Carlos Mazón, aplaudido durante el día de la Virgen de los Desamparados, en Valencia

Carlos Mazón, aplaudido durante el día de la Virgen de los Desamparados, en ValenciaEuropa Press / Eduardo Manzana

Mazón cumple dos años de su victoria electoral con el PP y Vox en cabeza en las encuestas para revalidar su mayoría

Con los lemas «Sonríe, ya se van» y «Sonríe, ya viene el cambio», el actual presidente valenciano logró un holgado triunfo en 2023 y estaría en disposición de volver a ganar si hubiera nuevos comicios en la región

Este miércoles tiene una doble relevancia política en la Comunidad Valenciana. Uno de estos hechos está previsto que se produzca o, más bien que se formalice alrededor de las 20 horas. Sobre ese momento, los 53 diputados que conforman el bloque de centro-derecha en las Cortes regionales (40 del PP y 13 de Vox) confirmarán con su mayoría absoluta la probación de los Presupuestos de la Generalitat para 2025, un ejercicio trágica e inevitablemente marcado por la dana. La votación no es baladí, ya que el mismo trámite pero con las cuentas Generales del Estado en los dos últimos años de Pedro Sánchez ha sido una quimera.

La segunda circunstancia tiene carácter de efeméride. En esta ocasión, fue un 28 de mayo de 2023 cuando, de nuevo a las ocho de tarde, cerraron los colegios electorales en la Comunidad Valenciana, cuyos ciudadanos mayores de 18 años estaban llamados a elegir tanto a sus alcaldes como al futuro presidente de la Generalitat. El resultado no dejó lugar a dudas, con una holgada victoria del Partido Popular de Carlos Mazón con 40 actas. Esa fue la confirmación, pero según avanzaba el escrutinio, las dudas se iban despejando con suma rapidez.

Así, y tal como llevaban meses pronosticando las encuestas, la suma de PP y Vox sería suficiente como para llegar o superar los 50 asientos que representan la mitad más uno de los 99 diputados electos. En consonancia, el tripartito de izquierdas integrado por el PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos vio cómo los peores augurios se transformaban en una realidad. Estaban fuera del poder y, es más, los comunistas ni siquiera lograron alcanzar el mínimo del 5 % de los sufragios exigidos para entrar en las Cortes. Batacazo en toda regla y triunfo indiscutible de un Mazón que hizo valer sus dos lemas de campaña: «Sonríe, ya se van» y «Sonríe, ya viene el cambio».

Morant puede empeorar a Puig

Cambio, precisamente, es lo que no se prevé que haya en la Comunidad si a día de hoy el jefe del Consell decidiera apretar el botón electoral y llamar a los valencianos a las urnas antes de que terminase la legislatura. Así lo viene publicando El Debate días atrás. Aunque el resultado sería ajustado y rozaría el empate técnico entre bloques, las formaciones de centro-derecha estarían en disposición de revalidar su mayoría y de, por tanto, mantener el poder regional cuatro años más.

Imagen de archivo de Carlos Mazón llegando al Palau de la Generalitat

Imagen de archivo de Carlos Mazón llegando al Palau de la GeneralitatEuropa Press / Rober Solsona

Las encuestas a las que ha tenido acceso este periódico apuntan en esa dirección, pero no son las únicas, ya que diferentes empresas demoscópicas han realizado sus propios trabajos y la tendencia es la misma: aunque los 'populares' bajarían, pero la subida de Vox amarraría la citada mayoría. En cuanto a la izquierda, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y líder del PSPV-PSOE, Diana Morant, debutaría en la política regional con un más que discreto batacazo si sumara uno o dos escaños; sería malo si se mantuviera en los actuales 31 representantes o, directamente, pésimo si lo que ofreciera a su partido fuese empeorar el listón dejado por Ximo Puig.

Este sería el peor de los escenarios, pero ni mucho menos nada descartable. La exalcaldesa de Gandía cuando Sánchez la aupó a la búlgara a su actual cargo orgánico era notablemente desconocida. Ese registro lo ha mejorado algo, pero dista mucho del grado de popularidad y conocimiento no ya de su rival, Mazón, sino del que gozaba Puig. Por si no fuera suficiente, sus declaraciones con motivo de la riada, su presencia 'con calzador' en el Cecopi de Valencia pero no por ejemplo, en el de Letur le pudieran estar dando cierta imagen de cálculo político y de deberse más a la estrategia sanchista que a las víctimas.

Algo similar, pero salvando las distancias, le ocurriría a Compromís en el caso de unos nuevos comicios en la Comunidad. Subiría en asientos, pero no serían los suficientes como para aliarse con los socialistas y conseguir el gran objetivo común en la izquierda, que es echar a Mazón. Además, con una menguante participación en las sucesivas manifestaciones contra el jefe del Consell alentadas por la oposición en las Cortes y sus satélites sociales, culturales e ideológicos, tampoco sería una sorpresa que el crecimiento previsto para los nacionalistas se pareciera más al llamado 'efecto champán' (al servirse parece mucho, pero al final queda en nada) que a una realidad.

Preguntada por El Debate sobre los dos años de la victoria del PP, la vicepresidenta primera de la Generalitat, Susana Camarero, explicó este martes que esta etapa, dejando «aparcados estos siete meses de sufrimiento y de estar centrados en la reconstrucción y en la recuperación», tiene como características que «la libertad ha llegado a las aulas», que se han eliminado «impuestos de la muerte» e impulsado «reformas fiscales que han ayudado a los más vulnerables», además de por el «hito histórico» de la educación gratuita de cero a tres años.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas