Imagen de archivo de diferentes alfajores de la marca argentina Havanna

Imagen de archivo de diferentes alfajores de la marca argentina HavannaHavanna

Una multinacional argentina elige Valencia para producir su dulce más famoso por primera vez en Europa

Uno de los dulces más famosos de Argentina está a punto de cruzar el Atlántico para instalarse en la Comunidad Valenciana. La empresa Havanna, una de las marcas más reconocidas del país sudamericano por sus alfajores artesanos, ha elegido la localidad valenciana de Picassent para levantar su primera fábrica en Europa. Se trata de un movimiento estratégico con el que la compañía busca reforzar su presencia internacional, acercarse al mercado europeo y convertir España en un nodo clave para su expansión hacia Asia.

La multinacional, fundada en 1947 en Mar del Plata, dará así un paso histórico al abrir su primera planta productiva fuera de América. La previsión es que la fábrica comience a producir durante el primer semestre del próximo año, una vez culminen las obras de adaptación de una nave industrial ya existente en el polígono de la localidad valenciana. La instalación será reformada de manera integral para transformarse en una planta alimentaria de alta exigencia, capaz de mantener los estándares de calidad y la receta tradicional que han convertido a Havanna en un símbolo gastronómico argentino.

La inversión destinada a este proyecto ronda los cuatro millones de euros e incluye el alquiler a largo plazo de la parcela, con un contrato de diez años. Parte de la financiación procede de préstamos concedidos por Banco Santander y por el Instituto Valenciano de Finanzas, ambos por importe de 1,5 millones de euros. La nave, de algo más de 3.000 metros cuadrados, permitirá alcanzar una capacidad de producción estimada de hasta 1,5 millones de docenas de alfajores al año, destinados principalmente al abastecimiento del mercado europeo.

Para hacer realidad este desembarco, Havanna se ha apoyado en empresas valencianas con amplia experiencia en proyectos industriales de gran complejidad. La consultora Vielca Ingenieros se ha encargado del desarrollo del proyecto, la planificación técnica, la obtención de permisos y la dirección de obra, actuando como enlace entre la compañía argentina y las distintas administraciones. A su lado trabaja Electrotecnia Monrabal, responsable de ejecutar las instalaciones y de transformar la nave en una fábrica alimentaria que cumpla con las exigentes normativas europeas en materia de seguridad, higiene y eficiencia.

Imagen de archivo de diferentes alfajores de la marca argentina Havanna

Imagen de archivo de diferentes alfajores de la marca argentina HavannaHavanna

Desde Vielca subrayan que uno de los grandes retos de este tipo de inversiones internacionales es combinar rapidez en la ejecución con el cumplimiento de marcos legales muy estrictos. La firma ya había participado en otros proyectos de gran envergadura en la Comunidad Valenciana, como la gigafactoría de baterías de PowerCo en Sagunto, y vuelve a ejercer como facilitadora para que una multinacional encuentre en Valencia un entorno favorable para implantarse.

¿Por qué Picassent?

La elección de Picassent no es casual. La ubicación ofrece buenas conexiones logísticas y permite reducir de forma notable los tiempos y costes de distribución respecto a la producción actual, concentrada en Argentina. Con esta planta, Havanna aspira a garantizar un suministro más estable a un mercado europeo que ha ido creciendo de la mano de la popularidad de la gastronomía argentina y de la propia red de cafeterías de la marca. Al mismo tiempo, la fábrica española servirá como plataforma para acceder con mayor agilidad a mercados estratégicos de Asia.

¿Qué es un alfajor?

Más allá de la inversión industrial, el proyecto pone el foco en un producto con una larga historia a sus espaldas. El alfajor es uno de los dulces más representativos de Argentina, heredero de una tradición que llegó desde la repostería árabe y española y que en el Río de la Plata evolucionó hasta convertirse en un símbolo nacional. Su versión más popular se compone de dos galletas tiernas, elaboradas con harina, mantequilla y azúcar, unidas por un generoso relleno de dulce de leche y recubiertas habitualmente de chocolate o glaseado. En el caso de las recetas más clásicas, como las que han dado fama internacional, el equilibrio entre la suavidad de la masa, la cremosidad del relleno y la cobertura es clave, manteniendo un proceso que combina producción a escala con un cuidado casi artesanal.

Pese a la industrialización del proceso, Havanna insiste en que el producto mantendrá su carácter artesanal. El alfajor más emblemático de la casa, el Mar del Plata, seguirá elaborándose con dos galletas suaves unidas por dulce de leche, recubiertas de chocolate con alto porcentaje de cacao y un sutil toque de sal marina. La intención es replicar en Europa la misma identidad que ha hecho de este dulce un icono nacional en Argentina.

Havanna cuenta hoy con más de doscientas cafeterías repartidas entre América Latina y España, donde ya opera seis locales, además de presencia comercial en países como Estados Unidos, Costa Rica o Colombia. Tras su adquisición en 2003 por el fondo Inverlat, la compañía consolidó su expansión y actualmente cotiza en la bolsa de Buenos Aires. El último ejercicio cerró con una cifra de negocio equivalente a unos 70 millones de euros.

La llegada de la fábrica de alfajores a Picassent se suma así a otros proyectos industriales que refuerzan el papel de la Comunidad Valenciana como polo de atracción para inversiones internacionales. Tradición gastronómica, capacidad técnica local y una posición logística privilegiada se combinan en un proyecto que, además de impacto económico, promete dejar un inconfundible sabor argentino en tierras valencianas.

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