Sus padres Andy MacDowell y Paul Qualley están orgullosos de ella
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Margaret Qualley, mucho más que 'hija de'
La actriz, modelo y bailarina se ha ganado con talento el reconocimiento internacional
A Margaret Qualley la conocimos en 2017 por protagonizar un ya legendario spot de Kenzo. Con un vestido verde de Carol Lim y Humberto León, se movía con una energía salvaje, provocadora e insolente que recorrió el mundo entero. Por aquel entonces, poco más sabíamos aparte de que era la hija pequeña de la modelo y actriz Andie MacDowell.
En un primer momento, hay quien pensó que su fama sería tan efímera como la de muchos otros hijos de que se servían del nombre de sus padres para endulzar su propia carrera. Entonando el mea culpa desde entonces, los medios y la crítica se han rendido a los pies de esta modelo, bailarina y actriz de 26 años que se ha ganado con talento su reconocimiento.
Primero, lo demostró interpretando a la hija de Justin Theroux y Amy Benneman en The leftovers, pero se encumbró a la cima como musa de Tarantino en Érase una vez en Hollywood. Con su irreverente papel de Pussycat, una de las integrantes del clan de Charles Mason, se consolidó como una de las actrices del momento. Esa dulzura y apariencia naïf contrastaba a la perfección con la locura que el personaje planteaba.
Con su hermana mayor Rainey en la fiesta de Vanity Fair posterior a los Oscar
Recientemente, se ha enfrentado a uno igual de complicado en La Asistenta, miniserie que supone su primera colaboración con Netflix, que está basada en la vida real de la escritora Stephanie Land.
Aunque su acercamiento al Séptimo Arte le valió, además, la nominación a un Emmy por su papel en la serie Fosse/Verdon como Ann Reinking, inicialmente su carrera se encaminó, primero, hacia el baile.
A los 14 años se inscribió en la Escuela de Arte de North Carolina después de su infancia en un entorno rural a caballo entre las casas de McDowell y Qualley. Dos años más tarde, se instaló en Nueva York para formar parte de la compañía American Ballet Theatre, pero tras conseguirlo dejó de entusiasmarle y probó suerte en el mundo de la moda.
Llegó a desfilar para Valentino y Chanel. Fue su aparición en el Festival de Venecia de 2019, donde presentó la cinta Seberg, la que la convirtió inmediatamente en un icono de estilo. Gucci, Miu Miu o Dior son algunas de sus firmas fetiches sobre la alfombra roja. Ya sea en su faceta de bailarina, actriz o modelo, lo que está claro es que su nombre dará que hablar.
A su paso por la gala del MET con Lily Rose Depp demostrando que es un icono de estilo
