Los submarinos de la clase S-80 suponen un hito en la modernización de la Armada española

Los submarinos de la clase S-80 suponen un hito en la modernización de la Armada españolaArmada Española

Armada española  Submarino S-82: sistema de combate con torpedos, minas, misiles tácticos y misiles de crucero

La Armada Española afronta este viernes un nuevo hito con la ceremonia de puesta a flote del submarino S-82 Narciso Monturiol. La Armada se encuentra en plena incorporación de la clase S-80 Plus, unos submarinos que representan un cambio cualitativo respecto a sus predecesores de la clase 70. Diseñados en España, los nuevos sumergibles están concebidos para lograr un equilibrio óptimo entre maniobrabilidad, discreción y capacidad ofensiva, lo que los convierte en una de las plataformas submarinas más avanzadas de su categoría.

El diseño del casco resistente con forma de «gota de agua» y el empleo de superficies de control en los timones permiten al S-80 mantener una excelente maniobrabilidad, incluso a bajas velocidades. Este aspecto resulta crucial en escenarios de combate donde el control preciso de la plataforma puede marcar la diferencia.

En cuanto a discreción, los ingenieros han optimizado las firmas acústica, eléctrica y magnética del submarino, reduciéndolas al mínimo. Este esfuerzo se traduce en una mayor capacidad para permanecer indetectable en operaciones sensibles, uno de los atributos más valiosos para cualquier unidad submarina moderna.

Capacidad ofensiva

El S-80 está equipado con un Sistema de Combate Integrado que le permite gestionar de manera coordinada todos sus sensores y armas. Dispone de seis tubos lanzatorpedos y diferentes tipos de armamento: torpedos pesados, minas, misiles tácticos y misiles de crucero de ataque a tierra. Esta última capacidad marca un hito para la Armada, ya que por primera vez en su historia contará con submarinos dotados para lanzar misiles de crucero, ampliando de manera sustancial su capacidad de proyección estratégica.

Armamento del S-81

Armamento del S-81Kindelán

Armamento del S-81

Armamento del S-81Kindelán

Armamento del S-81

Armamento del S-81Kindelán

Misiones del S-81 Isaac Peral

El primero de la serie, el S-81 Isaac Peral, y ahora el S-82 Narciso Monturiol, están concebidos para llevar a cabo una amplia variedad de misiones:

• Guerra antisubmarina y antisuperficie.

• Proyección del poder naval sobre tierra mediante ataques selectivos.

• Operaciones en aguas poco profundas.

• Inserción y evacuación discreta de personal en operaciones especiales.

• Vigilancia, reconocimiento y recopilación de inteligencia.

• Minado ofensivo y defensivo.

• Integración en grupos de combate navales.

• Función disuasoria en el marco de la defensa nacional.

La clase S-80 incorpora un avanzado sistema de control integrado de la plataforma, un sistema de combate digitalizado y un conjunto de comunicaciones seguras, lo que permite elevar el nivel de automatización de la nave. Esta modernización reduce de manera significativa el número de tripulantes necesarios, fijado en 53 personas, y aumenta la seguridad durante las inmersiones gracias a una alta redundancia de equipos.

El AIP, una revolución en autonomía

Uno de los avances más relevantes es la incorporación de un sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP, por sus siglas en inglés), que permitirá a los submarinos españoles una autonomía bajo el agua nunca antes alcanzada. Este sistema, desarrollado con tecnología nacional, permitirá prolongar las operaciones sin necesidad de emerger, aumentando tanto la eficacia como la discreción de las misiones.

El S-80 Plus cuenta con 80,8 metros de eslora, 11,68 de manga y un puntal de 13,69. Su diámetro máximo es de 7,3 metros y el calado alcanza los 6,21 metros. En cuanto a desplazamiento, registra 2.695 toneladas en superficie y 2.965 en inmersión. Puede superar los 19 nudos de velocidad y alcanzar profundidades superiores a los 300 metros, parámetros que lo sitúan en la vanguardia de los submarinos convencionales.

Un salto estratégico para España

La llegada del S-80 supone un salto tecnológico sin precedentes en la Armada Española. Su versatilidad, unida a la capacidad de lanzar misiles de crucero y a la revolución que aporta el sistema AIP, coloca a España entre el reducido grupo de países con capacidad para diseñar, construir y operar submarinos de última generación.

Con esta nueva clase, la Armada no solo asegura la continuidad de sus operaciones submarinas, sino que amplía sus capacidades de disuasión, inteligencia y proyección de poder, reforzando su papel en la defensa nacional y en el marco de la OTAN.

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