La fábrica abandonada de zumos que se ha convertido en el espacio cultural más rompedor de Madrid. 002

La fábrica abandonada de zumos que se ha convertido en el espacio cultural más rompedor de Madrid

La España abandonada

La fábrica abandonada de zumos que se ha convertido en el espacio cultural más rompedor de Madrid

Cada semana, Álex Navajas nos descubre los lugares más sorprendentes del país. Hoy viaja hasta el Cortijo de San Isidro (Madrid), donde ha abierto un sorprendente edificio

Nave industrial sesentera llena de basura y artefactos. Con esta definición, pocos son los que podrían mostrar el más mínimo interés por la destartalada edificación situada en el Cortijo de San Isidro, un curioso poblado que mandó construir Carlos III a las afueras de Aranjuez (Madrid). Pero algo tenía que atrapó inmediatamente la atención —y el corazón, y el bolsillo— de David, un empresario maderero de la zona.

Se la jugó, la adquirió, la despojó de todos los añadidos, retiró todos los elementos postizos, la vació y la desnudó, devolviéndole su esplendor prístino. Y, poco a poco, con mimo, con acierto, la decoró, creando un contraste sorprendente entre el brutalismo de sus paredes y la vida y la calidez de sus maderas.

Ahora, numerosas discográficas la eligen como escenario donde grabar los videoclips de sus artistas, y por el Espacio Colores —que es el nombre que recibe ahora— han pasado desde Saiko hasta Pablo López o Mikel Izal. También se han rodado anuncios publicitarios y se emplea como sala polivalente donde impartir cursos, conferencias y organizar exposiciones de arte.

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