El restaurante que rinde culto a la tradición asturiana en el barrio de Chamartín

Cocina equilibrada con orígenes asturianos en el barrio de Chamartín, propuesta tradicional con recetas sencillas, gastronomía sin estridencias apostando por lo clásico con una carta de mercado que varía cada temporada ajustando la oferta en una tradición renovada en el restaurante Asgaya, en el número 52 de la calle Doctor Fleming. Espacios modernos para jugar con la cocina popular asturiana, capturando sus aromas, sus texturas y emociones imprimiendo notas distintas y un marcado toque de modernidad del chef. Amplia y variada selección de vinos nacionales que acorde con la carta de comidas se caracteriza por su dinamismo para descubrir sensaciones vinícolas que recorren todo el panorama nacional.

Entrantes que despliegan un pica-pica girando en torno a la materia prima, estupendo jamón ibérico cien por cien de bellota que cortado a mano hace las delicias del comensal, unión perfecta entre la elegancia, la delicadeza culinaria y el sabor con excelentes texturas y adecuada sutileza en la grasa del ibérico. Pase de tronío que abre la puerta a productos de la tierra de la Reconquista con la tabla de quesos con frutos secos y mermelada de higos, en la que podremos disfrutar de las variedades de Afuega pitu, queso graso elaborado con leche entera de vaca de las razas Frisona en los valles asturianos, con una singular textura que aporta aromas ácidos, lácticos frescos y recuerdos a mantequilla en evolución a notas de levaduras.

Junto a él, el clásico queso cabrales, potencia aromática y sabor intenso para cerrar los ojos y viajar hasta Oviedo, el queso Casín denominación de origen elaborado con leche entera y cruda de vaca proporcionando un queso compacto untuoso con gran personalidad, el Vidiago, tradición artesana del Valle de Mijares, mezcla de cabra y oveja de pasta prensada y maduración corta, el queso Los Beyos sabor, tradición y acidez procedente de Los Picos de Europa para culminar en un inolvidable Gamoneu aroma con fines toques de humo, explosión de sabor en el paladar con un predominio de suave humo y un culmen de matices ligeramente picantes. Puro sabor asturiano, encumbrando manjares en un tabla de quesos que inicia o culmina la velada.

Notas cantábricas con las anchoas doble cero acompañadas de tiras de pan de cristal tostado con tonos crujientes bañado en tomate rallado, escamas de sal y AOVE. Lomos de sardina ahumadas y marinadas al momento que despliegan un singular aroma y gusto ahumado continuando con la calidad de la materia prima en productos que no defraudan. De la tierra el bloc de foie micuit que se marida artesanalmente con polvo de kikos y tostas de pan brioche. Del mar juegos tradicionales y de modernidad con las zamburiñas al provenzal con suave crema de tomate y puerros gratinada, la cazuela de pulpo picantón para presentar un auténtico reconstituyente en tardes de invierno a base de un guiso de pulpo y callo de bacalao con cachelo crujiente y un toque picante.

Suavidad y gusto a mar con la lasaña de centolla que se sirve con huevas de trucha, arroz salvaje y piparra para imprimir atrevimiento picante, o los canelones de pitu servidos también con huevas de trucha. Cuidada técnica en la sartén con los huevos rotos al cabrales acompañados con puerros y cebollitas sobre crujiente de fariñes, con los huevos rotos con carabineros con patatas chip coronados con su carabinero a la crema o buena fritura con las croquetas de jamón ibérico para regalar cremosidad e intensidad en el ibérico.

Variada selección de verduras con la calidad como razón de ser con una burrata atomatada a la albahaca, la ensaladilla «no rusa» con gambón y piparras en un clásico que no defrauda, la ensalada de bogavante sobre lechuga viva y mahonesa coral o las finas láminas de tomate rosa con ventresca, pimiento asado y vinagreta o los corazones de alcachofas. En la propuesta de notas cálidas nos decantaremos por la parrillada de la huerta y siguiendo la senda de los bocados ligeros, Asgaya nos presenta un carpaccio de solomillo acompañado de la untuosidad del cabello de «Vidiago» y la frescura de unas perlas heladas de mostaza o el tartar de atún rojo marinado con aceite de sésamo y helado de wasabi. Dos pases que despliegan elegancia por la calidad en la materia prima y atrevidas notas picantes con el wasabi.

Tratándose de un restaurante con marcados orígenes asturianos en Asgaya se rinde culto a la cuchara con una genial fabada asturiana acompañada de su compango de Pola de Allende, unas verdinas de la casa con almejas, langostinos y pixín, unos callos a la asturiana o el arroz caldoso con pitu de caleya. En las carnes Asgaya recorre Castilla y el norte con el solomillo de vaca con una deliciosa salsa de cabrales, el lomo de Angus con patatas y pimientos de padrón, buena materia prima con ligeros abrazos de brasa, el clásico asturiano de Pitu de Caleya, un cachopo distinto que se elabora con solomillo de vaca, relleno de una mezcla de quesos e ibérico, la elegancia de las texturas de un cochinillo confitado doce horas al horno a baja temperatura o los platos para rebañar con las albóndigas de rabo de toro que contiene un relleno de mezcla de quesos asturianos e ibérico. Clásicos marinos del norte con la merluza a la sidra con salsa de tomate acompañada de almejas y langostinos o con el pixín cremoso del campo para culminar una variada propuesta que no desentona, apostando por recetas tradicionales con una adecuada relación calidad precio en torno a sesenta euros por persona para un restaurante con voz propia en el barrio de Chamartín que nos trae un pedacito del norte con marcado acento asturiano.