Imagen de la plaza de la Almoina de Valencia.

Imagen de la plaza de la Almoina de Valencia.Jaume Lita

La plaza con más historia de Valencia que surgió por una obra inacabada

Los hallazgos arqueológicos detuvieron por completo la ampliación de la Basílica de la Virgen de los Desamparados

Más de un siglo estuvo Valencia intentado que la Basílica de la Virgen de los Desamparados fuera más grande de los que es actualmente. El templo es relativamente pequeño para la devoción mariana que existe en Valencia, por lo que no es de extrañar que en 1809 el párroco Antoni Camps Cámara planteara la opción de dotar de un templo de mayores dimensiones a la patrona de Valencia. Se barajaron diferentes ubicaciones, como alzarlo en la Glorieta o junto al Capitulet, entre otras, pero se optó por lo más cercano. Dejar la actual Basílica como camarín de una iglesia que ocuparía toda la manzana de viviendas que había sobre la Almoina. Los trabajos comenzaron en 1965, pero Valencia no llegó a tener una 'mega Basílica' para la Virgen porque se topó con su origen romano.

Durante todo el siglo XIX Valencia tiene un debate más o menos candente sobre la idoneidad de la actual Basílica como lugar de devoción a su patrona. Se concibe que el fervor por la Virgen de los Desamparados es extremadamente grande para lo pequeña que es el templo junto a la Catedral. A partir de ahí surge una corriente que conforme empieza el siglo XX adquiere una velocidad de crucero considerable.

En 1930 se llegó a convocar un concurso nacional de anteproyectos, que lo ganaría el arquitecto Vicente Traver Tomás, firmante de templos eclesiásticos destacados como el Palacio Arzobispal y el Seminario de Moncada. El proyecto de Traver para ampliar la Basílica consistía en que al actual templo se le añadiría un campanario a la izquierda de la fechada principal, la planta actual pasaría a ser el camarín y la Basílica pasaría a ser una construcción sobre toda la manzana de la Almoina coronada con una cúpula que se alzaría hasta los 100 metros de altura.

Dibujo de cómo habría quedado la nueva Basílica de la Virgen con el proyecto de Vicente Traver.

Dibujo de cómo habría quedado la nueva Basílica de la Virgen con el proyecto de Vicente Traver.'Antología de la Virgen y su Templo'. Emilio Aparicio (1972)

Se hicieron colectas, recogida especial de dinero y cualquier actividad para sufragar todos los gastos. Había un cierto inconveniente, la ampliación hacía desaparecer la calle de la Leña y toda la manzana de viviendas que había hasta el Almudín, calle de la Harina y la plaza de la Almoina.

En 1965 comienzan las obras con el derribo de las viviendas que se alzaban en esta manzana, en el vallado se colocaba un cartel de 'Adquirida para la ampliación de la Basílica de la Virgen'. Todo estaba listo, pero Valencia se encontró su origen romano. En 1980 se detienen las obras ante los primeros hallazgos arqueológicos, la ciudad veía relucir el punto del que surgió, las primeras piedras de la Valentia romana. Se recuperó la historia y se perdió la opción de ampliar la Basílica.

Hasta no hace unas décadas los terrenos de la Almoina eran de propiedad eclesiástica y no fue hasta 2018 cuando Arzobispado y Ayuntamiento firmaron un convenio por el que se renunciaba a ampliar la Basílica en este céntrico enclave. Ahora la Almoina es un museo que permite adentrarse en la Valencia de hace más de 2000 años, pero entre goteras desperfectos. Es por ello que el Ayuntamiento ha decidido inyectar más de dos millones de euros con los que intentar poner en valor el punto en el que Valencia empezó a ser Valencia.

La ciudad se quedaría sin ampliación de la Basílica, pero ganó recuperar su historia, pese a que la plaza se haya convertido en un enclave dormitorio para los sintechos, con una lámina de agua que provoca goteras sobre las históricas piedras y un diseño que poco pone en valor lo que hay en el subsuelo.

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