Fernando de Rosa

¿Qué está pasando en Moncada?

La alcaldesa Amparo Orts debe de hacer dimitir tanto a su marido como a su amiga Feliciana

El grupo socialista en el Ayuntamiento de la localidad valenciana de Moncada está protagonizando desde hace años una serie de escándalos que la dirección del partido a nivel autonómico y provincial consiente, e incluso protege, callando ante los escándalos de algunos concejales.

La alcaldesa Amparo Orts, líder socialista local, no puede continuar sin pedir perdón a sus vecinos por los continuos escándalos. Así, hace unos días conocimos como su marido, Martín Pérez Aranda, concejal responsable de seguridad del municipio, saltó a las noticias nacionales tras protagonizar una escena en la que saltaba desde el escenario de las fiestas locales sobre unos jóvenes para golpearles.

Desde luego el sobrenombre del «karateka de Moncada» se lo ganó después de que la escena se hiciera viral en redes sociales. Los videos pusieron de manifiesto, además de la violencia, que en un primer momento mintió ya que llegó a afirmar que se había resbalado del escenario, añadiendo la violencia a la mentira.

El marido, concejal de la alcaldesa socialista, no es nuevo en protagonizar polémicas ya que en las Fallas de 2024 protagonizó otro video que se convirtió en viral en redes sociales, en el que se puede ver como abrazaba y besaba a una fallera mayor, siendo comparado por muchos como «un Rubiales» ante la intensidad de la escena.

También en 2019 ya fue noticia debido a que la falta de contratación de un seguro por inclemencias del tiempo hizo perder al municipio 50.000 euros como responsable municipal de festejos. La verdad que los vecinos de Moncada ya cruzan apuestas sobre qué nuevo escándalo protagonizará este concejal cada vez que se celebran las fiestas locales.

Muchos nos preguntamos qué pasa en el municipio de Moncada ya que el escándalo del concejal karateka se une al que protagonizó la concejal socialista Feliciana Bondía, íntima ella y su marido de José Luis Ábalos, que profirió comentarios homófobos contra un concejal del Partido Popular de Moncada aludiendo a su condición sexual, se burló de la juventud de otro concejal popular llamándole «niñato» y en una intervención indecente llegó a afirmar que «Ayuso lo pagará como Rita Barberá», e incluso la alcaldesa socialista miró hacia otro lado cuando esta concejal fue denunciada por trabajadoras del Ayuntamiento por acoso laboral.

Feliciana no solamente no fue expulsada del partido socialista por estos «exabruptos» y maltrato, sino que fue recompensada y ascendida a senadora en la época en que mandaba su íntimo amigo Ábalos, incluso su marido fue colocado por el entonces todopoderoso secretario de organización socialista, como presidente de la Empresa Nacional del Uranio, mientras la fontanera socialista Leire trabajaba para dicha empresa pública. Sin duda la forma de actuar de Feliciana con insultos, desprecio a las trabajadoras femeninas y comentarios homófobos era la manera de actuar para estar en el círculo de su protector Ábalos.

Lo curioso es que cuando Ábalos cayó en desgracia el marido de Feliciana fue cesado pero enseguida se le recolocó por Bielsa, actual secretario general socialista en la provincia de Valencia, como asesor en el ayuntamiento de Mislata, municipio del que es alcalde. En los círculos socialistas se interpretó como una devolución de favores del alcalde de Mislata a los seguidores de Ábalos que le aportaron los votos necesarios para ganar las polémicas primarias socialistas.

Todo este enredo familiar y político en el Ayuntamiento socialista de Moncada es tolerado por la candidata-ministra Diana Morant que se ha negado a denunciar la agresión del «karateka», es protegido por Bielsa, secretario socialista valenciano, y consentido por los socios de gobierno municipal de los concejales de Compromís, tan dados a dar lecciones de decencia, que han callado ante los insultos homófobos, las agresiones y los vínculos con Koldo de los concejales socialistas con quienes comparten Gobierno en Moncada.

La alcaldesa Amparo Orts debe de hacer dimitir tanto a su marido como a su amiga Feliciana, y a renglón seguido preguntar al pleno municipal si sigue teniendo la confianza que le llevó al sillón municipal, porque la democracia es respeto a los demás, es no agredir a los vecinos, o reírse de la condición sexual, tampoco es consentir el maltrato a trabajadoras municipales o estar envueltos en tramas oscuras con investigados como Koldo o Ábalos. La democracia es la tolerancia, el diálogo y sobre todo saber dimitir cuando no se representa con dignidad a los más de 22.000 ciudadanos de Moncada.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas