
Imagen del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón
La resistencia de Mazón frente al asedio de la izquierda y un Sánchez en caída libre
El presidente de la Generalitat aguanta las embestidas de un PSOE lastrado por los escándalos de corrupción y afronta reforzado un congreso regional en el que María José Catalá no será su rival
«Quien no apoye a Mazón es un traidor». La frase de un histórico dirigente del Partido Popular de la Comunidad Valenciana removió conciencias en el comité ejecutivo celebrado el jueves por los populares. Siete manifestaciones y una huelga general fallida después, el presidente de la Generalitat resiste con el objetivo de reconstruir todo aquello que se llevó por delante la peor catástrofe natural sufrida por España en lo que llevamos de siglo.
Mazón es consciente de que su carrera política quedará marcada por una dana que se cobró 228 muertos pero desde el mismo día 29 de octubre tiene un objetivo prioritario: recuperar las zonas devastadas. En esa intención cuenta con el respaldo, aun a la gallega, del presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, con quien compartió un baño de masas el pasado martes en Alicante. Los populares valencianos han recuperado el pulso de la militancia, como demostraron con una movilización masiva en Madrid el pasado domingo encabezada por Mazón.
Al igual que sucedió en julio de 2023, Mazón ha abierto la vía para los acuerdos con Vox en el resto de autonomías donde el PP ganó las elecciones sin mayoría, como Extremadura, Baleares o la Región de Murcia. En este caso para la aprobación de los Presupuestos para este año, que en el caso de la Comunidad Valenciana contemplan una inversión de 2.300 millones de euros para la reconstrucción de las zonas afectadas por la riada. Todo lo contrario que Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno incumple el mandato constitucional de presentar en el Congreso un proyecto de las cuentas del Estado por temor a una enésima derrota en una votación parlamentaria. Munición de primer nivel político para Feijóo, que puede contraponer a sus autonomías, como la presidida por Mazón, que sí han hecho los deberes.
Las diferencias con Sánchez
Mazón ha sufrido el asedio de la izquierda en la calle y en las Cortes Valencianas, con especial protagonismo de Compromís, y se ha convertido en el objetivo a batir por el PSOE para recuperar la Generalitat. Sin embargo, a diferencia de Pedro Sánchez, se mantuvo firme en Paiporta el 3 de noviembre junto a Sus Majestades los Reyes ante una población indignada en unas calles todavía embarradas. El presidente de la Generalitat también asistió junto a los Monarcas al funeral por las víctimas, del que se ausentó el jefe del Gobierno. Y Mazón ha vuelto a la zona cero de la dana, que más de siete meses después todavía no ha pisado Sánchez. Y lo ha hecho con unos Presupuestos aprobados frente a la inacción del socialista.Pese a todo ello, el presidente del Gobierno y su elegida para arrebatar al PP la Generalitat, la ministra Diana Morant, han apostado todo a la riada para desgastar a Mazón en su objetivo de recuperar el poder en la Administración autonómica.
Pese a que con el paso del tiempo las manifestaciones contra Mazón han perdido fuelle. La última, de hecho, apenas congregó a 15.000 personas, la cifra más baja hasta la fecha, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Ese 29 de mayo, la huelga general convocada por sindicatos de izquierdas resulto un fiasco absoluto.
Además, la semana 'horribilis' del PSOE, con las revelaciones que implican al dimitido Santos Cerdán y el registro de la Guardia Civil en el domicilio de José Luis Ábalos, número dos en la lista a las elecciones generales de julio de 2023 por la provincia de Valencia que encabezaba Morant, ha desviado el foco político, que no el judicial, donde la magistrada de Instrucción 3 de Catarroja continúa con las diligencias de la causa en las que se encuentran imputados la exconselleras de Emergencias Salomé Pradas y el exsecretario autonómico del ramo Emilio Argüeso, ambos destituidos tras la dana por Mazón.
En este contexto, la convocatoria del congreso nacional del PP por parte de Feijóo para el próximo mes de julio ha abierto un escenario que precipita el debate interno en el seno de la formación y su futuro en una plaza clave como es la Comunidad Valenciana.
Los estatutos establecen que, una vez celebrado el cónclave estatal, se deben celebrar los regionales. En el caso valenciano, en el que Mazón lleva cuatro años como presidente, la cita se iría al entorno del otoño.
Por lo pronto, Mazón ha constituido dos grupos de trabajo para el congreso nacional, donde la valenciana será la segunda delegación más numerosa con 389 compromisarios, de los que 341 son electos, 42 natos y seis de Nuevas Generaciones. El PP de la Comunidad Valenciana ha recopilado 13.000 avales y acude «unido» tras pasar unos meses en estado de shock por la riada.
Sin embargo, en el seno del partido hay voces que, en privado, consideran que la dana supondrá tarde o temprano un escollo insalvable para Mazón, quien sigue firme en su convicción de continuar adelante con las tareas de recuperación de la zona dañada por la catástrofe.
La decisión de María José Catalá
Con todo, las elucubraciones en las bambalinas políticas y empresariales valencianas se suceden. Por lo pronto, una de las equis se despejará el próximo martes en el Nueva Economía Fórum. Ese día, salvo sorpresa inesperada, María José Catalá, anunciará ante Mazón, que la presentará en el acto, que opta a la reelección a la Alcaldía de Valencia. Este movimiento la descarta como alternativa a la Generalitat.
Ya en el plano de las quinielas, se especula con nombres como el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, o la vicepresidenta primera de la Generalitat, Susana Camarero, ninguno de ellos diputado autonómico, o el secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, Juanfran Pérez Llorca, a modo de solución transitoria.
No obstante, en plena remontada en las encuestas conforme informó El Debate, el único que tiene la potestad última de pulsar el botón rojo, disolver las Cortes Valencianas y convocar elecciones anticipadas es un Mazón volcado a día de hoy en «abrir puentes, centros de salud y ayudar a los damnificados» por la riada que en las urnas o los cálculos electorales. Mientras, en la otra orilla, su adversaria, Diana Morant, ungida por Pedro Sánchez como candidata a la Generalitat, se estanca atrapada en la crisis de sus siglas, las del PSOE, y la de su mentor, el presidente del Gobierno.