Templo Wat Mahathat en el Parque Histórico de Sukhothai, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Sukhothai, la Tailandia más auténtica y menos conocida de la primera capital del Reino de Siam
Cuna de la civilización tailandesa y declarado Patrimonio de la Humanidad, es un destino único por sus chedis o estupas y sus impresionantes esculturas de Buda
El prestigioso e influyente US News & World Report ha clasificado a Tailandia como el primer país de Asia en cuanto a riqueza y patrimonio cultural y el octavo a nivel mundial. Viajamos a la que fuera primera capital del reino de Siam, una de las joyas más preciadas de Tailandia, ideal para visitantes que buscan involucrarse en las profundidades culturales del País de la Sonrisa.
Sukhothai es una de las joyas más preciadas de Tailandia, ideal para conocer las raíces culturales del País de la Sonrisa
El evocador Reino de Siam no fue solo un reino, sino el primer estado tailandés unificado y origen de su escritura. Surgió durante el siglo XIII, cuando las comunidades tai que habían llegado un siglo antes desde el sur de China decidieron autogobernarse sin la tutela jemer. Hicieron florecer el budismo Theravada y, controlando los fértiles arrozales y el comercio, pudieron sostener su economía y completar la unificación.
«Amanecer de la Felicidad»
La cima Khao Luang en el Parque Nacional de Ramkhamhaeng.
Así nació la matriz de la Tailandia histórica, origen y amanecer cultural que aún hoy se percibe en Sukhothai, la que fuera su capital y que, no en vano, significa «Amanecer de la Felicidad». Aquí se asentaron las bases religiosas, políticas y culturales de la futura Tailandia. Sus paisajes con legendarios arrozales, ríos y colinas, la serenidad de sus templos, una profunda espiritualidad, arte refinado y la hospitalidad de su gente convierten esta región en un foco inédito de identidad cultural. Siendo Tailandia el único reino del sudeste asiático jamás conquistado, este lugar romántico permite que la imaginación transporte al viajante desde la realidad hasta la leyenda por caminos de paz.
El Parque Nacional de Ramkhamhaeng es un lugar cargado de historia y espiritualidad
Su puerta de entrada es el Aeropuerto de Sukhothai. Por carreteras en buen estado que atraviesan arrozales y preciosos paisajes rurales se llega al Parque Nacional de Ramkhamhaeng, una impresionante zona montañosa y biodiversa, con densos bosques tropicales, cascadas y una gigantesca arboleda, que culmina en su pico más alto, Khao Luang, a 1.200 metros. Un lugar cargado de historia y espiritualidad, pues cuentan que el rey Ramkhamhaeng, responsable de la expansión del reino de Siam, buscaba en estos montes la meditación y el sosiego necesarios para reinar correctamente. Una de las cinco huellas sagradas atribuidas al Buda Gautama se encuentra tallada en la roca de la cima de Khao Luang, lugar de veneración y el mayor referente espiritual del parque.
Templos de peregrinación
Parque Histórico de Sukhothai.
Otro lugar de peregrinación es Wat Pa Mamuang, monasterio real en tiempos de Ramkhamhaeng y que aún conserva inscripciones originales. Los senderos y cumbres del parque esconden miradores que conectan la montaña con las leyendas fundacionales de Siam, o pequeños templos y figuras de Buda donde los fieles depositan sus ofrendas. También se han hallado restos arqueológicos de antiguos templos, que atestiguan que efectivamente era este un lugar sagrado y de retiro espiritual.
Muy cerca, continuando hacia el norte, se encuentra el Parque Histórico de Sukhothai, Patrimonio de la Humanidad. Es el corazón aún latente de la primera capital del reino de Siam, conserva su aureola legendaria y casi mística. Entre estanques, columnas y templos, las esculturas de Buda reflejan el poder cultural de aquella época áurea donde lo espiritual y lo estético se fundieron en perfecta armonía.
Buda Pang Ham Yad en la postura de la paz.
