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04 de mayo de 2024

ermita candelaria

Las recetas tradicionales cordobesas que encumbran a la ciudad como el principal destino gastronómico de Andalucía

El Chef Judicial

La Ermita de la Candelaria, pasión cordobesa

La calle Candelaria da nombre a este santuario gastronómico que encontraremos en una antigua ermita del siglo XV

En el barrio de la Judería para sentir de cerca los aires del Guadalquivir y revestir una ermita de arte gastronómico, elevándose como uno de los mejores restaurantes del antiguo califato. En tiempos de procesiones y devoción religiosa, en Córdoba existe un lugar con aires de misterio, un callejón en el que adentrarnos para hacer una parada que tenga como emblema el deleite culinario.
Allí, en la calle Candelaria que da nombre a este santuario gastronómico, encontraremos una antigua ermita del siglo XV de pilares ochavados de ladrillo, colores suaves y luminosidad de un patio para irradiar serenidad y calma. Un lugar en el que detenerse y disfrutar de la magnífica calidad de un producto mimado con recetas tradicionales cordobesas que encumbran a la ciudad como el principal destino gastronómico de Andalucía, con la Ermita de la Candelaria como uno de sus esenciales emblemas. Símbolo del rico recetario de la cocina popular en Córdoba.
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Anchoas de Santoña en salazón

Empezaremos nuestro recorrido con una mazamorra genuina, de las de antes, de las de siempre. De esas que enamoran el alma al comprobar su textura suave y cremosa, sustentada en una excelente calidad de la huerta. Una mazamorra acariciada con besos de aceite de oliva virgen extra elevando su sabor hasta el infinito al nadar sobre ella los pimientos asados, la sardina ahumada y el ajo negro. Un plato fresco y delicioso para rebañar y abrir boca con uno de los clásicos cordobeses.
Entre platos ligeros con el culto al gusto como máximo exponente, continuaremos con las anchoas de Santoña en salazón durante nueve meses que nos rinden sobre una base de pimiento confitado y pan de cristal. Frescor que continúa con el salpicón de rape y langostinos o la insuperable ensaladilla de gambas con aove, sin lugar a dudas una de las mejores que probarán en cualquier restaurante. La materia prima encarnada en la gamba y la suavidad de la mahonesa hacen de este plato una estación de deleite que no pueden perderse.
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Una mazamorra genuina, de las de antes, de las de siempre

Clásicos con toques originales como las alcachofas confitadas con velouté de hierbabuena o las berenjenas con quesadillas de setas nos seguirán encandilando para dar entrada a los chipirones con cebolla caramelizada, la ensalada de perdiz encebollada o la delicadeza y ligereza de un sublime carpaccio de lubina marinada. La versión marina de la ensalada se presenta con un guiño a la creatividad con la ensalada de garbanzos y bacalao con una emulsión de hierbabuena que enamorará al comensal.
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Almejas a la marinera cocinadas con mimo y en su justo punto

Tradiciones y recetas para recrear el embrujo cordobés y ver la belleza hecha arte en la pintura de Julio Romero de Torres, un paseo entre la cocina cordobesa que nos sumerge en un delicioso pisto cordobés en el que disfrutarán de tomates de los de antes, donde el sabor se realza a través del aceite de oliva de la provincia cordobesa.
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Taco de bacalao con pil pil de tomate

Guiños de platos consistentes como el cochifrito de la ermita y las croquetas de cocido, pura cremosidad para realzar las recetas de toda la vida, los sabores del pasado que nos reconcilian con nuestra historia. La huerta continúa en permanente ascenso con unas habas con cáscaras en unión perfecta con el huevo y con un velo de papada ibérica que hará de este plato un homenaje a la jugosidad y al cariño en la cocina, un pase para el disfrute y para decirnos que la cocina cordobesa tradicional es inolvidable.
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Rabo de toro al estilo cordobés

Tiempos para el marisco y para la salinidad que nos mostrarán la seña de identidad de La Ermita, homenaje a la tierra andaluza a través de unas sensacionales gambas blancas de Huelva, quisquillas de Motril cocidas o gambas de garrucha. Palabras mayores merecen las almejas a la marinera cocinadas con mimo y en su justo punto, otro plato para rebañar y para entender que a La Ermita de la Candelaria se acude con un único destino posible, el clímax culinario. Las navajas a la plancha abrirán paso a las piezas de captura mayor que revelan a Córdoba como un inesperado puerto de mar en el que el frescor y la calidad de las piezas son cuidadas con esmero para ofrecernos bocados inigualables.
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Torrijas a la antigua culminada en helado de dulce de leche

El lomo de corvina con verduras, la ventresca de bacalao «skeri» a la plancha o el taco de bacalao con pil pil de tomate son estaciones previas al cielo. La merluza de pincho con verduras o la lasaña de choco son magníficas alternativas y reinando sobre todas ellas el impresionante rodaballo con velouté de langostinos.
Veremos caer los rayos del sol cordobés mientras cerramos los ojos y escuchamos las bandas de música, poniendo honor y gloria al esfuerzo de los costaleros en una semana santa que reluce y que en La Ermita se tiñe de belleza al divisar la estatua de la virgen de la Candelaria presidiendo el salón principal.
tarta de chocolate

Locura artesana de chocolate

Maridando una tarde de embrujo, belleza y recuerdos mozárabes hallaremos un tinto de Rioja, un Carlos Moro de 2017. Superlativo tinto envejecido en barricas de roble francés y americano durante doce meses, cien por cien tempranillo. Vino intenso, elegante y redondo. En la mirada, de color picota intensa y viva con ribetes brillantes. En nariz, con notas de barrica ahumadas que dan paso a frutas ácidas maduras, y en boca, con acidez notoria y buen equilibrio con elegantes notas tostadas.
Carlos Moro

Carlos Moro de 2017

Excelente tinto para acompañar con el supremo rabo de toro al estilo cordobés, el plato definitivo que nos enamora como Julio Romero se enamoró de la mujer cordobesa. Sensacional pase de lomo ibérico a la naranja y de solomillo con foie guisado al oloroso de Montilla para dar paso a las notas dulces en forma de locura artesana de chocolate o de torrijas a la antigua culminada en helado de dulce de leche. La Ermita de la Candelaria es sin duda un lugar de devoción gastronómica, paradigma de calidad en la cocina cordobesa.
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