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Interior del Transcantábrico

Interior del Transcantábrico

Todos los secretos del Transcantábrico, el único tren de gran lujo que tiene España

Vagones históricos hechos para la aristocracia inglesa, alta gastronomía, paisajes de montaña, valles y mar conforman una joya turística única

La discreta promoción de los Trenes de Lujo del Stand de Renfe en la última edición de Fitur, clausurada hace hoy una semana, pasaba prácticamente desaperciba, como ahogada en un marasmo de carteles y visitantes. La apabullante presencia de los grandes tour operadores y de esa industria turística que vende millones de estancias en uno de los países más visitados del mundo es capaz de opacar algunas de nuestras pequeñas joyas. Pero esta aguja en un pajar de sol y playa y cerveza barata es capaz de brillar con luz propia y se mide sin complejos con esos trenes de lujo que hacen soñar a viajeros de todo el mundo, desde el Venice Simplon-Orient-Express al Rovos.

Los trenes de lujo de Renfe nos remiten en muchos aspectos a los míticos Orient- Express y Le Train Bleu, los dos grandes protagonistas de aquella edad dorada del ferrocarril en Europa. No es coincidencia ni imitación. Varios de los vagones que forman parte del Transcantábrico y del Al-Andalus fueron en realidad construidos para estos trenes en los años veinte del siglo pasado. En ellos se desplazaban miembros de la aristocracia inglesa entre Calais y la Costa Azul buscando el sol mediterráneo durante ese largo fin de semana que fue el periodo de entreguerras. Cien años después, los paisajes que ahora atraviesan nada tienen que envidiar a los de Francia, más bien al contrario, y se mueven en itinerarios llenos de historia y cultura, deliciosos parajes por dos de las áreas más bellas e interesantes de la geografía española. Lo tienen todo, tan solo les falta quizá ese áurea de los trenes míticos, ese cartel de leyenda, ese aroma que despenden los llamados viajes «de una vez en la vida».

Vistas del tren Transcantábrico

Vistas del tren Transcantábrico

«A España le perjudica ese «cartel» de destino barato y de volumen a la hora de posicionar sus productos de muy alto nivel, como estos», señala al respecto a El Debate Chelo de la Pinta, fundadora de Anyway Travel, agencia de viajes exclusivos y a medida. «He tenido clientes tanto en el Transcantábrico como en el Al-Anladus, principalmente de Sudamérica. Siempre vuelven encantados. Algunos habían hecho antes el Orient-Express y me comentan que nada que envidiar. Al contrario».

El Transcantábrico es considerado uno de los trenes más exclusivos y lujosos del mundo, la joya de la corona de Renfe. Tan solo dispone de 14 suites repartidas en 7 coches, cada una de ellas con salón, dormitorio y baño privado. El hecho de disponer de este último les hace incluso más deseables para algunos viajeros que el propio Orient-Express, pues la mayoría de sus vagones carece de baño privado al tratarse de compartimentos históricos. En los trenes españoles, a diferencia del que tan popular hizo Agatha Christie, los coches originales, de los años 20 y 30, se reservan exclusivamente para los salones y no para los coches cama, de fabricación más moderna. Aunque los históricos Pullman han sido reformados y decorados especialmente para estos trenes de lujo tras ser adquiridos por Renfe hace años, conservan muchos elementos art decó de la época, como la valiosa marquetería o los apliques. Son todos vagones Pullman, muy valorados y cotizados por los amantes de la historia del ferrocarril, que han sido rescatados por trenes históricos de diferentes países. Conviene recordar que George Pullman, nacido en el interior de Estados Unidos, ha pasado a la historia de los viajes por ser el primero en pensar en cómo hacer que viajar en tren fuera cómodo y lujoso, creó los coches cama y los vagones restaurante. Y aunque el tren nació en Inglaterra, esta idea de confort vino de Estados Unidos precisamente por las largas distancias que tenían que recorrer los trenes en ese país. Y de ahí, saltaron a Europa.

Interior del tren Transcantábrico

Interior del tren Transcantábrico

El Transcantábrico dispone de 4 vagones originales de 1923 y el Al Andalus tiene otras cuatro joyas ferroviarias, cuatro coches salón Pullman de los años 1928 y 1930. Son zonas comunes en ambos casos destinadas al placer de viajar, a las tertulias, a la lectura, o los juegos de mesa, a actuaciones musicales programadas para los viajeros y, muy especialmente, a disfrutar de la cuidada oferta gastronómica, adaptada a la identidad y tradiciones culinarias, así como el producto local de las diferentes localidades que atraviesan. Son, pues, verdaderos embajadores de la gastronomía española.

