Imagen de archivo de Diana Morant en el Palacio de La Moncloa
El día en que una «sencilla» Morant elogió a Felipe González por darle la «oportunidad» de tener un título universitario para ser ministra
Más allá de todo lo que ha ocurrido a lo largo del curso político que ya es reciente historia, que no ha sido ni mucho menos baladí, ha habido frases que resumen francamente bien cuál el poso por el que actúa el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sus ministros y su partido, al que controla en lo práctico de principio a fin. Dos de esas sentencias se han pronunciado en Valencia, una provincia que, sin duda, ha sido la trágica protagonista de estos meses, no solo en lo institucional, sino también en lo social y humano.
Así, fue el propio jefe del Ejecutivo el que, con motivo de la dana, protagonizó unas de las palabras que más polémica han levantado: «Si necesita (la Generalitat Valenciana) más recursos, que los pida». Ahí es nada. La otra expresión es más reciente, apenas una semana, y corrió a cargo de una subordinada de Sánchez como es la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, una de sus más fieles escuderas: «Nosotros no pedimos títulos, pedimos hoja de servicios. A un político no lo hacen los títulos académicos, sino su currículum de trabajo», dijo.
El sujeto se refería a los socialistas, mientras que el aludido en cuestión era el ya dimitido comisionado del Gobierno para la dana, José María Ángel Batalla, que renunció a su cargo y a la presidencia del PSPV-PSOE después de las informaciones sobre una presunta falsificación de su título universitario. De un modo u otro, las afirmaciones de Morant fueron, cuanto menos, llamativas, ya que su triple cartera contiene Universidades.
Sin embargo, esa reducción de estar en posesión de formación académica superior no siempre fue la postura mantenida por la candidata de Sánchez a presidir la Generalitat. De hecho, sostenía todo lo contrario. Buena muestra de ello es una entrevista en La Sexta en 2021 poco después de haber sido nombrada ministra.
En el mismo plató aseveró saber «de dónde» venía porque su madre «es hija de criados» y «señoritos en Gandía y «le sacaron del colegio» para «coser y hacer cosas de casa». Seguidamente, fue cuando explicó lo que, al menos es esos tiempos, importaba un título universitario para ser político del más alto nivel:
«Las dos nietas de aquella criada somos ingenieras de Telecomunicaciones y ahora mismo ministra». En otro giro argumental respecto a la actual ministra, beligerante con Felipe González con tal de apuntalar a su jefe de filas, hizo un encendido elogio del expresidente sin nombrarle explícitamente:
«Al final, el socialismo, y lo voy a decir así de claro, la educación pública, el sistema de bienestar ha repartido oportunidades a la gente sencilla. Y mi familia creo que es la representación de la mayoría de este país y creo que eso es lo que vamos a imprimir nosotros. No vamos a olvidar nunca de dónde venimos y, sobre todo, que nos debemos también a que este país siga dando oportunidades a los que menos tienen».
Algo más de cuatro años después, la líder de los socialistas valencianos no ha condenado un supuesto delito que ya tiene sobre su mesa la Fiscalía Anticorrupción. Pero, a mayor abundamiento, ha asegurado que no va a «renunciar» a Ángel Batalla pese a que este dijo «me jubilo» porque cumple «con todos los requisitos para ostentar la presidencia». La coherencia no entiende de títulos, pero en todo caso y emulando a Sánchez, si la quieren, que la pidan.