La pasada semana comenzó la vacunación contra la COVID-19 en España en los niños de cinco a once años y ante esto, es habitual que los más pequeños sientan miedo ante el incómodo pinchazo en el brazo. La fobia a las agujas o tripanofobia puede ser exteriorizado de muchas maneras. Hay quienes se desmayan, lloran, tienen nauseas, palpitaciones, dificultad para respirar o incluso ataques de pánico solo con ver una. Este miedo irracional es angustioso para los más pequeños, pero también lo es para sus padres o los sanitarios que los atienden.
Desde Aspen Pharma España, publicaron un estudio en 2018 sobre la tripanofobia en el que concluyeron que una cuarta parta de la población siente pánico a las agujas. Muchas veces, no haber gestionado esta situación en la infancia conlleva la posible aparición de fobias más adelante.
Cómo paliar el miedo a las agujas
- Confianza: el niño ha de sentirse cómodo con la persona que le atiende, ya sea el médico, la enfermera o el familiar que administre el tratamiento.
- Información: hacerle saber por qué es necesario el tratamiento, en este caso la vacuna contra la COVID.
- Participación: integrar al niño en proceso de vacunación, haciéndole preguntas o explicándole los pasos a seguir hará que pierda el miedo.
Por edades, también hay una serie de consejos para los padres a la hora de afrontar con sus hijos el momento de la vacunación. En lactantes, por ejemplo, aunque suele haber mucha menos resistencia por parte de los pequeños, es bueno transmitirles tranquilidad a través del contacto piel con piel con su madre. Esto hará la experiencia mucho más llevadera. Los expertos en la materia aconsejan que mientras se procede a la inyección se esté amamantando al pequeño. En cambio, en niños en edad preescolar (3-5 años), la distracción es lo que mejor funciona, mientras que en niños mayores de seis años es la información lo que les mantiene más serenos.
- Contar chistes o bromas que hagan reír al niño.
- Escuchar música o cantar una canción juntos.
- Leer un cuento o ver un vídeo que distraiga su atención.
- Evitar estar tumbado, mejor en posición erguida o sentado.
- Convertir la vacunación en un reto que superar, haciéndolo parecer un juego.
- Un anestésico tópico para aliviar el dolor en forma de crema.