El parque puede recorrerse en bicicleta o caminando, siendo el amanecer o el atardecer los mejores momentos para hacerlo, no solo para evitar el calor, sino sobre todo por los tonos anaranjados que, reflejados en las piedras, transforman el lugar en un escenario único, casi irreal. El Buda Pang Ham Yad, en postura de la paz, es uno de los Budas más importantes y venerados del parque por estar asociado a la figura del rey Ramkhamhaeng y por ser de los pocos que se mantienen en el lugar original.
La fiesta de Buda
Fiesta de Makha Bucha.
Aquí se celebra con fervor la fiesta de Makha Bucha, que conmemora el primer sermón de Buda y se celebra en agradecimiento por sus enseñanzas. Miles de fieles ofrecen velas al caer la noche mientras rezan sus acciones de gracias. Otro de los más visitados es el Buda gigante de Wat Si Chum, el templo de la sabiduría, también del siglo XIII. Su tamaño colosal (15 metros de altura y 11 metros de ancho), en postura sentada y encajado entre muros, resulta impactante y sobrenatural. El escenario y las pagodas de alrededor evidencian el esplendor y la gloria que tuvo Sukhothai.
Ruinas formidables
Estatuas de elefantes rodean y «sujetan» el chedi Wat Chang Lom.
Es Wat Maha That otro gran templo, reconstruido en el siglo XIV. El chedi principal contiene reliquias de Buda dentro de un capullo de loto, pero hay otros ocho más, todos al estilo de Sukhothai, con 28 imágenes de Buda y estucos que representan la vida del Maestro. El gran tesoro es un Buda que, según la leyenda, el rey Lithai cubrió con bronce fundido por él mismo. Y en Wat Chang Lom, de estilo Ceilán, destaca su sobrecogedor y magnánime gran chedi con forma acampanada y tres niveles de base cuadrada con hileras de elefantes (chang) que supuestamente cargan con la estupa.
En la ciudad moderna se encuentra el museo privado de porcelanas de Sangkhalok, una colección única en el mundo con las porcelanas producidas en Sukhothai en los siglos XIII y XIV. También organizan talleres de cerámica para aprender a reproducir piezas de estilos antiguos.
Un viaje único
Carla Royo-Villanova con el Buda gigante de Wat Si Chum.
Apenas 63 kilómetros siguiendo hacia el norte se encuentra otro Parque Histórico, el de Si Satchanalai, que fuera la ciudad hermana de Sukhothai en los tiempos de esplendor y hoy también Patrimonio de la Humanidad. Destaca entre sus formidables ruinas el templo Phra Si Ratana Mahathat Chaliang; su torre es símbolo del mestizaje arquitectónico entre los estilos jemer, sukhothai y ayutthaya.
Considerado uno de los más antiguos, es conocido por los lugareños como Wat Prang. La vegetación y la soledad del lugar consiguen inevitablemente un encuentro natural con la meditación y el sosiego. Otros templos son Wat Chang Lom, que, al igual que su homónimo en Sukhothai, se impone con un gran chedi escoltado por elefantes; Wat Chedi Jet Taew, impresionante con sus 33 estupas distribuidas en siete filas y de diferentes estilos, y Wat Nang Phaya, donde admirar los relieves estucados.
Cerámica de lujo
Cerámica de Sangkhalok.
La ruta culmina en Sangkhalok, localidad famosa por sus cerámicas exportadas desde antaño a China y Japón. Hay varios museos con piezas originales, pero destaca el Museo Nacional de Sawankhaworanayok, donde puede contemplarse una vajilla rescatada de un naufragio en el golfo de Tailandia. Aún hay talleres abiertos al público para poder admirar el minucioso trabajo y tradición alfarera que fascinó a reyes y emperadores de Asia y contribuyó al enriquecimiento del reino.
Dónde dormir
Hotel Sriwali.
Un magnífico lugar para alojarse es el Hotel Sriwilai; en mitad de la ruta, este resort es mucho más que un hotel: un lugar donde apreciar ese arte de vivir tan especial que ofrece Tailandia.