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19 de mayo de 2024

El claustro de los Caballeros, entre los años 1517  y 1528 se construye el claustro

Entre los años 1517 y 1528 se construye el claustro de Los CaballerosPol Mayer

Claustros españoles con los que viajarás en el tiempo

Estos espacios originalmente destinados al retiro, ahora abiertos a todos, conservan su atmósfera de paz y silencio

Lejos de la cotidianidad y el frenesí citadino, se encuentran los monasterios y sus claustros. Muchos de ellos, con orígenes de más de diez siglos, se presentan ante todo el que los visita como espacios de silencio y reflexión que desafían el tiempo y te transportan al pasado.
Dentro de estos claustros, rodeados de vegetación, decoraciones y arquitectura, es imposible quedar embelesado. Aquí están siete claustros españoles que invitan a la meditación, la calma y a la introspección.

1. Monasterio de Poblet

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Monasterio de PobletSFGP

Construido en el siglo XII, hoy es prototipo de abadía cisterciense española. Es uno de los monasterios cistercienses más importantes de Europa y uno de los mayores símbolos históricos de la Cataluña medieval. Se fundó en 1150 por el conde de Barcelona, Ramón de Berenguer IV, y desde entonces contó con la protección y patronazgo de los reyes. Sin embargo, al extinguirse la Casa Real de Aragón comenzó su decadencia. Muchos trataron de mantenerlo en la cima con donaciones durante el Renacimiento, pero nunca alcanzó el esplendor que tuvo. Tuvo su total decadencia y abandono en 1835 con la desamortización de Mendizábal. El edificio presenta una combinación de estilos gótico, románico, renacentista y barroco. En el corazón del monasterio, hay un claustro, muy austero, pero impresionante, con un lavatorio frente al refectorio.

2. Real Monasterio de San Juan de la Peña

El Monasterio de San Juan de la Peña se encuentra en Botaya, al suroeste de Jaca, Huesca

El Monasterio de San Juan de la Peña se encuentra en Botaya, al suroeste de Jaca, Huesca

Con tan solo contemplarlo desde fuera impresiona a cualquiera. Por ello, no sorprende que en la Edad Media algunos pensaran que ahí se encontraba el Santo Grial. Construido bajo una roca, fue el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media, por ello en su Panteón Real están enterrados un buen número de reyes de Aragón. De este monasterio no solo destaca su enclave, sino también su claustro, que, levantado en la segunda mitad del siglo XII, su techumbre se limita a la roca en bruto. Esta ausencia de techo hace resaltar la belleza de los capiteles, hechos por el artista anónimo conocido como Maestro de Agüero o Maestro de San Juan de la Peña. Forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago.

3. Real Monasterio de Santa María de Guadalupe

Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, Cáceres

Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, Cáceres©KORPA

Este monasterio es todo menos austero. Reuniendo distintos estilos como gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico, fue el priorato secular de Alfonso XI de Castilla y Enrique II de Castilla. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Dentro de toda su opulencia, este monasterio guarda dos claustros, uno gótico y otro mudéjar. El primero es conocido como claustro de la botica y el segundo es llamado de Los Milagros y tiene un templete decorado con azulejos y yesería en el centro del jardín.

4. Monasterio de San Juan de los Reyes

Monasterio San Juan de los Reyes, Toledo

Monasterio San Juan de los Reyes, ToledoSFGP

Este monasterio es un cenobio ubicado en Toledo, perteneciente a la Orden Franciscana y construido por la Reina Isabel I de Castilla. Su propósito era convertirlo en mausoleo real, en conmemoración de la Batalla de Toro y el nacimiento del príncipe Juan. El arquitecto fue Juan Guas y se ha convertido en uno de los ejemplos más valiosos de gótico isabelino. Dentro, tiene un claustro de dos alturas, donde destacan ornamentos de tracería flamígera y bajo relieves de motivo vegetal y animal.

5. San Juan de las Abadesas

San Juan de las Abadesas

San Juan de las AbadesasSFGP

Situado en la localidad del mismo nombre, fue el único monasterio femenino de Cataluña hasta el año 945. Se fundó hacia el 885 por el conde Wilfredo el Velloso, figura muy importante en el medioevo catalán. Los destinó a su hija Emma, la que fue la primera abadesa del monasterio, asumiendo el cargo a los 14 años. Este monasterio posee un claustro de dos pisos de estilo gótico construido en el siglo XV, y más conocido como San Mateo. Todavía conserva algunos restos del claustro románico anterior, que contrastan con características góticas muy marcadas.

6. Iglesia de Santa María de Eunate

Iglesia de Santa Maria de Eunate

Iglesia de Santa Maria de Eunate

Esta iglesia está ubicada en Navarra, donde se juntan los Caminos de Santiago aragonés y navarro. Se dice que es de origen templario, sin embargo, no hay nada que acredite esto. Es muy famosa por su portada románica, que ha sido estudiada exhaustivamente. Una de las cosas que más llama la atención de esta construcción es su claustro exterior. De planta octogonal, solo tres lados son originales, y son estos los que mantienen los capiteles historiados. El resto de los lados, son de una reconstrucción del siglo XVII. Construida en la segunda mitad del siglo XII, este es unos de los claustros más singulares y misteriosos de España.

7. Real Monasterio de Santa María de Veruela

Monasterio de Santa Maria de Veruela

Monasterio de Santa María de VeruelaSFGP

Esta abadía cisterciense del siglo XII, ubicada en la provincia de Zaragoza, es la última en la lista, pero no por ello menos impresionante. Sus orígenes se remontan a 1141, cuando, Pedro de Atarés, un noble de la familia real de Aragón, donó los valles de Veruela y Maderuela a los monjes franceses de la abadía de Escaladieu, para que fundasen un monasterio bajo la advocación de la Virgen María. Muchos años después, llega uno de los poetas postrománticos más conocidos del país, Gustavo Adolfo Bécquer. El joven poeta, acompañado de su hermano, buscaban protegerse de la tuberculosis en el Moncayo. Por aquella época, este monasterio había sido convertido en una posada tras la desamortización de Mendizábal, por lo que el escritor se hospedó aquí un tiempo. Fue bajo la inspiración de este monasterio y su claustro cuando Bécquer escribió su célebre Desde mi celda.
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