Fundado en 1910
El astrolabioBieito Rubido

Nuestros hijos viven mejor que nosotros

Asunto bien diferente es la felicidad. Ya saben que la camisa del hombre feliz la poseía un hombre que era feliz, pero no portaba camisa. Vivir de acuerdo a tu tiempo, a tus retos, a tus expectativas requiere más serenidad que la ansiedad que ahora mismo nos inocula la sociedad moderna

Voy a terminar este año con polémica de nuevo y créanme que no es mi intención, pero es que estamos en tiempos que a nada que discrepes de corrientes mayoritarias ya te descalifican y no admiten tu punto de vista. ¡Qué intolerantes nos hemos vuelto! En esta ocasión me voy a referir a esa matriz de opinión, instalada entre las nuevas promociones, según la cual los jóvenes de hoy vivirán peor que sus padres. No estoy de acuerdo. Otra cosa distinta será la relación con la felicidad que cada uno puede llegar a obtener en función de muchas variables, en la mayoría de los casos no materiales. Si analizamos las estadísticas de varias décadas y hacemos un poco de memoria, concluiremos que antes se vivía peor que ahora.

En los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando fueron a la universidad los padres que pudieron, el acceso a la educación superior era notablemente menor que ahora. La gente solía practicar el pluriempleo. Las vacaciones fuera de España era para una minoría. Muchas viviendas no poseían calefacción. Había un canal y medio de televisión y era en blanco y negro, la esperanza de vida era menor, el acceso a la vivienda era tan complicado como ahora y las hipotecas llegaron a tener tipos de interés de un dieciocho por ciento. Los trenes tardaban casi un día en recorrer una distancia que hoy apenas se hace en tres horas y la media salarial era tan baja como ahora. Así podría seguir enumerando más y más aspectos. España ha progresado espectacularmente en los últimos cuarenta años y ya venía de protagonizar una de las mejores historias de éxito económico de todo el mundo, el período que se desarrolló entre 1957 y 1973, según escribió y explicó el sabio Juan Velarde.

En líneas generales y en aspectos materiales concretos, el mundo ha progresado mucho. Otra cosa distinta es que las expectativas de muchos jóvenes no se vean cumplidas. Hoy hay una oferta de formación y de ocio impensable en la juventud de quienes hoy son padres y abuelos. Una oferta de ocio espectacular. Frente a aquel canal y medio de televisión, hoy puedes llegar a seleccionar más de cien canales. El iPhone que utiliza cualquier joven cuenta con más tecnología que la nave apolo que llegó a la luna. La oferta de viajes baratos y de moda inmediata a bajo precio ha transformado muchas maneras de relacionarse con el disfrute.

Tengo para mí que la juventud que asegura que va a vivir peor que sus padres quiere poseer al mes siguiente, lo que sus antepasados consiguieron en décadas de esfuerzo. Todos quieren ser grandes figuras de cualquier profesión ya. Desechan trabajos más duros, oficios como albañil o fontanero, que les reportarían ingresos más suculentos. Aquí la diferencia está en el esfuerzo que hicieron sus padres y en el error de la sobreprotección que muchos, de manera equivocada, llevamos a cabo con nuestros hijos.

Asunto bien diferente es la felicidad. Ya saben que la camisa del hombre feliz la poseía un hombre que era feliz, pero no portaba camisa. Vivir de acuerdo a tu tiempo, a tus retos, a tus expectativas requiere más serenidad que la ansiedad que ahora mismo nos inocula la sociedad moderna. Tal vez en algunos aspectos nosotros vivimos mejor, entre otras razones porque nuestros padres se sacrificaron para ello, no por mérito nuestro. Tal vez estas jóvenes generaciones de este momento vean el futuro más negro. Lo cierto y verdad es que no lo tienen peor que sus padres. Es una cuestión de actitud.

El asunto da para mucho más y supera con creces los límites de este astrolabio. Así que en este último día del año, les desearé un próspero año nuevo, como lo hacíamos cuando éramos más jóvenes y creíamos que nos comeríamos el mundo.

comentarios

Más de Bieito Rubido

  • ¿Odia Sánchez a España?

  • ¿Quién odia a quién?

  • Cobrar por hacer nada

  • Cuando a los abuelos les llaman «abu»

  • Sana admiración por Meloni

  • tracking

    Compartir

    Herramientas