Interior de la capilla Alfonso el Magnánimo, en el Centro Cultural de la Beneficencia, Valencia
El rincón secreto de Valencia: una capilla neobizantina escondida dentro de un centro cultural
El edificio de La Beneficencia pasa desapercibido para gran parte de los turistas, pero se trata de un convento del año 1520 que ha sido restaurado y guarda un interior que nada tiene que envidiar a los palacios burgueses
Valencia está repleta de monumentos y atractivos turísticos muy conocidos, que la convierten en una de las ciudades que más viajeros atrae de toda España. A pesar de sus zonas concurridas y más frecuentadas, la capital del Turia esconde algunos rincones secretos no tan conocidos y que no salen en la guía. Y es que dentro de un centro cultural se oculta una antigua capilla neobizantina apenas visitada.
Esta joya se encuentra en el interior de la hoy conocida como sala Alfonso el Magnánimo, que nada tiene que envidiar al interior de los palacios o edificios burgueses más importantes de la ciudad. Está ubicada en el Centro Cultural de la Beneficencia, en el número 36 de la Calle Corona, en el conocido barrio del Carmen, en pleno centro histórico de Valencia.
Interior de la capilla Alfonso el Magnánimo, en el Centro Cultural de la Beneficencia, Valencia
La Casa de la Beneficencia fue construida en 1841 sobre los restos del Convento de la Corona y tenía como finalidad albergar servicios de asistencia, benéficos y de caridad de la Diputación Provincial de Valencia. En cambio, la iglesia como tal fue edificada unos años más tarde, en 1883 por Joaquín María Belda, donde descansa la famosa capilla, el elemento más destacado del conjunto histórico.
Su estructura es rectangular y en las paredes y el techo aparecen pinturas de Antonio Cortina, que recrean la textura e imágenes de mosaicos tradicionales, que en su mayoría representan ángeles y santos. Los visitantes de la capilla siempre destacan la enorme cúpula, forjada en hierro y repleta de coloridas vidrieras.
Cúpula de la capilla Alfonso el Magnánimo, en el Centro Cultural de la Beneficencia, Valencia
El diseño y la composición de la capilla recuerda a otros lugares de culto bastante famosos y con más reconocimiento, como la capilla palatina de Palermo y la de Santa Sofía de Estambul.
De convento a centro cultural
Aunque la capilla es el elemento más destacado, el edificio de La Beneficencia también merece la pena ser visitado. Y es que esconde mucha historia de la ciudad y está repleto de salas de exposiciones y un enorme patio interior. Además, puede recorrerse de manera gratuita de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas. También pueden comprarse entradas para la multitud de eventos que se organizan en su interior consultando la agenda en su página web.
El edificio se proyectó entre los siglos XVIII y XIX como institución para fomentar el desarrollo laboral del alto número de desempleados que había en la época y una solución a la mendicidad callejera. Desde entonces, su estructura ha tenido cambios, ampliaciones y su uso inicial fue dejando paso a la formación de una institución cultural de la ciudad.
Interior de la capilla Alfonso el Magnánimo, en el Centro Cultural de la Beneficencia, Valencia
Pero antes de convertirse en este centro, tuvo diferentes usos a lo largo de su historia. Empezó como convento a principios del año 1520, construido por la Orden de los Agustinos. Posteriormente, fue ocupado por religiosos Franciscanos dedicados a la veneración de la Corona de Espinas de Nuestro Señor, motivo que dio lugar al propio nombre de la calle. La Diputación de Valencia fue quien se encargó de su restauración y habilitación y, actualmente, es un espacio cultural cívico y multidisciplinar, que desde los años 90 alberga todo tipo de exposiciones museísticas y actuaciones.
Otros rincones secretos de Valencia
La capilla neobizantina no es el único rincón poco visitado que esconde la capital del Turia. En medio del bullicio de la ciudad y las calles abarrotas se esconde un pulmón verde de más de 12.000 metros cuadrados. Se trata del Jardín de Monforte, que forma parte del Tesoro Artístico Nacional y está considerado como uno de los lugares más bellos de España.
Entrada al Jardín Monforte, un pulmón verde de 12.000 metros cuadrados en la ciudad de Valencia
En el destacan las esculturas italianas, los estanques, árboles y zonas en flor. Su origen se remonta a uno de los huertos existentes en la zona de extramuros de la ciudad de Valencia, concretamente al de Don José Vich, Barón de Llaurí y en el 1941 fue declarado Jardín Artístico Nacional.
Otro de los elementos no tan reconocidos y que se encuentran en el mismo casco antiguo es por ejemplo la Casa de los Gatos, situada en el barrio del Carmen. Una peculiar vivienda en miniatura que sirve de refugio a los gatos de la zona y fue esculpida en 2003 por Alfonso Yuste Navarro, un artesano y escultor. Destaca por su fachada azul y sus detallados elementos, como un cartel de una aseguradora de incendios y una foto de Charles Chaplin, que es en realidad una entrada al solar contiguo.
Este símbolo rinde homenaje a una leyenda según la cual, durante la época del Cid Campeador, se ordenó la erradicación de todos los gatos de la ciudad por considerarlos de mal augurio. Según la leyenda, solo cuatro sobrevivieron a este suceso y, en la actualidad, la Casa de los Gatos es un monumento popular que atrae tanto a los residentes locales como a los visitantes.