
Una de las atracciones de la feria en Córdoba 2025
La feria de Córdoba alcanza el ecuador desafiando las altas temperaturas con más ganas de pasarlo bien
La jornada del miércoles ha tenido a los niños pequeños como protagonistas de las atracciones a mitad de precio y a los adolescentes reunidos en el botellón
Este año nuestro Ayuntamiento – siempre en vanguardia-ha contratado los servicios de una empresa encargada de facilitar un chatbot de Inteligencia Artificial que responde a las cuestiones feriales más comunes vía Whatsapp. Aunque he mirado el termómetro del móvil para constatar que faltaban pocos grados para la lipotimia (38 º C en ese momento) he querido contrastarlo con el chatbot. «No tengo información sobre la temperatura o los grados alcanzados hoy en la feria. Para detalles climáticos te sugiero consultar un servicio meteorológico», me contesta mi nuevo amigo. Probemos con otra pregunta fundamental en estos días: ¿A cuánto está el rebujito? «No dispongo de información específica sobre el precio del rebujito en la feria. Los precios pueden variar según cada caseta. Para más detalles te recomiendo preguntar directamente en las casetas durante la feria».
Bien, donde seguro que beben rebujito y hasta el agua de los macetones de plástico instalados en la portada este año, es en el botellón juvenil que se organiza cada miércoles de feria porque la vida es así y los estudiantes necesitan liberarse , que ya están de minivacaciones (tal que los docentes) y se reúnen para celebrarlo multitudinariamente cerca de las instalaciones del centro náutico municipal y bajo el puente de El Arenal. Le pregunto al chatbot que si hay una hora de comienzo del asunto y me contesta con mucha cortesía que no tiene información sobre la celebración de un botellón oficial en la Feria de Córdoba 2025. La Inteligencia Artificial es una inteligencia bien enseñada, pero me saca de pocas dudas para el trabajo de campo que al final hay que labrarse para escribir esto, en una jornada marcada por la recepción de la Diputación Provincial y un mayor número de visitantes que se dan cita en El Arenal para el almuerzo previo a la escapada a la costa que muchos iniciarán este jueves.

Jóvenes hace botellón en la Feria de Córdoba
Aunque almorzar o cenar en la feria ha perdido gran parte de la espontaneidad que tenía hace algunos años, como muy bien glosaba nuestra colaboradora Elena Murillo ayer mismo aquí, bien es cierto que- aunque se requiera hacerlo con previsión y reserva- cada año se come mejor y con una elevada comodidad a pesar del calor y la mucha gente que se coloca a modo de tetris humano en las casetas. Esta ciudad efímera da trabajo durante algo más de una semana a una enorme cantidad de profesionales de la hostelería, o eventuales sacados del desempleo, en muchas ocasiones llegados de otros municipios o provincias para hacer frente a la demanda.

Uno de los encargados de atender en la caseta Doma de Campo
Hasta 100 trabajadores moviliza la empresa Joker Queen de La Carlota (sí, la antigua discoteca ahora es una empresa de cáterin) entre ‘La Rosa’, ‘La Judería’ y ‘Doma de Campo’, tres casetas a las que atienden este año. En ‘Doma de Campo’ ,además, están triunfando con su Lomo de Orza de La Abuela Carmen o la Huevada (patatas fritas con lomo, chorizo, pimientos y jamón) lo que nos da una idea del amplio número estadístico de dietas abandonadas en El Arenal y que acaban reuniéndose con los regímenes huérfanos navideños y los ninguneados de agosto. Como marcas de guerra, en la barra de Doma de Campo hay pegados sellos de patas de jamón ibérico consumidos en lo que va de feria. Hasta ayer eran 18. De Jabugo. Viva España y la Reconquista que nos permite esto.

Niños en una de las atracciones de la Feria de Córdoba
El miércoles también es el día de las atracciones a mitad de precio, lo cual es un alivio para el bolsillo de los padres y una oportunidad de atesorar unos recuerdos que no permanecerán siempre en la memoria: tus hijos ese día de feria, esos días durante tan solo unos años escasos y fugaces en los que aún te dan la mano, temes con horror perderlos entre la bulla y ellos disfrutan como los niños que son. Y tú rememoras un día similar con tus padres, que compartieron contigo lo mismo en aquella Calle del Infierno, escenario biográfico de muchos cordobeses que ya no son niños y a los que los hijos- entonces felices sobre los cacharritos- en algunos casos han dejado incluso de hablarles.