Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Senado

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el SenadoEFE

Elecciones 28-M  El duelo en la Comunidad Valenciana mide las fuerzas de Sánchez, Feijóo y Díaz de cara a las generales

Mientras que el popular ha apoyado en numerosas ocasiones a Mazón, el socialista ha preferido el autobombo a respaldar a Puig y la líder de Sumar ha cabreado con su doble estrategia tanto a Compromis como a Podemos

Igualdad. Ese rasgo es lo que pronostican todas las encuestas sobre las elecciones que hoy se celebran en la Comunidad Valenciana. Con 99 diputados y una mayoría absoluta establecida en cincuenta, no hay sondeo que prevea que el actual tripartito o el bloque de centro-derecha superen los 52 escaños.
La presidencia de la Generalitat dependerá, a priori, de un puñado de votos. Esta tópica frase cobra todo su sentido con las urnas ya abiertas, puesto que todos los escenarios están abiertos, se prevé un recuento tan tenso como ajustado y, por tanto, hasta el último momento no se sabrá si el Ejecutivo autonómico lo seguirá liderando el socialista Ximo Puig o si, por contra, le sucede el popular Carlos Mazón.
Además de la presidencia regional, están en juego tanto las capitales de provincia –Alicante es donde Luis Barcala cuenta con más opciones de repetir–, como otras ciudades importantes como Gandía, Torrente, Villarreal o Elche, entre otras. Sin embargo, estas elecciones en la Comunidad se van a analizar como un espejo de lo que puede suceder en diciembre tras los comicios de carácter general. Es cierto que, institucionalmente, hoy se decide el poder local y buena parte del autonómico, pero también se levantan las cartas de cara al palacio de la Moncloa y los líderes nacionales son los primeros que lo saben.
Tanto durante los catorce días legales de campaña como en los meses previos, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz, Ione Belarra y demás se han dejado ver por la Comunidad en más de una ocasión. Con más de cinco millones de habitantes de los que más de tres tienen derecho al voto, este aspecto no es de extrañar.

Sánchez obvia a Puig

Empezando por el presidente del Gobierno, Sánchez ha viajado un total de cuatro veces en un mes entre las tres provincias valencianas. Concretamente, ha organizado un mitin en Castellón, otro en Alicante y un par en Valencia. A ello habría que unirle la Conferencia Municipal del PSOE –celebrada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias– y otro mitin en el mes de diciembre.
Si se compara con Madrid, la agenda del jefe del Ejecutivo llama poderosamente la atención, puesto que en la capital nacional tan solo ha celebrado un acto, el del pasado jueves 25. Y, si cabe, cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que la candidata a la alcaldía de la Villa es Reyes Maroto, quien hasta hace escasas semanas ha sido su fiel ministra de Industria, Turismo y Comercio.
Un aspecto a resaltar de Sánchez no solo en las visitas a la Comunidad sino en la inmensa mayoría de España ha sido la casi nula mención a los candidatos municipales y autonómicos. No solo son los que se están jugando su futuro en estas elecciones, sino que, para colmo, son sus anfitriones. Aún así, el líder socialista esta campaña esa papeleta la ha venido solucionando con un par de rápidas menciones de las que marca el más laxo de los protocolos. El resto, Gobierno y más Gobierno. Anuncios y más anuncios.
Es cierto que la relación entre Puig y Sánchez no existe, pero ni siquiera por el peso demográfico que la región representa y por todo lo que hay en juego, el presidente del Gobierno ha sido capaz de respaldar activamente al valenciano más de lo mínimamente estipulado.
Por contra, Alberto Núñez Feijóo ha visitado la Comunidad en numerosas ocasiones. Celebró un multitudinario mitin en diciembre e hizo lo propio con la Intermunicipal de febrero. Pero, sin duda, el acto que quedará en su memoria fue el lleno que el pasado domingo, a tan solo una semana de comenzar a votar, consiguió en la plaza de toros de Valencia. El coso levantino vio cómo se superaron con creces los diez mil asistentes, algo que supuso una inyección de moral a un Partido Popular que toca con la punta de los dedos para volver a estar al frente de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia. Feijóo, sin duda, no pudo tener mejor talismán.
La importancia qué Génova da al 28-M en la Comunidad se demuestra con la implicación personal del líder de la oposición. Si el domingo 21 estuvo en la plaza de toros, este jueves volvió a la capital regional para participar en tres actos en una sola mañana y el viernes, día del cierre de campaña, lo empezó en Alicante, tierra natal de Carlos Mazón y provincia clave para decantar la balanza autonómica.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, conversan durante un evento.

Ximo Puig y Carlos Mazón conversan durante un eventoEFE

En cuanto a Yolanda Díaz, su papel ha sido, cuanto menos, llamativo. Su proyecto Sumar y sus todavía no confirmadas adhesiones le han llevado a representar un papel sin precedentes. La muestra más evidente se pudo ver este jueves. En un mismo acto, la ministra de Trabajo era la protagonista. Hasta él acudieron el alcalde de Valencia y candidato a la reelección, Joan Ribó (Compromís), pero también la aspirante de Unidad Podemos (UP), Pilar Lima.
Hasta ese momento, nada raro... Hasta que Díaz pidió activa y explícitamente el voto para Ribó, lo que produjo la repentina espantada de la podemita, que se excusó en que tenía una entrevista. Lo cierto es que la fractura en la ultraizquierda viene porque la vicepresidenta segunda sigue nadando entre dos aguas. De hecho, su candidato a la presidencia de la Generalitat es Héctor Illueca, del partido de Iglesias, Belarra e Irene Montero.
El problema para Díaz puede ser doble. A tan solo seis meses de unas elecciones generales y con un proyecto sin implantación territorial –no se sabe si es partido, coalición o agrupación de electores–, puede verse el lunes con que su candidato a la alcaldía de Valencia y actuar regidor salga del cargo.
Igualmente, su apuesta regional, UP, puede quedarse fuera del próximo Ejecutivo valenciano. Esta circunstancia podría darse tanto porque PP y Vox sumen cincuenta o más escaños y los morados entren en el parlamento o, simplemente, porque los comunistas no logren el 5 % de los votos en toda la Comunidad y no tengan representación en el hemiciclo. En ambos casos, Díaz estará en la picota.
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