Transcantábrico

Tren Transcantábrico

El Transcantábrico ofrece la Ruta del Norte, de ocho días y siete noches de duración, y rutas cortas de cuatro días. El itinerario de los viajes de una semana de duración arranca desde San Sebastián y concluye en Santiago de Compostela y viceversa, dependiendo de las fechas. Realiza paradas nocturnas en Carranza, Santander, Cabezón de la Sal, Llanes, Oviedo, Luarca y Vivero. Una de las diferencias con otros trenes de lujo similares, es que los trenes españoles no realizan desplazamientos nocturnos, lo que tiene la ventaja de no perderse en ningún momento el paisaje y la desventaja de limitar el desplazamiento. Una vez en las estaciones, se realizan actividades y excursiones a las propias localidades donde se pernocta y aquellas cercanas de interés, y que incluyen ese año Bilbao, Comillas, Santillana del Mar, Altamira, Covadonga, Cangas de Onís, Gijón, Ribadeo, Viveiro, Ferrol para concluir en el Parador de Santiago de Compostela. Los itinerarios de cuatro días hacen dos rutas: Oviedo-Santander y Santiago de Compostela-Gijón. El Transcantábrico tiene su primera salida para la temporada 2025 el próximo 15 de marzo, puesto que cierra anualmente entre noviembre y hasta casi la primavera.

Mapa del Transcantábrico

Mapa del Transcantábrico

El Al-Andalus, por su parte, arranca la temporada el próximo 23 de marzo, si bien las rutas andaluzas no operan durante los meses de julio y agosto por considerar las temperaturas excesivas en esta parte de España. El Al-Andalus recorre toda la comunidad autónoma de punta a punta, si bien este año no pernoctará en Málaga por primera vez, aunque sí se visitará la ciudad. La duración del viaje es de 7 días y 6 noches, con salidas y destino desde Sevilla y Granada.

Tren Al Ándalus

Tren Al-Andalus, que recorre AndalucíaRENFE

El Costa Verde Express, un tren de lujo moderno, hace un recorrido similar al Transcantábrico y el último componente de este nicho de Renfe es el Expreso de la Robla, con recorridos entre Bilbao y León (y viceversa) y la llamada Ruta del peregrino, de seis días de duración, con un itinerario pensado específicamente para quienes desean combinar parte del Camino de Santiago a pie con la experiencia de un tren de lujo, con paradas nocturnas en Oviedo, Viveiro, Ortigueira y Ferrol.

Oferta gastronómica

La experiencia gastronómica es una parte muy importante de los viajes, pues todos los desayunos y buena parte de las comidas y cenas se realizan abordo. Es también uno de los aspectos más valorados por una clientela mayoritariamente internacional. La filosofía responde a la idea de Pla: el paisaje en el plato. Con una oferta de muy alta calidad supervisada desde hace años por el chef Ramón Celorio. Para el director gastronómico de los trenes de lujo de Renfe, una de las claves es el producto, lo que les obliga a cuidar especialmente sus proveedores locales, de los que se van abasteciendo a lo largo del recorrido. Al tratarse de una empresa pública, todos los proveedores, así como los restaurantes, tablaos o bodegas que forman parte de experiencias y actividades que se ofrecen a los viajeros, tienen que concurrir a la preceptiva licitación, en la que se valora la oferta de gastronomía local de calidad.

Restaurante del tran Al Andalus

Restaurante del tren Al-Andalus

A bordo del Transcantábrico, tal vez muchos de sus viajeros venidos de aquí y de allá degusten por primera vez una fabada, cocochas en salsa verde o un bacalao al pilpil. De postre, dulces regionales, como los célebres hojaldres de Las Hijas de Pedro, de Cabezón de la Sal. Y todo esto, en vagones restaurantes deliciosamente decadentes con paredes de marquetería, butacas de terciopelo y cubiertos de plata. Las experiencias culinarias alcanzan sus mejores valoraciones en los trayectos del Transcántabrico. «Se nota el buen posicionamiento gastronómico del Norte de España», señala al respecto Chelo de la Pinta. «Se podría decir que el cliente de este tren valora algo más el buen comer, mientras que en los itinerarios de Al-Andalus se busca más la visita cultural a los grandes iconos de Granada, Sevilla, Córdoba, Jerez…. En los viajes del norte también hay más hispanoamericanos y son frecuentes los que quieren recorrer la tierra de sus antepasados», añade.

Por su alto precio, por el conocimiento previo de la región o por la posibilidad de recorrerla en coche propio son muy pocos los españoles que se plantean disfrutar de estos trenes de lujo. «Aunque creo que es un viaje familiar inolvidable, por este precio, muchos españoles prefieren irse a Maldivas», concluye. Una frase para la reflexión teniendo en cuenta nuestra temperatura media y la calidad de las playas españolas en lugares como Ibiza, Mallorca o la Costa Brava y el preocupante desconocimiento de los jóvenes del riquísimo y diverso patrimonio histórico, cultural y paisajístico español.

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