
Javier Iglesias Santos con Chiara Allegrini y su madre María Edite Santos llegando a un juicio por la supuesta paternidad de Julio Iglesias
Gente
Javier Santos, el hijo no reconocido de Julio Iglesias en su momento más complicado
Todos los problemas que le enfrentan a su progenitor están empezando a pasarle factura, de ahí que haya puesto tierra de por medio apostando por una nueva vida en Italia, desde donde piensa seguir luchando por sus propios intereses
Javier Santos, el hijo no reconocido de Julio Iglesias, se siente especialmente dolido con su padre, a quien recrimina no estar a su lado en sus peores momentos, pero sí solidarizarse con causas ajenas como la guerra rusa. Se trata de un conflicto bélico que está afectando a la sociedad al completo y Javier entiende que sea un asunto que le cause dolor, como a la mayoría. Sin embargo, lo que no llega a comprender es cómo es capaz de sensibilizarse con este tipo de problemáticas, pero no con las que atentan directamente contra la vida de su hijo.
Hace tiempo que el joven no profundiza en los asuntos que le enfrentan al que él considera su progenitor y la razón no es otra que la etapa tan complicada que atraviesa desde hace varios meses. Reconoce que no pasa por un buen momento y que por eso se niega a hacer declaraciones públicas que luego puedan ir en su contra, y más aún cuando su abogado, Fernando Osuna, está a punto de presentar un recurso de amparo en Estrasburgo.
Al parecer, todo lo acontecido durante estos años atrás le está pasando factura, ya que para él no ha sido plato de buen gusto batallar con su padre en los tribunales, ni tampoco llevar el conflicto a los medios de comunicación.
Javier Iglesias con su madre María Edite Santos llegando a los juzgados de Valencia
No obstante, tal y como recoge 20 minutos, Santos ya ha tomado cartas en el asunto. Lejos de tirar la toalla y sumirse en una tristeza y en una consternación que poco a poco le pueda ir derivando en serios problemas de salud, ha optado por hacer las maletas y abandonar su casa de Valencia para mudarse con su mujer y su hija a Italia. Allí es donde está tratando de recomponer su vida y empezar de cero dejando a un lado el odio, la rabia y el rencor, y centrando su día a día en la búsqueda de paz y tranquilidad, aunque a veces le resulte inevitable y más si se trata de su padre y de actuaciones contradictorias que le hacen caer en la cuenta de que sigue sin querer saber nada de él.
Sea como fuere, Javier no está solo. Cuenta con el apoyo de sus amigos y familiares entre los que destaca su madre, considerada su pilar fundamental. Mientras su hijo trata de recomponerse de cada golpe que le da la vida, ella muestra absoluta confianza en que la justicia le dará la razón y castigará al reconocido artista por todo el daño que le ha causado a Javier durante todos estos años en los que la causa judicial aún no ha sido resuelta.
Según informa el citado medio, Javier ya no busca que su padre le de el sitio que supuestamente merece y tampoco venganza por todos los desprecios que le ha hecho, sino ser reconocido como hijo legítimo y debidamente compensado con lo que le corresponde como tal. Esta es la pretensión de Santos, pero teniendo en cuenta que Julio se mantiene firme en su decisión, aparentemente inamovible, resulta complicado pensar en que el hijo no reconocido del exmarido de Isabel Preysler conseguirá todo lo que le pide.