Imagen de archivo de unos botellines de Fanta

Imagen de archivo de unos botellines de FantaEl Debate

Machaca a un bar por servir una Fanta para llevar fuera de horario a un anciano en plena ola de calor y se lleva una lección: «Empatía»

El establecimiento acusa los cliente de falta de «empatía» pese a ofrecerles servicio con el local cerrado

Las reseñas, esas nuevas enciclopedias de bolsillo que portamos en los móviles, han generado una forma de consumir. Salvo, los pocos, quienes todavía confían en el boca a boca de toda la vida, hasta el más pintado consulta las reseñas para decidir en qué bar come o en que hotel se hospeda.

En los últimos tiempos, Jesús Soriano, el defensor de los profesionales de la hostelería a través de su cuenta en las redes sociales bajo el pseudónimo de Soy Camarero ha puesto la lupa en las reseñas negativas que ponen de excusa la presencia de niños pequeños o ancianos entre los comensales.

En esta caso Soriano repara en la reseña, con la nota más baja de todas, que pese a permanecer en local un cuarto de hora más allá de la hora del cierre, «consideran una falta de empatía no querer vender una Fanta de limón a un señor mayor en plena ola de calor».

La respuesta del local, adjuntada por Soy Camarero, sirve a modo de lección para tan inconformistas clientes. Primero, «porque al señor se le ofreció una Fanta de Limón para llevar y se negó», lo que hace trizas la teoría de la ola de calor. Segundo, porque aunque en la reseña de hable de falta de empatía, «permanecer dentro del local catorce minutos después de su cierre también nos parece una desconsideración».

Como suele suceder en estos casos, la publicación de Soriano, que en la red social X acumulaba más de 65.000 visualizaciones ha generado un alud de comentarios. En este caso, la abrumadora mayoría favorable a los sufridos hosteleros.

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