Su vida estuvo marcada por sus cinco matrimonios, abortos, intentos de suicidio y consumo de drogas
Gente
Cien años de Judy Garland: cómo `El mago de Oz´ arruinó su vida
Marcada por la codicia de la industria hollywoodiense, la historia de Garland es una tragedia absoluta que demuestra los horrores de la fama forzada
El 1 de febrero de 1937, un grupo de ejecutivos de la conocida productora MGM se reunió para brindar en honor al cumpleaños de Clark Gable. En cierto momento, un pequeño tintineo sorprendió a los asistentes y todas las miradas se volvieron hacia un foco que iluminaba a Judy Garland, sentada nerviosamente sobre un piano. Con sus grandes ojos marrones fijos en el actor, interpretó You made me love you, una canción popularizada años antes por Al Jolson y que sembró el estrellato de la prominente actriz cuando después la interpretó en Broadway Melody of 1938 mientras miraba enamorada una fotografía de él.
El mágico momento selló la calificación de estrella de una joven Frances Ethel Gumm. Al año fue elegida para interpretar a Dorothy en El mago de Oz, un papel icónico que la transformó en una de las actrices y cantantes más populares y queridas de Estados Unidos. Charles Walters, director de la MGM, llegó a describirla como «el patito feo de las estrellas de cine» y, aunque terminó convirtiéndose en cisne, su alcoholismo y consumo de drogas la encumbró a un futuro de sombras.
Mientras su alter ego saltaba alegremente por el camino de baldosas amarillas, Judy emprendió su propio viaje tumultuoso que la llevó a través de la bebida, las drogas, las deudas y la depresión, y terminó con su trágica muerte a los 47 años. Fue una leyenda en su corta vida, tan famosa por su conmovedora voz como por su caótica vida privada, famosa por cinco matrimonios y múltiples intentos de suicidio.
Fue sometida a una estricta dieta para mantenerla delgada
Sus padres, Francis y Ethel, eran estrellas de vodevil y, cuando era pequeña, Judy cantaba en el escenario con sus dos hermanos mayores. Anunciado como The Gumm Sisters, el trío de hermanos se convirtió en habitual en el entretenimiento local. El talento precoz de Judy pronto destacó y, a la edad de diez años, su madre ya la promocionaba por Hollywood, preparándola para las audiciones a base de pastillas, despertando en ella una dependencia de por vida a las drogas
Rodeada de bellas actrices, la adolescente estaba convencida de que era fea, un complejo de inferioridad agravado por Mayer, que la llamaba también «pequeña jorobada». Además, los jefes de MGM estaban «muy preocupados» por su peso y solían llamarla «pequeña cerdita gorda con coletas», por lo que para su mítico papel comenzaron a restringirle alimentos. La gente del estudio insistía en que únicamente tomaba sopa de pollo, café solo, 80 cigarrillos –al día– y lechuga para mantener su peso.
Junto a su hija Liza Minelli
Su menú se completó con un cóctel de drogas para reducir su apetito y también ayudarla a sobrellevar «enérgicamente» una brutal semana laboral de 18 horas y seis días. Conocidas como «píldoras estimulantes» en la industria, estas drogas la llevaron al límite, destruyendo su salud en el proceso. La ponían tan hiperactiva que le dieron barbitúricos para sedarla y relajarla y anfetaminas cuando volvían a necesitarla en el rodaje.
Una pastilla tras otra, una película tras otra y un éxito tras otro hicieron de la gran promesa de Cita en St Louis o Ha nacido una estrella en una absoluta dependiente de las drogas y las relaciones sentimentales. Y es que la inestabilidad entre bambalinas de su trabajo le afectó también el terreno personal. Pasó por el altar cinco veces, fue forzada a abortar en varias ocasiones y a sufrir el acoso tanto de exmaridos como de compañeros de profesión.
Judy Garland junto a su último marido
La espiral autodestructiva culminó con su deterioro físico a base de su adicción a las operaciones de cirugía estética y sus intentos de suicidio El primero de ellos cuando intentó rajarse las venas, al enterarse de que Vicente Minnelli, con quien tuvo a Liza Minelli, prefería el sexo con hombres a estar con ella. El último, cuando sus éxitos rutilantes ya no eran suficientes para mantenerse al pie de Hollywood y emigró a Londres. Allí ofreció los últimos conciertos de su carrera, en el club restaurante Talk of the town. Cinco semanas seguidas de actuaciones con llenos totales que, sin embargo, dejaron ver el deterioro que sufría ya. Fue Mickey Deans, su último amante, quien la encontró muerta, tendida en el baño de su casa del barrio de Belgravia, en la mañana del 22 junio de 1969, debido a una sobredosis de barbitúricos.
Comentarios
