Pobreza
Carta pastoral
La prisa de hoy que no deja ver a los pobres
El obispo de Córdoba escribe esta semana sobre la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra estos días
Hace siete años que el Papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres, una jornada con la que «se pretende reflexionar acerca de esta realidad central del Evangelio, la actitud de Cristo, que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, y la urgencia de salir al encuentro de nuestros hermanos los pobres con una actitud de corazón pobre», explica el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández al comienzo de su carta pastoral de la semana, «No apartes tu rostro del pobre» (Tb 4,7) VII Jornada Mundial de los Pobres, 2023, título que es el mismo del mensaje publicado este año por Su Santidad.
En ese mensaje el Papa apunta que «vivimos un momento histórico que no favorece la atención hacia los más pobres. La llamada al bienestar sube cada vez más de volumen, mientras las voces del que vive en la pobreza se silencian…Los pobres se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, entonces intervienen el fastidio y la marginación. La prisa, cotidiana compañera de la vida, impide detenerse, socorrer y hacerse cargo de los demás. La parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,25-37) no es un relato del pasado, interpela el presente de cada uno de nosotros. Delegar en otros es fácil; ofrecer dinero para que otros hagan caridad es un gesto generoso; la vocación de todo cristiano es implicarse en primera persona»
El prelado pone el acento en el 'ruido' que el Papa señala, ese que no permite escuchar al pobre ni mirar cara a cara a la pobreza. Así, advierte monseñor que ya se está pensando en las fiestas navideñas y en el dinero que se va a gastar para pasarlo bien pero «apenas se piensa en tantas personas que, precisamente llegadas estas fiestas, nos gritan sin palabras cómo es nuestra vida».
El Papa Francisco saluda al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández
«Las imágenes de los pobres nos conmueven, pero tenemos tanta prisa que no nos da tiempo a detenernos para escuchar sus necesidades», escribe el obispo, que pide que no nos ocupemos de la pobreza 'por delegación' a otros, ni en el gesto de la limosna, sino que la implicación de un cristiano «debe ser en primera persona, tiene que tocar la carne de la pobreza en directo».
Pueden leer la carta pastoral íntegra en este enlace.
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