Gabriel Boric e Irina Karamanos
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Irina Karamanos, la «no» Primera Dama de Chile
La pareja del actual presidente considera que es un rol que tendría que repensarse
Militante feminista, Irina Karamanos será la nueva Primera Dama de Chile después de que su pareja desde hace dos años, Gabriel Boric, se convierta, a sus 35 años, en el primer mandatario más joven del país. Sin embargo, no está de acuerdo con la conocida figura. «El cargo de primera dama merece ser repensado porque estamos en tiempos distintos, han cambiado muchísimas cosas y hay que repensar el poder y las relaciones que emergen de él», explica.
Irina, de 32 años, es hija del profesor de enseñanza básica y dirigente de la comunidad helénica de Santiago en los años ochenta Jorge Karamanos y de Sabine Adrían. Estudió Antropología y Ciencias de la Comunicación en la prestigiosa Universidad de Heidelberg y, al regresar a Chile, continuó sus estudios en Artes Visuales, Gestión Cultural, Derechos Lingüísticos y Formación ciudadana.
La pareja es bastante discreta con su relación
Posteriormente, se acercó al Movimiento Autonomista, organización política de izquierda que fundó Boric. Más tarde comenzó a militar en el mismo partido que su novio, Convergencia Social, donde lidera el frente Feminista.
Siempre ha huido de la exposición mediática, ha escrito varias columnas para medios como The Clinic sobre paridad y el rol de la mujer en la política. De hecho, en la campaña de Boric hacia la Presidencia, ha estado dedicada a fortalecer el carácter feminista de la misma. Desde el propio partido apuntan que Karamanos ha tenido un rol político fundamental en la candidatura y la describen como la «principal confidente y consejera de reflexión política» de Boric.
Este, en cambio, siempre que ha sido preguntado por el origen de su relación, ha señalado que son «espacios íntimos». Lo único que se sabe al respecto es que son pareja desde hace dos años y siempre han querido mantener su relación de manera privada, aunque, ahora, al tomar posesión del cargo es posible que sea más difícil mantener su amor al margen de la opinión pública.
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