El sermón del monte/ Frans Francken II

El sermón del monte/ Frans Francken IILVC

Carta pastoral

Con las Bienaventuranzas «nos adentramos en el corazón de Cristo»

El obispo de Córdoba escribe que este domingo cuarto del Tiempo Ordinario nos proclama las bienaventuranzas, «un texto clave en el mensaje de Jesucristo para hoy y para siempre»

De la trascendencia de lo ocurrido en el sermón del monte, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, da cuenta al comienzo de su carta pastoral semanal al principio de la misma. La importancia de las Bienaventuranzas, corpus del mensaje de Jesucristo, queda recogida por la influencia que tienen en otras religiones monoteístas. «M. Gandhi se sentía entusiasmado con esta página del Evangelio. Los musulmanes conocen y repiten esta enseñanza de Jesús. Entre los cristianos, es la carta magna y la quinta esencia del Evangelio de Jesucristo», dice el obispo.
En su carta, el prelado establece una similitud entre las Bienaventuranzas y la subida al monte Sinaí de Moisés con la entrega de las tablas de la Ley al pueblo. «Aquellas palabras son como diez palabras esenciales, los diez mandamientos, válidos para toda la humanidad y que siguen vigentes en el nuevo testamento». No sustituyen ni mucho menos a los diez mandamientos, sino que son la prolongación de los mismos «llevados a su plenitud».
«Jesús habla con autoridad propia, no como Moisés que hablaba en nombre de Dios. Y es que Jesucristo es Dios en persona. Y al proclamar las bienaventuranzas, Jesús está presentando un autorretrato de su propio perfil. Leyendo esta página del Evangelio, nos adentramos en el corazón de Cristo, conocemos a Jesús por dentro», escribe monseñor.

Bienaventuranzas y mandamientos

Y al igual que ocurre con el primer mandamiento de la ley de Dios entregada a Moisés, la primera de las Bienaventuranzas «incluye a todas las demás», aunque los pobres de espíritu, matiza el obispo, son «los que confían en Dios y no confía en sí mismos». Para ilustrar esta reflexión pone como ejemplo la vida de los santos como algo «elocuente» y en concreto a san Francisco de Asís y a la Madre Teresa de Calcuta, a los que el cumplimiento de esta primera bienaventuranza «les lleva a ser pobres de verdad, incluso materialmente».
«La pobreza en el espíritu no va nunca sola, sino que va acompañada por todas las demás bienaventuranzas: por la mansedumbre, por la limpieza de corazón, por el hambre y la sed de justicia, por la misericordia, por el trabajo en favor de la paz, sufriendo incluso persecución». «Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os calumnien de cualquier modo por mi causa; alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo», concluye el prelado.
Pueden leer la carta pastoral completa, titulada 'Bienaventurados' en este enlace.
Comentarios

Más de Córdoba - Religión y cofradías

tracking