Un fulminante y devastador incendio en un edificio de viviendas de catorce plantas en València, que se ha propagado a otro anexo, ha causado este jueves cuatro muertos y se busca a otras diecinueve personas que están desaparecidas y a quienes sus familiares no han logrado localizar desde que comenzó el fuego. En la imagen la fachada principal de los edificios incendiados. EFE/Manuel Bruque

El fulminante y devastador incendio en un edificio de viviendas de catorce plantas en ValenciaEFE / Mnauel Bruque

El incendio de Valencia, en cifras

Según informa el Ayuntamiento, 214 personas ya están realojadas tras un dispositivo en el que intervinieron 300 bomberos y se puso en marcha un equipo psicosocial sin precedentes

Con las llamas prendiendo en el edificio de la avenida Maestro Rodrigo aún en la retina de todos los valencianos en particular y españoles en general en el recuerdo, las administraciones llevan días puestas al servicio de los afectados. Con diez muertos, las autopsias ya se han realizado y, por tanto, los trabajos van dirigidos a saber las causas del fuego y en reparar, en la manera de lo posible, las vidas de los damnificados.
Pesquisas a un lado, el trágico suceso vivido en el barrio de Campanar arroja no pocas cifras. La primera es la de las citadas diez víctimas mortales, lo que convierte al 22 de febrero de 2014 en una fecha fatídica, seguida por el accidente en el Metro en 2006 y, años atrás, de lo sucedido en el Puerto levantino. 14 han sido las plantas que ardieron a una velocidad descontrolada, dejando en cenizas cientos de viviendas.
A día de hoy son 134 las familias que ya están realojadas en un edificio de nueva construcción y de titularidad púbica por parte del Ayuntamiento de Valencia. Ubicado en el barrio de Zafranar, a escasos dos kilómetros de la finca siniestrada, el Consistorio informa que ya se encuentran en el inmueble un total de 214 damnificados, de los que 176 son adultos y 38 son menores de edad.

Gran despliegue psicosocial

Asimismo, más allá de las cifras propiamente dichas, hay un número uno. Se trata de Julián García Antón. Era el conserje del edificio y que, sin él quererlo, se convirtió en héroe anónimo porque, cuando vio el fuego indicándose, subió puerta por puerta para avisar a sus vecinos con tal de que bajaran. Tanto es así, que la Generalitat Valenciana, tal como señaló su presidente, Carlos Mazón, ha decidido concederle su Distinción por su labor en esos días: «Pasé mucho miedo», asegura el portero.
Además, en las labores de extinción participaron un total de 300 bomberos, tanto pertenecientes al Ayuntamiento de Valencia como a la Diputación provincial. A ellos se sumaron 255 efectivos de Policía Local. Entre ambos cuerpos atendieron 996 servicios.
Por otra parte, la atención a las víctimas fue primordial. Buena muestra de ello es que hubo un equipo psicosocial formado por 16 psicólogos y 21 técnicos municipales con varias especialidades, así como otros cinco responsables del Ayuntamiento correspondientes a los Servicios Sociales.
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