El obispo bendice los santos óleos en la Misa Crismal

El obispo bendice los santos óleos en la Misa CrismalDiócesis de Córdoba

El obispo llama a los sacerdotes en la Misa Crismal a no descuidar la pastoral vocacional

Demetrio Fernández afirma que «si no hay sacerdotes ordenados no hay Iglesia»

La importancia del sacerdocio en la vida de la Iglesia ha sido el eje de la homilía que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha pronunciado en la Misa Crismal, celebrada en la Catedral y en la que no sólo se ha bendecido el crisma, sino que también han renovado sus promesas sacerdotales buena parte de los sacerdotes de la Diócesis.
El prelado se ha basado en el evangelio propio de esta celebración, de San Lucas, en el que Jesús manifiesta en la sinagoga que ha sido ungido para explicar la importancia de este hecho que se imparte en determinados sacramentos, porque «la unción es el fundamento de la misión, es el Espíritu Santo derramado a raudales sobre la humanidad para anunciar la buena nueva a los pobres».

Las promesas sacerdotales

Esta celebración se repite todos los años y en la misma se renuevan las promesas sacerdotales, algo que Demetrio Fernández ha pedido que «no se convierta en un simple trámite» sino que sea para los sacerdotes una acción de gracias «por haber sido llamados a esta misión».
Sacerdotes asistentes a la Misa Crismal

Sacerdotes asistentes a la Misa CrismalDiócesis de Córdoba

A partir de este punto, el obispo se ha centrado en la responsabilidad del sacerdote, llamado por Dios para cumplir una misión y no para relajarse y buscar «comodidades, poder, fama», algo que en su opinión produce «vergüenza, porque nos ha llamado para ser como Él». «Qué fácil es acomodarse a este mundo, pero la vocación sacerdotal es muy aburrida y no me extraña que alguien se canse», ha añadido.

Las vocaciones

Como antídoto ha recomendado el autoexamen «año tras año» para alcanzar el fruto esperado, porque «donde hay un sacerdote bueno, más aún si es santo, cambia el lugar donde está». Con esta base, ha explicado, es el momento de fomentar la pastoral vocacional para enriquecer el tejido sacerdotal de la Diócesis.
El obispo ha explicado la situación en Córdoba, donde hay unos 350 sacerdotes en total, de los que 270 son diocesanos y el resto, religiosos. Este año, además, se ordenarán en junio ocho nuevos presbíteros y por esto ha afirmado que «le doy gracias a Dios porque en la Diócesis de Córdoba brotan las vocaciones sacerdotales y religiosas».
Es más, ha anunciado que también han crecido las solicitudes para ingresar en el Seminario y por esto ha animado a los numerosos sacerdotes presentes a que «no debemos olvidar la pastoral vocacional», porque la Iglesia tiene que estar atendida por presbíteros. Hay quien cree que «si no hay sacerdotes hay laicos, qué equivocación más grande», algo que ha atribuido a la acción del demonio, porque «si no hay sacerdotes ordenados no hay Iglesia».
En opinión de Demetrio Fernández, hay diócesis españolas que lo están pasando mal. Sobre esto ha explicado que hay algunas que «pueden llevar ocho o diez años sin ordenar a nadie y eso no nos puede pasar a nosotros».
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