La intrahistoria del doble asesinato en un chalet de lujo de Elche: dos okupas polacos a golpes contra los tres alemanes que fueron a tirarlos

Reincidentes y violentos. Así de rápido se puede describir a los dos ciudadanos de origen polaco que asesinaron a golpes a dos hombres y dejaron gravemente herido a un tercer varón, todos ellos de nacionalidad alemana, en un chalet de lujo en la urbanización El Pinet en la Marina de Elche. Dos okupas a golpes contra las tres personas que habían acudido a tirarlos. La denuncia pública del alcalde de Elche ha destapado las costuras de un sistema incapaz ante el fenómeno de la okupación.

La investigación está bajo secreto de sumario, pero hay detalles que se han ido desvelando conforme el encierro se eternizaba durante casi 20 horas. Un chalet de lujo como escenario, dos ciudadanos polacos reincidentes en la okupación de viviendas y tres alemanes que acudieron para proteger la vivienda de un conocido. Los hechos ocurrieron la tarde del lunes y cada detalle resulta tanto escabroso como sonrojante.

Los detalles que se han conocido hasta el momento es que los dos hombres de nacionalidad polaca estaban más que fichados tanto por la Policía Local de Elche, así como por otros cuerpos municipales cercanos y por la Guardia Civil. Su historial delictivo era considerable y ya constaba alguna que otra okupación. El punto que queda por saberse es si dicho varones habían accedido anteriormente al mismo chalet de la urbanización El Pinet de Elche en el que ocurrieron los macabros sucesos, ya que al parecer los tres varones germanes acudieron ante la voz de alarma del propietario de la vivienda, también de nacionalidad alemana.

Todo indica que los tres hombres acudieron al chalet de lujo el lunes a primera hora de la tarde y la respuesta fue tan violenta como inesperada. En un primer análisis de los cuerpos de los fallecidos y del hombre que prosigue ingresado en un hospital de Elche, no constan heridas ni de arma de fuego ni por arma blanca, por lo que las tres personas fueron apalizadas por los dos okupas polacos. A dos de ellos los mataron a golpes, al tercero lo dejaron al límite.

Por ejemplo, aún queda por esclarecer cómo acabó ingresado el tercer hombre si los vecinos denunciaron la presencia de dos cuerpos en la carretera de la zona de varias viviendas de cierto caché.

Tras la paliza como respuesta a lo que parece un intento de desokupación, o al menos que los alemanes fueran a comprobar cómo estaba la casa tras un intento previo de entrada ilegal, los dos hombres polacos, de 19 y 42 años, cogieron los cuerpos y los sacaron del chalet, dejando un rastro de sangre inequívoco.

Fue tras esta maniobra errática cuando los vecinos de esta zona ciertamente exclusiva por su ubicación entre la playa y las salinas alertaron a la policía. Dos cadáveres, un herido al borde de la muerte y dos hombres encerrados en un chalet que no es suyo. Así empezó la negociación para que los dos okupas polacos depusieran su atrincheramiento.

Detenidos otra vez, de nuevo en los calabozos y pasarán en una nueva ocasión ante el juez. Los okupas polacos se conocen el procedimiento pero al parecer no habrá opción para que reincidan en un periodo considerable de tiempo. Tal vez su historial delictivo y su insistencia en okupar viviendas hubiera sido motivo suficiente como para pasar ya una temporada en la cárcel.

Puede ser que ahora aún tuvieran que estar entre rejas, pero sus antecedentes no han sido motivo suficiente para privarles de libertad y han podido seguir delinquiendo hasta matar a dos personas y dejar gravemente herido a otro varón. Atrincherados en la casa que habían okupado y que fue una ratonera para los que querían preservar una propiedad privada.