cuerpo sin vida, o agonizante, lo trasladaron al cruce de las calles Consejo de Ciento con Villarroel, ante el edificio de la Soli. Encadenaron los pies y las manos de Sales a cuatro camiones. Acto seguido emprendieron la marcha, en direcciones distintas. Ramón Sales acabó descuartizado.

Para sus defensores, Ramón Sales fue un héroe que se atrevió a plantar cara al anarquismo ateo y revolucionario, defendiendo los valores cristianos y la paz social a través de una organización obrera alternativa. Para sus detractores, fue el líder de un sindicato amarillo y pistolero, al servicio de la burguesía y del Estado represivo, cuya principal función fue el terrorismo antisindical para desmantelar el movimiento obrero revolucionario en Cataluña. En definitiva, la figura de Ramón Sales Amenós no puede entenderse sin el turbulento contexto de la Barcelona de principios de siglo.

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