El Córdoba Patrimonio y sus nuevas ilusiones

El Córdoba Patrimonio de la Humanidad llega al tramo final de la primera vuelta con un claro sabor agridulce en sus balances. Porque está claro que, a día de hoy, está firmando una campaña más que notable, pero con ese regusto de haber dejado escapar una oportunidad histórica de participar en la Copa de España. Estuvo muy cerca y se escapó en dos finales de partido que lo cambiaron todo. Dos resultados ajustados, dos golpes en los últimos minutos y un sueño que se diluyó cuando ya se tocaba con la yema de los dedos.

Aun así, el balance global es positivo. El equipo de Emanuel Santoro ha competido con regularidad, ha mostrado personalidad lejos de Vista Alegre y se ha ganado el respeto de la categoría. La espina de no acabar entre los ocho primeros duele más precisamente porque esta vez sí parecía posible. Peñíscola y el empate ante Osasuna Magna marcaron la diferencia entre lo que, al final, ha terminado siendo el sueño y la realidad.

Sin embargo, todavía queda un capítulo para cerrar la primera vuelta. Será el sábado 27 ante Alzira, colista destacado, en Vista Alegre. Un partido que no cambia lo ocurrido, pero que sí puede reforzar sensaciones. Ganar permitiría al Córdoba Patrimonio despedir el año con buen sabor de boca y confirmar una posición cómoda en la tabla antes de mirar ya a la segunda mitad del campeonato.

Los números avalan esa tranquilidad. Doce puntos de renta sobre la zona de descenso cuando aún no ha acabado la primera vuelta no es un detalle menor. Ese colchón ofrece margen para trabajar sin urgencias, algo poco habitual en el fútbol sala de élite. El objetivo ahora pasa por consolidarse en la zona media-alta y mantener viva la condición de outsider para pelear, si se dan las circunstancias, por la octava plaza y el play off.

En ese contexto se entiende el movimiento en el mercado. La llegada de Andrei Luthke responde a la baja de larga duración de Nacho Gómez, pero también a una idea clara: reforzar al equipo para competir mejor en la segunda vuelta. El cierre brasileño aporta experiencia, físico y jerarquía desde atrás. El Córdoba Patrimonio no renuncia a nada. La Copa ya no está, pero la temporada sigue abierta. Y eso, a estas alturas, no es poco.