
Impresionante exhibición de la capacidad marítima de la OTAN, con barcos y aviones en Nordic Response 24
Defensa | Análisis militar (y II)
Los pilares de un futuro Ejército europeo
Este procedimiento se articula analizando las funciones directivas clásicas de planeamiento, organización, mando, motivación, coordinación y control.
Establecer un sistema de seguridad y defensa en Europa es una tarea muy compleja y de gran transcendencia que por su importancia exige establecer un procedimiento similar a la de la Alta Dirección para llevarla a cabo.
Este procedimiento se articula analizando las funciones directivas clásicas de planeamiento, organización, mando, motivación, coordinación y control.
Además de lo anterior, hay que tener en cuenta el entorno que supone Europa, pues no estamos ante una realidad nueva que parte de cero, sino en un conjunto de naciones muy antiguas y diversas con sus propios intereses y su historia.
También es cierto que en los últimos 80 años se han dado pasos en el sentido de crear una conciencia europea con bastante éxito. Organizaciones como OTAN y UE disponen de estructuras y procedimientos que hay que tener en cuenta para el establecimiento del sistema de seguridad que tratamos.
Aviones rumanos, turcos y españoles participantes en una misión aérea de la OTAN en Rumanía
No hacerlo así supondría duplicar medios y esfuerzos en detrimento de la eficacia y eficiencia, y, sobre todo, aumentaría la burocracia y la proliferación de equipos y reuniones que alargarían el proceso, cuando uno de los elementos críticos a tener en cuenta es el tiempo limitado que tenemos para afrontar la situación actual de grave riesgo geopolítico en nuestro continente.
Teniendo en cuenta estas premisas iniciales, intentemos desarrollar el proceso.
Marco legal
Lo primero es tratar el planeamiento. Para ello, es necesario que lo que planeemos esté respaldado por una base legal, porque de no ser así no pasaría de ser un simple proyecto. Otro elemento básico para que sea considerado un plan es disponer de los recursos necesarios para llevarlo a cabo.
Por tanto, antes de nada, es necesario establecer el marco legal. Como hemos dicho, ya tenemos dos estructuras activas con sus correspondientes tratados y normas que nos servirían como base legal en sus disposiciones actuales, o con las modificaciones que sean necesarias.

Sede de la OTAN en Bruselas
Estas modificaciones surgirían de la definición que resulte de establecer cuál es el «Estado final deseado para Europa en el futuro». Este estado final es clave en todo el proceso, y por ello muy difícil de definir, y tiene que derivarse de señalar una visión sobre las líneas y objetivos estratégicos a conseguir. Es decir, en esta fase se definen los objetivos políticos, pocos, pero muy claros, que junto a la finalidad señalada informaría todo el proceso.
Esto que contemplamos para el sistema de seguridad puede hacerse extensivo a otros sistemas de la construcción europea, pero sin seguridad difícilmente se conseguirán otros objetivos.
También hay que tener presente, en estos primeros pasos del proceso de planeamiento, que serían necesarios ajustes para ser flexibles, por lo que es muy importante que la finalidad sea lo más permanente posible, además de poner en marcha las funciones de coordinación y control.
Líneas estratégicas y objetivos
Con el proceso de planeamiento en marcha, y con los objetivos políticos establecidos, se definirían las líneas estratégicas y objetivos de seguridad a ese nivel, que a su vez darían lugar al establecimiento de los objetivos operacionales y tácticos, que derivarían en planes específicos en los que la finalidad de los organismos sucesivos de planeamiento tiene que ser congruente con la finalidad marcada en el plan inicial.
En esta parte del proceso tampoco partimos de cero. Las naciones tienen sus propios planes estratégicos de seguridad y defensa, y sus directivas de defensa y planeamiento, por lo que sería necesario analizarlas detenidamente, buscando elementos comunes que sin duda habrá, para redactar el plan general del sistema, manteniendo las diferentes naciones aquellos elementos de su planeamiento que sean específicos para su propia geopolítica.

Soldados de países de la OTAN en ejercicios militares
Aquí juegan un papel importante los dos estados mayores internacionales, tanto en OTAN como en la UE. Asimismo, los diferentes estados mayores nacionales tienen que intervenir en el proceso.
En España, a partir del año 2005 con una orden ministerial y una directiva de JEMAD, se inició un planeamiento por capacidades que, de alguna forma, sustituía a un planeamiento basado en amenazas. Pues bien, aunque ahora está clara la amenaza, el planeamiento por capacidades sirve igualmente porque incorpora un elemento que debe ser tenido en cuenta por los órganos de planeamiento: el efecto MIRADO que hace referencia a tener en cuenta varios elementos necesarios para la eficacia de las unidades: material, infraestructuras, recursos humanos, adiestramiento, doctrina y organización.
Organización
Llegados a este punto, el proceso tiene que definir la organización necesaria para alcanzar los objetivos propuestos.
Debido a lo ya comentado acerca de la complejidad europea, es necesario organizar el procedimiento de financiación a nivel nacional y supranacional, de forma que se aseguren los recursos necesarios. Este asunto pondrá a prueba la implicación de las naciones y no estará exento de problemas políticos por los sacrificios que conllevaría, pero sin duda será un elemento importante para el establecimiento de tipos de colaboración reforzada que tendrá influencia en los siguientes pasos del proceso.

