
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
Comunidad de Madrid
La Asamblea aprueba que el Gobierno de Ayuso no participe en ningún acto de Franco: «Quieren dividir a la sociedad»
Durante el debate, el diputado del PP, Rafael Núñez Huesca, hizo una radiografía sobre la historia de España y el estado de nuestro país en la actualidad, en manos de Pedro Sánchez
La Asamblea de Madrid aprobó este jueves instar al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso a no participar en ninguno de los actos previstos por el Gobierno de Pedro Sánchez por el cincuenta aniversario de la muerte de Franco. Gracias a la mayoría absoluta del PP, y con los votos a favor de Vox, la PNL, que también insta al Ejecutivo central a derogar la Ley de Memoria Democrática, salió adelante.
Para el Partido Popular, tal y como explicaba en la exposición de motivos de su PNL, «el ciclo de actos antifranquistas anunciado por el Gobierno de Sánchez persigue dividir a la sociedad en función de la adscripción política de padres o abuelos, reprobar a los partidos de la oposición, y lo que resulta aún más grave: comprometer a la Corona».
Durante la celebración del Pleno en la Asamblea madrileña fue el diputado del PP, Rafael Núñez Huesca, quien defendió la iniciativa popular. El parlamentario hizo una radiografía sobre la historia de España y el estado de nuestro país en la actualidad, en manos de Pedro Sánchez. Así, retrató al Ejecutivo central por celebrar un centenar de actos por la muerte de Franco.
Núñez Huesca acusó al Gobierno de fomentar la división en la sociedad española y denunció que el PSOE «necesita el conflicto para sobrevivir». «El sanchismo vive de romper la unidad emocional de los españoles y buscan enfrentarnos en todo: mujeres contra hombres, pobres contra ricos, hijos contra padres, trabajadores contra empresarios y, por supuesto, rojos contra azules», afirmó.
En este sentido, señaló que «la estrategia del actual Gobierno se basa en establecer una absurda relación causa-efecto entre la muerte de Franco y el advenimiento de la democracia», obviando el proceso de Transición que llevó a la aprobación de la Constitución de 1978.
El parlamentario popular se mostró especialmente crítico con los actos organizados en torno al 50 aniversario de la muerte de Franco que los calificó de «necroshow» y, además, acusó al Gobierno de utilizarlos como un instrumento de confrontación política.
«Hemos visto al presidente del Gobierno pasar en el Valle de los Caídos con tibias y calaveras, hemos visto una performance guerracivilista en los pasillos del Congreso auspiciada por la presidenta del Congreso, y el cadáver de Franco volar en helicóptero», subrayó.
Núñez Huesca reprochó que el Gobierno haya elegido conmemorar el 20 de noviembre de 1975 en lugar de otras fechas más representativas de la Transición, como la proclamación del Rey Juan Carlos I o las primeras elecciones democráticas.
«Podrían haber escogido la Constitución española, pero no. Ustedes escogieron la única fecha que les permitía lanzar un espectro, porque de eso viven, porque su estrategia política es el antagonismo», afirmó.
El diputado del PP también pidió la derogación inmediata de la Ley de Memoria Democrática. Según Núñez Huesca, esta ley «no persigue otra cosa que dividir a los españoles en bandos irreconciliables» y acusó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de legislar «al dictado de Bildu, los herederos de ETA».
«Una democracia no puede establecer una memoria única y oficial, pero sobre todo, una democracia no puede permitir que sean sus enemigos los que decreten esa memoria única y oficial», advirtió el parlamentario.

El portavoz del PP de Madrid, Rafael Núñez
Decadencia del PSOE
Además de criticar la Ley de Memoria Democrática, Núñez Huesca centró parte de su discurso en lo que considera la «decadencia irreversible» del Partido Socialista desde la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. «Hubo un momento en que el Partido Socialista pudo elegir entre ser Felipe González o ser Largo Caballero, y eligió ser Largo Caballero», sentenció.
Asimismo, subrayó que el declive del PSOE se ha reflejado en sus resultados electorales y en la pérdida de peso territorial del partido. «Felipe González llegó a obtener 202 escaños y gobernaba simultáneamente en 15 de las 17 comunidades autónomas. Hoy, el PSOE apenas supera el centenar de escaños y apenas gobierna en tres comunidades. En algunos territorios, como Madrid, ni siquiera es la segunda fuerza», explicó.
El portavoz adjunto del grupo parlamentario también recordó que varios dirigentes históricos del PSOE han mostrado su rechazo al rumbo tomado por el partido en los últimos años. «César Antonio Molina, exministro de Cultura con Zapatero, ha calificado a Pedro Sánchez de autócrata. Tomás Gómez, exsecretario general del PSOE-M, le ha llamado inmoral. Felipe González y Alfonso Guerra han manifestado su estupor ante la deriva del partido. Leguina y Redondo han sido purgados. Paco Vázquez, histórico alcalde de La Coruña, abandonó el PSOE horrorizado», enumeró el parlamentario.
A su juicio, el PSOE ha perdido su identidad como partido de Estado y ha pasado a depender de los independentistas y de la izquierda radical para mantenerse en el poder. «Lo que queda del PSOE es una maquinaria de poder sostenida a duras penas por pactos con ERC, Bildu y Podemos», sentenció.