´Manuel Fresno, en Defábrica

´Manuel Fresno, en DefábricaJesús Caparrós

Manuel Fresno, diseñador gráfico

«Los sueños se cumplen con mucho esfuerzo, con mucha dedicación, con talento y con mucha disciplina»

Charlamos con el diseñador cordobés sobre campañas de promoción, música, creadores y el valor de lo de aquí

El estudio de Defábrica se trasladó recientemente al edificio que Rafael De la Hoz Arderius diseñó a finales de los 50 en la calle Cruz Conde. Puede que esto fuera casualidad pero no lo parece: la creatividad, el diseño, el amor por las líneas, las curvas, los colores, las formas y los espacios es un sentimiento magnético y correspondido. Los seres tocados por la musa de la creatividad, por la energía que imprime la búsqueda de la belleza y el orden - o el caos- se buscan unos a otros aunque solo sea para compartir un breve espacio y tiempo.
Manuel Fresno (Córdoba, 1975) baja o sube por las escaleras de De la Hoz sabiendo que ese es un privilegio solo comparable al de trabajar para la ciudad a la que ama. En Córdoba tiene Fresno al alcance todo un universo no necesariamente local: los monopatines, la música, los productos de Apple, la mitología de Star Wars, las portadas de los discos de sus grupos favoritos. Parte de ese cosmos imprime las estancias de Defábrica, estudio de diseño y publicidad en la que sus miembros parecen metidos en una cámara criogénica que les dota si no de juventud, sí de un aire juvenil imperecedero.
Como quiera que Manuel y el estudio han estado involucrados en las campañas más recientes para hacer Córdoba más atractiva, si es que ello es posible, hemos querido acercarnos para comprobar cómo sigue esa factoría de trazos e ideas que quiere seguir aportando belleza a nuestro legado. Manuel Fresno recibe a La Voz de Córdoba con el brillo en los ojos que le produce el próximo proyecto que aún no le han encargado.
Manuel Fresno, en Defábrica

Manuel Fresno, en DefábricaJesús Caparrós

- Pudiendo marcharse a Madrid decide quedarse en Córdoba ¿Fue una decisión motivada por razones profesionales o familiares?
- Principalmente profesional. Me ofrecieron irme a un estudio en Madrid, que por cierto ya ha desaparecido, y decidí modestamente ser profeta en mi tierra. Creo que acerté porque tuve la suerte de iniciar mi carrera en una de las mejores agencias que había en ese momento, de la cual han salido grandes profesionales que también han sido compañeros míos. No me arrepiento de haberme quedado. He ganado en dos aspectos, que son el personal y el profesional.
- Ahora todo está conectado y se puede trabajar desde cualquier parte, pero en aquella época no era así. Y en este, como en otros sectores, había que pasar por Madrid para despegar.
- Sí, hace veintitantos años tenías que irte. Tengo un amigo de mi promoción que se marchó cuando acabamos en la escuela y allí sigue. Es lo que tiene la capital.
- Sin embargo se puede decir, sin temor a equivocarnos, que Córdoba es una ciudad con peso en el diseño gráfico y publicitario.
- Afortunadamente sí y no lo digo yo, sino compañeros de otros sitios. Cuando estábamos en la escuela Mateo Inurria y salíamos a ferias como Arco, coincidíamos con otras escuelas, no solo andaluzas sino nacionales. También con alumnos de Bellas Artes. Y con ellos descubrimos que el grado de Publicidad de nuestra escuela tenía muy buena fama. Teníamos excelentes profesores. Gente de la talla de José González de los Ríos, Susana, Julio o Manuel en Modelado. El nivel académico era muy alto. Y no solo tenemos grandes profesionales en el diseño y la publicidad sino en otros campos creativos, como la moda, la gastronomía, la escultura o la arquitectura. No me gusta diferenciar entre disciplinas porque para mí, a nivel creativo, lo que hacen es expresar esa creatividad con otras herramientas.
- En su caso no se ha limitado al diseño gráfico. En la gastronomía, mantiene usted desde hace años una relación profesional con el premiado Paco Morales. ¿Cómo ha influido una personalidad como la de Morales profesionalmente en usted?
- Tuve la suerte de conocerlo en 2014, cuando contactó con nuestro estudio. Ya tenía entonces una estrella Michelín con su proyecto en Valencia. Primero nos solicitó trabajar en su marca personal y después con su restaurante Noor, que es quizás cuando nos descubrimos mutuamente a nivel creativo. Desde entonces mantenemos una relación colaborativa. Él sugiere y aporta, porque es muy bueno dando pistas y dejando crear. Es una persona que inspira. De hecho la relación es ya más de amistad, además de laboral.
Paco Morales y Manuel Fresno