Misil lanzado desde la fragata española Cristóbal Colón en un despliegue con la OTAN
Otro elemento de la organización es establecer las estructuras militares para llevar a cabo las misiones encomendadas tanto a nivel nacional como al nivel supranacional que estamos tratando.
Con respecto a esto, tenemos un modelo a explorar, que no a copiar, que sería el modelo de los EE.UU.
Su ejército está diseñado para su empleo en todo tipo de misiones, en todo el espectro del conflicto y en cualquier lugar. Pero también tienen fuerzas en cada uno de los estados para atender a las necesidades de seguridad de cada estado, y además constituyen tropas de refuerzo, tanto de combate como logísticas, y de otros apoyos.
Unidades, sistema de mando y control
En Europa podríamos establecer el mismo esquema con las modificaciones necesarias. Predesignar unidades operativas, logísticas y de apoyo por cada nación a unas estructuras tipo en grandes unidades fijas a nivel multinacional, siguiendo el esquema de OTAN, ya que actualmente estamos operando con estas unidades en diferentes escenarios ensayando procedimientos comunes e interoperables. Tenemos el caso del eurocuerpo y otros en OTAN. Solo tendríamos que definir por un proceso de generación de fuerza, muy ensayado en OTAN, la constitución de grandes unidades de tierra, mar y aire alistadas de forma inmediata y adiestradas de forma periódica.

Imagen de un caza de combate F-35 difundida por el Comando Aéreo de la OTAN
Si bien las unidades no serían un problema de difícil consecución, no serían útiles sin un sistema de mando y control que resuelva las funciones directivas de mando y motivación. Lo bueno es que sí lo tenemos, ya que disponemos de una excelente red de cuarteles generales operacionales y tácticos para cumplir ese cometido, tanto en OTAN como en la UE.
Sin embargo, todo, como ya se dijo, tiene que estar referenciado a un planeamiento común con finalidad y objetivos políticos claros, y con el compromiso firme de las naciones, todas o las que así lo decidan, de forma que la disuasión del esquema que tratamos sea creíble y respetado.
Como conclusión, es necesario señalar las tareas imprescindibles a llevar a cabo:
• Modificar los tratados OTAN y UE, en todo lo necesario para conseguir el esquema propuesto.
• Fortalecer el pilar europeo de la OTAN, dando más protagonismo a las naciones europeas de la UE u otras.
• Modificar el sistema de financiación de la Alianza, aumentando significativamente la aportación europea.
• Definir de acuerdo con todos los miembros de la Alianza el compromiso y alcance del artículo 5.
• En función de lo anterior, definir el papel de los EE.UU. y su compromiso con la defensa de Europa. En cualquier caso, siempre será una imprescindible reserva estratégica y una protección nuclear indispensable.
• Asignar el mando de los cuarteles generales de la Alianza a autoridades europeas.
• Definir un plan de seguridad y defensa que sea el compendio de los planes nacionales para el esquema europeo general, manteniendo los nacionales en lo que sea específico de cada país.
• Definir si la Alianza debe dedicarse exclusivamente al escenario euroatlántico, o, en su caso, establecer el marco para otro tipo de misiones.
• Definir en el esquema el compromiso de cada nación, tanto a nivel financiero como de unidades militares.
• Establecer, en su caso, mecanismos de cooperación reforzada y sus implicaciones en los tratados.
• Organizar las grandes unidades militares a nivel europeo y de carácter multinacional, de tierra, mar y aire, y la generación de fuerzas necesaria para dotarlas, de manera que sean siempre las mismas para que su alistamiento y preparación faciliten su despliegue oportuno y eficaz.
• Organizar, a nivel de las naciones, sus estructuras de seguridad y defensa para atender a sus necesidades específicas, y con capacidad de apoyo y reserva a las unidades multinacionales creadas.
• Establecer, a lo largo de todo el proceso de consecución del esquema, los mecanismos de coordinación y control de forma que se consiga la necesaria flexibilidad.
• Incluir en todo el proceso a la industria de defensa, al ser un aliado estratégico imprescindible para la consecución de los recursos materiales para la defensa.
Estas tareas, y otras que probablemente falten, suponen un trabajo y esfuerzo importante por los organismos nacionales y supranacionales pero, como se ha dicho no debe suponer la creación de órganos nuevos, sino aprovechar los existentes para tratar de evitar la burocracia que alargue las discusiones y retrase la toma de decisiones clave.
Lo que está claro es que no nos sobra el tiempo, y aunque es muy aventurado poner una fecha, no sería muy descabellado fijar la consecución de todo lo aquí expuesto en 5 años.