Imagen de archivo de Peñíscola

Imagen de archivo de PeñíscolaEl Debate

El pueblo más feliz de la Comunidad Valenciana cuyas playas y su castillo han sido plató de cine y televisión

La Comunidad Valenciana lleva décadas consolidándose como una de las regiones más deseadas para vivir. Su clima templado, sus más de 300 días de sol al año, su gastronomía mediterránea y su amplia oferta cultural y de ocio la han convertido en un destino privilegiado tanto para quienes buscan calidad de vida como para aquellos que deciden jubilarse junto al mar. Sus tres provincias ofrecen paisajes diversos que van desde montañas interiores hasta playas de arena fina, con una combinación de bienestar, naturaleza y tradición difícil de encontrar en otros lugares de España.

Sin embargo, además de sus virtudes paisajísticas y económicas, la región destaca también en algo más intangible pero igual de importante: la felicidad. Así lo confirma el informe 'Los pueblos más felices de España 2025', elaborado por la consultora YouGov para la empresa Azucarera, que mide el nivel de bienestar percibido por los ciudadanos en distintos municipios del país. Este estudio, basado en encuestas representativas, analiza factores como la calidad del entorno natural, la vida social, el patrimonio cultural y la satisfacción general de los habitantes.

En este ranking nacional, un municipio castellonense se ha coronado como el más feliz de la Comunidad Valenciana: Peñíscola. Con un 49,85 % de sus habitantes declarándose «muy o bastante felices», esta localidad costera no solo encabeza la lista autonómica, sino que ocupa el cuarto puesto a nivel nacional, solo por detrás de Chipiona, Ronda y Nerja. Su posición no es casualidad: los encuestados destacan especialmente su entorno natural, su clima mediterráneo y el equilibrio entre su dinamismo turístico y su tranquilidad cotidiana.

Peñíscola, situada en la comarca del Bajo Maestrazgo, es un referente del litoral castellonense y un emblema del turismo mediterráneo. Con algo menos de 9.000 habitantes, esta localidad ha sabido conservar su esencia de pueblo costero mientras se adapta a los tiempos modernos. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, se asienta sobre una gran roca que se adentra en el mar, formando una península coronada por su castillo templario, símbolo indiscutible del municipio.

El Castillo del Papa Luna, construido entre 1294 y 1307 por los caballeros templarios, domina la bahía y guarda entre sus muros siglos de historia. En él vivió Benedicto XIII, el Papa Luna, quien lo convirtió en su residencia y sede papal durante los años de su enfrentamiento con Roma. Hoy, la fortaleza y las murallas que la rodean son uno de los principales atractivos turísticos de la Comunidad Valenciana. Desde lo alto, las vistas al mar y al casco blanco de la ciudad ofrecen una de las panorámicas más reconocibles del Mediterráneo.

Estatua del Papa Luna a los pies del castillo de Peñíscola, Castellón

Estatua del Papa Luna a los pies del castillo de Peñíscola, CastellónNational Geographic

Acceder al casco antiguo de Peñíscola es como viajar al pasado. Las puertas medievales, como el Portal Fosc —la entrada original al recinto fortificado— o el Portal de Santa María, construido en el siglo XVIII, invitan a recorrer sus callejuelas empedradas, repletas de tiendas artesanas, casas encaladas y miradores frente al mar. Entre sus rincones más pintorescos destaca la Casa de las Conchas, una vivienda cuya fachada fue decorada en los años cincuenta por un matrimonio local con miles de conchas marinas, convirtiéndose en uno de los lugares más fotografiados del municipio.

La felicidad de Peñíscola no solo se explica por su entorno y su historia, sino también por su ritmo de vida. Aquí, el día transcurre entre paseos por el paseo marítimo, cafés al sol en terrazas con vistas al mar y la convivencia tranquila de sus vecinos, muchos de ellos llegados de otras regiones o países atraídos por la calidad de vida que ofrece la localidad. Durante el verano, la población se multiplica con la llegada de turistas, pero incluso en temporada alta, el ambiente conserva un equilibrio que combina el bullicio vacacional con la serenidad propia de un pueblo mediterráneo.

Imagen de archivo de la Playa Norte de Peñíscola, Castellón

Imagen de archivo de la Playa Norte de Peñíscola, CastellónTurismo Comunidad Valencia

A ello se suma su variada oferta cultural y de ocio, con festivales de música, ferias gastronómicas y una programación cultural que se extiende durante todo el año. La gastronomía local, basada en productos del mar y recetas tradicionales como el «suquet de peix» o los arroces marineros, completa un estilo de vida que conjuga placer y bienestar.

Estrecha relación con el cine

Otro de los factores que han contribuido a la proyección de Peñíscola es su estrecha relación con el mundo del cine y la televisión. Desde hace más de medio siglo, su casco histórico ha servido como escenario para producciones nacionales e internacionales. En 1961, el rodaje de El Cid, con Charlton Heston y Sophia Loren, situó a Peñíscola en el mapa cinematográfico mundial. Décadas más tarde, series de gran éxito como El Ministerio del Tiempo, Chiringuito de Pepe o la superproducción internacional Juego de Tronos volvieron a elegir la localidad como escenario, consolidando su fama como uno de los decorados naturales más bellos de España.

Ser reconocido como «el pueblo más feliz de la Comunidad Valenciana» no es solo un título simbólico para Peñíscola; es también un reconocimiento a su forma de vida. Su capacidad para conjugar patrimonio, naturaleza, turismo sostenible y bienestar cotidiano la convierte en un modelo de equilibrio entre pasado y presente. En un contexto donde la búsqueda de la felicidad se ha vuelto un objetivo social y personal, Peñíscola parece haber encontrado la fórmula: mar, historia, comunidad y calidad de vida.

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