Vuelo de un Harrier AV-8B+ en el polígono de tiro de las Bárdenas Reales en Navarra
Armada española Los Harrier hacen un barrido de fuego en las Bardenas Reales
La 9ª Escuadrilla ha vuelto una vez más al polígono de tiro de las Bardenas Reales en Navarra para desarrollar sus exigentes pruebas de disparo. La novena es la única Escuadrilla de ala fija embarcable en la Armada. El Harrier AV-8B+ presta servicio en el portaaeronaves Juan Carlos I y es capaz de despegar y aterrizar verticalmente o en pistas cortas. Estos aviones disponen de misiles aire-aire y aire-suelo. Cuentan con un cañón de 25mm, Cohetes Bombas de caída libre y de precisión por guiado láser o gps.
Esta clase de misiones de adiestramiento son habituales y sirven para las calificaciones de los pilotos en las diferentes modalidades y perfiles de tiro tanto diurno como nocturno. La Armada afirma que de esta forma se incrementan las capacidades operativas de estos míticos cazas de combate, que ya se encuentran en la fase final de su vida operativa.
Harrier AV-8B+
«La clave del éxito: la preparación continua para que llegada la hora, seamos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos», asegura la Armada al explicar las maniobras.
La Escuadrilla se encuentra ubicada en la Flotilla de Aeronaves de la Base Naval de Rota y lo habitual es que tenga lugar un adiestramiento semestral de ataque aire-suelo en el polígono de tiro de Bardenas Reales, tanto de día como de noche.
El principal rol de la Novena Escuadrilla es el de aire-suelo en favor de la Infantería de Marina española, la más antigua del mundo, y de otras fuerzas terrestres españolas o de nuestros aliados de la OTAN.
Los cazas de combate F-18 del Ejército del Aire y los Harrier de la Armada entran la fase final de su vida útil. El Ejército del Aire y del Espacio necesita 35 aviones a corto plazo y la Armada, 12. En ambos casos, el final de la vida operativa se producirá según las estimaciones entre 2026 y 2028, lo que genera un problema de primer orden, sobre todo en el caso de la Armada. Los Harrier son aviones de aterrizaje y despegue vertical, o de pista corta. Son los únicos que puede albergar el portaaeronaves español Juan Carlos I. Y en el mercado solo existe un posible sustituto: el F-35 B.
Harrier AV-8B+
Como ha venido informando El Debate, el Ministerio de Defensa podría inclinarse por el F-35, aunque el mutismo es total. Defensa tiene programada una inversión de casi 11.000 millones de euros para la adquisición de nuevos aviones de combate para las Fuerzas Armadas, 220 millones en 2023. Hasta ahora siempre se ha evitado aclarar cuál será el modelo elegido. En concreto, un apartado se dedica al 'avión sustituto del AV-8B y C.15M-2ª Fase', que afecta a los aviones Harrier de la Armada y F-18 del Ejército del Aire. Este programa estaba dotado con 90 millones para 2023 en un montante global de 6.250 millones. El único posible avión sustituto del Harrier en la actualidad solo puede ser el F-35B.
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