La nueva generación de aristócratas que deslumbra en España

Rehuía de los focos, figuraba lo estrictamente necesario y prefería un apacible día a día, al margen de los chascarrillos de la prensa. A Álvaro Falcó nunca le interesó la fama. Pero de manera involuntaria cobró cierta notoriedad tras empezar a salir con la bella Isabelle Junot y posteriormente, heredar el marquesado de Cubas, en abril de 2021. Hoy todas las miradas se dirigen a Plasencia, concretamente al palacio de Mirabel, donde se darán el ‘sí, quiero’ el hijo del fallecido Fernando Falcó y la hija del empresario Philippe Junot. Álvaro Falcó forma parte de esa nueva generación de aristócratas con desigual popularidad, que sitúa en un extremo a Tamara Falcó, marquesa de Griñón, omnipresente en las fiestas capitalinas y revistas rosas y en el otro, a Victoria Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, máximo exponente de la discreción y la mesura.

Tamara Falcó caminará hoy exultante, de la mano de su novio Íñigo Onieva, para asistir al enlace de su primo Álvaro, con el que siempre tuvo una gran sintonía. Será una de las parejas más buscadas, tanto por los fotógrafos a la entrada al palacio, como por los curiosos que se desplazarán hasta allí. Desde que se coronó en 'MasterChef Celebrity' en 2019, su agenda de compromisos profesionales se ha diversificado y engrosado a partes iguales. Un año más tarde, heredaba el marquesado de Griñón y estrenaba novio. Su inesperado amor por Onieva reforzó su presencia en medios, con los paparazis al acecho de sus continuas escapadas románticas.

Hay otros jóvenes aristócratas que han optado por dosificar su presencia en el plano mediático. Un caso intermedio sería el de los duques de Huéscar, quienes han logrado un certero equilibrio entre fama y privacidad. Miden mucho sus apariciones y las vinculan a las celebraciones familiares o planes culturales. Es habitual que los fotógrafos retraten a Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo en sus salidas al Teatro Real o en las bodas de amigos. El matrimonio reside en un luminoso ático a pocos metros del palacio de Liria, junto a su hija Rosario. A Sofía le llena además su faceta profesional en Around Art, una agencia especializada en viajes personalizados a medida, que preside su madre, Sofía Barroso.

Contadas son las apariciones públicas de Alejandra Romero, la duquesa de Suárez, quien está embarazada de su segunda hija. Recientemente fue fotografiada junto a su marido Pedro Armas, durante una tarde de compras por Madrid. Difícil resulta pillarla en fiestas o eventos y son pocas las imágenes que se encuentran de ella en las agencias de noticias. La nieta de Adolfo Suárez trabaja en uno de los bufetes más importantes del mundo, Herbert Smith Freehills. Y puede estar orgullosa de haberse ganado a pulso su puesto, ya que en el proceso de selección de candidatos ocultó su identidad.

Otro matrimonio que tampoco busca el foco mediático es el compuesto por Javier Martínez de Irujo e Inés Domecq, marqueses de Almenara. Dividen su tiempo entre Madrid y Jerez y son padres de dos hijos; Sol y Alfonso. Las imágenes que hay de ellos se contextualizan en escenarios veraniegos en familia. Inés, siempre presente en las lista de las más elegantes, hizo de su pasión profesión fundando, junto con su amiga Virginia Pozo, la firma de IQ Collection. Prefiere que sean sus diseños los que hablen por ella.

Poco se prodiga en actos públicos Victoria Elisabeth von Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinaceli, una joven tímida, discreta y natural. A los 19 años, heredó el ducado de su padre Marco de Hohenlohe. Hoy es la mujer con más títulos nobiliarios de España, un número que asciende a 43.