Paco Morales y Manuel FresnoMF

- Otra faceta creativa y lúdica suya ha sido la de la música, de la que no se ha desligado. No solo ha puesto música en locales míticos de la noche cordobesa sino que ahora además la compone.
- La música siempre ha ido conmigo desde la adolescencia. Nunca me ha abandonado. Después de haber puesto música por muchos sitios de Córdoba, ahora estoy en un momento en el que hago música. Y esto me da un poco de vergüenza decirlo porque le tengo mucho respeto. Empezó como algo muy personal y luego he podido extrapolarlo a mi trabajo como diseñador gráfico en Defábrica, poniendo la música a los vídeos que hacemos. Mi compañero Jesús Jaén sí es músico de verdad. Lo admiro profundamente como intérprete y compositor y aprendo mucho de él. En la producción también he aprendido mucho de mi amigo José Gil. Ambos son para mí una referencia.
- Usted fue uno de los disc jockeys de referencia a mediados de los años 90 en Córdoba. ¿Poner música ayuda a conocer más sobre los gustos de la gente?
- Yo, más que disc jockey, lo llamaría selector musical. Cuando me contrataban en algún sitio de residente mi obligación era darle una personalidad musical a ese espacio. A finales de los 90, por ejemplo, me contrataron en Sojo, el único que había entonces en Córdoba, y mi reto fue aportar esa personalidad de la que hablo, que no fue difícil porque invertían mucho en música. Yo le dí mi sello personal, desde el ambient, pasado por el jazz o el acid jazz, que se podía muchísimo. Esa fórmula se fue extrapolando a otros sitios que me contrataron, como Expresso. Respecto a los gustos, sabes que cuando estás trabajando en un sitio así, el que manda eres tú. Si alguien va a visitar ese local, aparte de por las copas y el ambiente, es por la música. Y para mí ha habido una retroalimentación, porque he ayudado a descubrir música pero también la gente me ha permitido, con sus sugerencias, a descubrirla yo. Era una época de soportes físicos para la música, en la que se intercambiaban cedés y eso promovía conocer cosas nuevas. También había una cultura musical muy alta, heredada de los años 80 tan maravillosos que vivimos en Córdoba. Esa cultura se traducía en valorar a los grupos, en escuchar los discos completos, en hablar sobre artistas concretos con los amigos. Esa cultura estaba más arraigada que ahora. Ahora es de otra manera y lo que se comparten, por ejemplo, son listas del Spotify.
En 2012, pinchando en Glacé

En 2012, pinchando en GlacéFB Manuel Fresno

- El disc jockey mandaba pero el diseñador gráfico, muchas veces, no manda sobre su propio trabajo. ¿Esto cómo se sobrelleva?
- Es una cuestión delicada (ríe). El diseño gráfico no deja de ser una actividad industrial aunque con un alto porcentaje de carga artística. Cuando te encargan un trabajo se da por hecho que lo hacen porque confían en ti. En el trabajo se aportan los criterios técnicos y artísticos, y el cliente lo entiende, lo valora y lo acepta o puede que el cliente «sepa» de tu trabajo casi lo mismo o más que tú. Y en ocasiones entra la mano del cliente, unas veces de manera acertada y otras no, y el resultado final se verá afectado. Como es una actividad industrial, a veces tienes que ceder y darlo por válido porque es un trabajo con una entrada, una salida y una facturación, y aquí estamos para hacer negocio. Intentamos que lo que salga de nuestro estudio tenga una alta calidad, pero si a veces nos tocan el resultado final, no podemos hacer nada contra eso.
- Se les ha visto a gusto en campañas relacionadas con el turismo, como ‘Córdoba es más’ y ‘Córdoba infinita’ .
- Una se realizó , si no me equivoco, en el 2020, justo antes de la pandemia. Hablo de ‘Córdoba es más’, que se presentó por todo lo alto en los cines Callao de Madrid. Tuve la suerte de estar en aquella presentación no solo como responsable creativo de la campaña junto al equipo del Ayuntamiento, sino como amenizador con la música que después se puso en la fiesta (ríe). Me hizo mucha ilusión porque estar en Madrid, en Callao, viendo un trabajo tuyo, con tu equipo, con una música que has compuesto tú en un escenario tan importante como es ese sitio y después poner música como la de Vicente Amigo, para mí fue un honor. En realidad es un honor trabajar para la ciudad. Poco antes de Navidad tuvimos la suerte de participar en la campaña de ‘Córdoba Infinita’ del Patronato de Turismo de la Diputación, que también ha sido muy impactante fuera de Córdoba. Trabajar para nuestra tierra siempre es un honor, porque es un legado que vamos a dejar para nosotros y los nuestros.
Manuel Fresno durante la entrevista

