En 2030, más de un tercio de la población de Córdoba podría ser diagnosticada de un cáncer

Córdoba está muy activa en relación a los ensayos clínicos en oncología, 181 en total, que se desarrollan en el Imibic (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba) ubicado junto al Hospital Universitario Reina Sofía. a la altura de provincias con un mayor volumen poblacional, como Sevilla o Málaga. Andalucía es actualmente la tercera comunidad autónoma (tras Cataluña y Madrid) con más ensayos clínicos activos, unos 250, mayoritariamente sobre los tumores más frecuentes (torácicos, de mama o digestivos) que permiten explorar nuevas opciones de tratamiento y aplicar mejores herramientas de diagnóstico a través de biomarcadores, genómica o la inteligencia artificial aplicada a la detección precoz, según la Sociedad Andaluza de Oncología Médica. No obstante lo mucho conseguido, aún hay que impulsar aún más la investigación sobre el cáncer, teniendo en cuanta que la comunidad andaluza tiene más de 8 millones de habitantes.

Según el doctor Juan de la Haba, coordinador del Programa de Investigación Clínica del Imibic y facultativo especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario Reina Sofía, los casos de cáncer están aumentando a nivel mundial y el principal factor determinante del incremento de los casos que se diagnostican es la edad. «A medida que cumplimos años, incrementamos ese riesgo. Córdoba es una población envejecida, por lo que el número de cánceres va a aumentar. Eso está clarísimo. Una cosa es el número de casos nuevos que se diagnostican y otra el número de casos que hay en una ciudad como Córdoba».

El Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Reina Sofía, que no ve la totalidad de los cánceres que se diagnostican en Córdoba, ha pasado de tener una 2.500 primeras visitas al año a tener 4.300. «Las previsiones a nivel global indican que para 2030 el 35-40% de la población habrá sido diagnosticado de cáncer. Uno de cada dos varones y una de cada tres mujeres, a lo largo de su vida van a tener un cáncer. Cabe esperar para la provincia de Córdoba cifras muy similares», declara el doctor De la Haba.

El cáncer de páncreas aumenta

Atendiendo a la población de hombres y mujeres, los tumores más frecuentes son los de colon y recto. El que mayor mortalidad sigue teniendo es el de pulmón y el cáncer de mama es el más diagnosticado en las mujeres. «Llama mucho la atención el incremento en el número de casos que se está produciendo en el diagnóstico de cáncer de páncreas. Nos llama mucho la atención a los oncólogos. Antes era un tumor que era relativamente raro y se ha convertido en el cuarto tumor más frecuente . Es muy llamativo. Es un tumor que necesita de mucha investigación, ya que el número de casos diagnosticados y la mortalidad se asemeja mucho y eso significa que impactamos muy poco en la curación y en el incremento de la supervivencia de estos pacientes», afirma el oncólogo.

Hábitos de vida sanos para prevenir

Según De la Haba, aunque la población, por norma general, está bien informada, para tener menos probabilidad de desarrollar un cáncer, hay que protegerse del sol y recuerda que el consumo de tabaco y alcohol no son hábitos saludables en ningún caso (son hábitos sociales, pero no saludables, matiza), practicar deporte y mantener una alimentación adecuada, evitando la obesidad son medidas que todos conocen. «De lo que no estoy tan seguro es de que la población sea tan consciente de qué manera impacta el no tener estos hábitos de vida sanos en la aparición del cáncer. Aproximadamente un 70% de los cánceres que se diagnostican se podrían evitar aplicando estos hábitos de vida tan simples».

En la época estival en la que estamos, la costumbre es tomar el sol sin medida para lucir bronceado a la vuelta de las vacaciones. Craso error. Los cánceres de piel o melanomas son tumores silenciosos y hay que estar pendientes de los cambios que se produzcan en nuestros lunares. «Es muy fácil. Podemos tener en nuestro teléfono móvil fotografías de esos lunares y en dos meses observar su evolución: cambios en la coloración, que estén ulcerados o sangren un poquito son motivos para acudir al médico de Atención Primaria».

«Hay una generación que está por debajo de la generación de los 70 que ya empezó a utilizar protector solar. Son los casos que estamos viendo, entre los 45 y 55 años, que sufrieron quemaduras durante su juventud o infancia. Aquellas que han tenido quemaduras solares tienen más riesgo de padecer un melanoma. La relación es directa».

La importancia de la investigación

La irrupción de nuevas herramientas como la Inteligencia Artificial va a tener un gran desarrollo en el diagnóstico del cáncer sobre todo en el análisis de imágenes. «Una parte importante del diagnóstico del cáncer de mama, y hablo de la provincia de Córdoba, lo realiza, en parte, una herramienta de IA, que es capaz de realizar una mamografía con una fiabilidad demostrada muy similar a la de un radiólogo. Van a ahorrar muchas horas de trabajo a equipos de radiología que podremos emplear en otras cosas. En materia de salud y diagnóstico y tratamiento de enfermedades va a ser una herramienta que va a revolucionar todo el panorama actual», declara el doctor De la Haba.

Para este oncólogo «la investigación clínica en Córdoba genera tres oportunidades muy importantes. La primera, genera oportunidades para los pacientes de cáncer o de otras enfermedades que son terribles y que no tienen cura, como la ELA o la esclerosis múltiple. También es una oportunidad para el profesional sanitario que desarrolla su trabajo en el Imibic porque está obligado a ponerse al día permanentemente, y la tercera, es una oportunidad para Córdoba porque las unidades de investigación clínica tienen un personal con un nivel de cualificación altísimo, son gente muy joven, y supone una oportunidad para retener talento en la ciudad y es una oportunidad para que inversores externos interesados en desarrollar nuevos fármacos también inviertan en nuestra ciudad. Solo en ensayos clínicos sobre el cáncer en el Imibic hay 36 personas que están dedicados exclusivamente a este trabajo y con un nivel de cualificación altísimo. Si no tuviéramos los programas de investigación clínica esas personas probablemente estarían fuera de la ciudad desarrollándose profesionalmente de otra manera», concluye el oncólogo Juan de la Haba.