Imagen tomada este jueves de Diana Morant en la sede del PSPV-PSOE
Morant defiende que no hacen falta títulos siendo la ministra de Universidades
La reacción de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y a la par secretaria general del PSV-PSOE y candidata socialista a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Diana Morant, a la dimisión del ya excomisionado del Gobierno central para la reconstrucción de la provincia de Valencia tras la dana, José María Ángel Batalla ha sido, cuanto menos, llamativa. Tanto a nivel online en su perfil oficial en la red social X, antes Twitter, como de viva voz.
«Me jubilo», anunció este mismo miércoles el renunciante en un comunicado remitido a los medios y a su propio jefe, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Sin embargo, la líder de la federación del PSOE en la Comunidad Valenciana pudiera parecer que se empeña no ya solo en dejarle sin vacaciones, sino en que, de una manera u otra, siga trabajando.
El mayor ejemplo de ello fue la frase que la propia ministra pronunció este jueves desde la sede de la formación en la capital levantina: «No voy a renunciar a él», aseguró, a la par que obvió que, en todo caso, esa sería una decisión que le tocaría tomar a Ángel Batalla. En este sentido, fue sorpresiva la férrea defensa de Morant hacia una persona que se ha visto obligado a salir por la puerta de atrás por, nada más y nada menos, supuestamente haber falsificado su título universitario para escalar como funcionario en la Diputación de Valencia durante no pocos años.
Así, utilizando una genuina pirueta dialéctica con tal de tratar de escabullirse por nombrarle presidente de la organización en la región y lejos de la más mínima autocrítica, la titular de Ciencia fue contundente: «La presidencia del PSPV la ocupan personas que se han entregado en cuerpo y alma a sus vecinos y al proyecto socialista y que pueden presumir de una gestión eficiente. Estos son los únicos requisitos para ser presidente del PSPV y, desde luego, José María Ángel los cumplía. Nosotros no pedimos títulos, pedimos hoja de servicios. A un político no lo hacen los títulos académicos, sino su currículum de trabajo. Y, desde luego, José María Ángel cumplía con todos los requisitos para ostentar la presidencia», afirmó.
Imagen de archivo de Diana Morant junto a José María Ángel Batalla, en un acto del PSPV-PSOE
«No pedimos títulos, pedimos hoja de servicios». Frase que pide mármol a la altura de la «que la pidan» que dijo Sánchez para la ayuda institucional por la riada. Obviando que el problema también lo está investigando la Fiscalía Anticorrupción, la socialista intentó desviar la polémica de forma totalmente desacertada y errónea, ya que lo crucial no es no pedir títulos (más allá del trasfondo que esa frase pudiera tener), sino que alguien presuntamente se ha inventado una capacitación académica y, según el informe de la Agencia Valenciana Antifraude (AVA) del que informó esta misma semana El Debate apunta a que, como consecuencia de todo lo anterior, el dimisionario se ha beneficiado de no pocos emolumentos en conceptos como salario o trienios, entre otros.
Con esta actitud, Morant habló de «inquina», una línea discursiva que subordinados suyos en la Ejecutiva del PSPV-PSOE han utilizado con términos como «cacería». Nada nuevo bajo el paraguas socialista y que recuerda a lo expuesto durante meses en relación a casos como los de Begoña Gómez, David Sánchez o el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz: «No me arrepiento de haber hecho presidente a José María Ángel», insistió, al mismo tiempo que trató de inocular en la opinión pública que el excomisionado «ha dado cumplidas explicaciones», cuando los hechos son tan fuertes que desmontan por sí solos esa teoría de escaqueo.
Del mismo modo, la ministra no quiso «entrar en los detalles» del caso, pero sí reconoció que los socialistas valencianos que ella encabeza no eran partidarios de la salida de Ángel Batalla: «No le hemos pedido su dimisión», indicó, al mismo tiempo que reiteró la «generosidad» del aludido y anunció que «por ahora» el cargo de presidente de la federación quedará vacante, algo prácticamente inaudito.