Manuel Fresno durante la entrevistaJesús Caparrós

- Y cuando usted se vio en Callao ¿ qué le dijo el Manuel Fresno de ese momento al otro que decidió quedarse en Córdoba hace treinta años?
- Pues le hubiera dicho que los sueños se cumplen con mucho esfuerzo, con mucha dedicación, con talento y con mucha disciplina. Y que se siente orgulloso de él. Es bonito porque no es la primera vez que vamos a Madrid con trabajos nuestros, y de hecho hay campañas hechas por nosotros repartidas por toda España. Eso siempre te reconforta, porque pecamos de humildes en Defábrica. No nos lo creemos mucho y siempre decidimos no recrearnos en el resultado y seguir hacia adelante.
- Una ciudad con cuatro patrimonios de la humanidad siempre debe ir bien vestida. En su opinión ¿cómo es la representación gráfica de Córdoba?
- La verdad es que tenemos suerte porque, como ya te he comentado, a nivel creativo Córdoba es muy rica en talento. En el campo del diseño gráfico tenemos grandes estudios y freelancers que trabajan para la ciudad. Hay cosas que salen fuera que muchas veces no nos cuadran. No sabemos quienes las hacen, y si lo sabemos, somos respetuosos, porque desconocemos hasta qué punto están influenciadas por la mano final del cliente. No juzgamos con maldad. Tratamos de ser constructivos. Por nuestra parte intentamos que todo lo que salga del estudio tenga el nivel de calidad que se merece no solo el cliente sino la propia ciudad. Lo que se expone fuera tiene que estar a la altura del legado histórico que poseemos.
- Uno de sus últimos trabajos está relacionado con el patrimonio musical y artístico de Córdoba, el último disco de Vicente Amigo. No es la primera vez que trabaja con él.
- Tenemos la suerte de ser la segunda vez que colaboramos con él. Anteriormente ya lo hicimos con su álbum ‘La memoria de los sentidos’, con el diseño del CD y el vinilo. Ahora con su nuevo trabajo ‘Andenes del tiempo’ ha vuelto a contactar con nosotros y especialmente para mí es un orgullo trabajar con un talento como es Vicente. Es un lujo tenerlo sentado al lado y crear con él. Tiene las ideas tan claras que es muy difícil no llegar a acuerdos en el proceso creativo, porque respira talento por los cuatro costados. Este es un disco en el que sigue manteniendo el aire flamenco con colaboradores de la talla de Marcus Miller o Carles Benavent. Va a ser una joya, y para su diseño quería algo muy sobrio, con negros y blancos. Le he hecho una especie de logo con sus iniciales y el título del álbum que le ha gustado mucho. Tanto es así que lo ha cogido como logotipo personal. Es uno de esos trabajos de diseño gráfico que en la pantalla no dicen mucho pero cuando está impreso sí, con un golpe seco en la portada, relieves y un acabado muy chulo. Creo que va a ser un trabajo acorde con las diez canciones que trae en el interior.
Fresno y sus compañeros de Defábrica

Fresno y sus compañeros de DefábricaJesús Caparrós

- ¿Cuánto le debe usted profesionalmente a las portadas de los discos?
- Las portadas de los discos han sido y son fundamentales porque para mí son una referencia. Desde portadas míticas diseñadas por Emil Schult para Kraftwerk o las de Anton Corbijn para Depeche Mode hasta las de los años 70 para discos de funk y jazz. O todo el material de Peter Saville para New Order y Factory Records. El mundo de la música bebe mucho del diseño gráfico. Es una parte más. Y yo a esas portadas les debo muchísimo.
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