Balneario de las Salinas, en Medina del Campo
Estilo de vida
Ruta del vino de Rueda: puedes ir a Punta Cana, pero esto es mil veces mejor
Estas tierras producen la verdadera magia desde hace más de cinco siglos: el vino de Rueda, el queso de oveja, las aguas termales para sanar el cuerpo y el trigo para su pan y repostería
Son más de veinte mil hectáreas las que se dedican en la D.O. –Denominación de Origen– de Rueda al cultivo de viñedo en tierras de Valladolid, Ávila y Segovia, dentro de la amplia y diversa, Comunidad de Castilla y León. Cultivar en Madrigal de las Altas Torres, Medina del Campo, Tordesillas o la villa de Olmedo, es hacerlo en la historia grandiosa de España. Cuando ahora pisas esas ciudades sientes siglos de cultura y de poderío y comprendes por qué el emperador Carlos V decía que en su reino no se ponía el sol. España era la mayor potencia mundial y a fe que aquí se nota.
En su amurallado e imponente castillo de la Mota de Medina del Campo vivió encerrada la Reina Juana, llamada equivocadamente La Loca, y dentro de esos muros de cuatro metros de grosor, firmó la mejor reina española, Isabel La Católica, el acuerdo con Colón para subvencionarle su viaje al encuentro, sin él saberlo, de un Nuevo Mundo. Y aquí también nació la primera letra de cambio. Ríete del Nasdaq o del Ibex35.
Castillo de la Mota, Medina del Campo
Es decir, estamos en tierras potentes y recias. Puede ser maravilloso viajar con la familia a Punta Cana o Disney, pero hacerlo por estas tierras es infinitamente mejor y una ayuda inmensa para entender y apreciar aún más, el país que habitamos, escenario auténtico de películas reales. Con la ventaja de que nuestros castillos no son de cartón piedra y estas tierras producen la verdadera magia desde hace más de cinco siglos, el vino de Rueda, el queso de oveja, las aguas termales para sanar el cuerpo y el trigo para su pan y repostería. Ven a conocerles y luego, si quieres, háblame del metaverso, que vas a ver lo que es el meta y el verso de estas tierras.
Planifica tu ruta
Uno puede hacerse el viaje a medida, visitando la web de la Ruta, en la que se incluyen propuestas de alojamiento, qué visitar, qué experimentar o dónde comer. Ellos proponen nueve rutas, e incluso, una de ellas a caballo, pero cada uno es un mundo, así que pueden hacerse la ruta a su medida.
Desde alojarse en una casa solariega, como el palacio balneario de Las Salinas, desde el que ves atardecer mientras nadas en aguas termales a un camping. Bajar a la bodega de Françoise Lurton con sus tinajas huevo, catar sus vinos y los innovadores de Carlos Moro en Emina, aprender a hacer pan o mantecados de verdejo en La Giralda de Castilla, comer con una estrella Michelin, sin arruinarte y sorprenderte con el uso que hace Miguel Ángel de la Cruz de la piña piñonera en verde, o en La Mejillonera de Medina, donde lloras de emoción con las propuestas de los hermanos Baz y su buen servicio. Esas gyozas de lechazo, los mejillones o la tarta de queso se quedan para siempre en la memoria de los buenos recuerdos y nadie te tiene que explicar cómo comerte las viandas y eso que son muy modernos.
La propuestas del vino de Rueda son inmejorables
Llegar a Medina del Campo en coche es fácil y cómodo porque cuenta con una autopista, la A-6. Desde la carretera se yergue la bodega Emina y su Almazara Oliduero, donde se puede hacer una cata de aceites. Es ejemplo de innovación y vendimia nocturna, una particularidad de esta zona. A la uva verdejo, la reina de los vinos blancos de Rueda, le gusta el frío de las noches castellanas de los setenta y cuatro municipios que forman la D.O. donde miman a su uva autóctona.
Desde allí y en veinte minutos, llegas a La Botica de Matapozuelos, atravesando trigales, viñedos y uno de los mayores pinares de pinos piñoneros de España. Ese pueblo de Valladolid apenas pasa de los mil habitantes y cuenta con un restaurante estrella Michelín, por favor, vayan a conocer su cocina y coman sarmientos, piñas verdes ralladas, lechazo y humildes algarrobas, qué maravilla. Y a cien metros disfruten del taller de repostería La Giralda de Castilla con una mujer, Ángeles Leonardo, que te hará amar su historia y las pastas de piñones o las rosquillas al vino. Llévate por un par de euros ese tesoro a tu casa para seguir disfrutando de la ruta del vino de Rueda.
La botica
Qué decir de la ciudad de Medina del Campo, si fue centro neurálgico de cuando en España no se ponía el sol y a los niños belgas se les amenazaba con el duque de Alba. Y qué mejor que dormir en un palacio balneario. El de Las Salinas es ese remanso de paz que buscaban Felipe VI y Doña Letizia para descansar en uno de sus viajes por estas tierras. Y donde se han rodado series como Velvet. Un buen desayuno en palacio y rumbo a la granja Cantagrullas.
La Mejillonera, restaurante en Medina del Campo
Solo avanzar que en un pueblo, Ramiro, de seis habitantes, se encuentra un centro productor de quesos que nutre y forma a las mejores cocinas de este país. Y ahí dejo a Rubén, su dueño, para encaminarme a La Seca a visitar la bodega «del francés» y es que el afamado Françoise Lurton tiene en su bodega Campo Eliseo un centro de obligada peregrinación. Bajen a sus galerías profundas y observen los huevos donde macera sus vinos. Curioso.
No son baratos y sus producciones son cortas, pero sí que valen lo que cuestan o al menos hagan una cata de vinos blancos. Y de camino a casa, parada en La Mejillonera de Medina del Campo a comer. Es el típico bar con restaurante donde el «todo Medina» recala el día de mercado, el domingo, a tomar el aperitivo o a comer. Mercadona ha roto con el comercio local que llevaba siglos abriendo los domingos, pero hay costumbres arraigadas que nunca cambian y una de ellas, es comer en La Mejillonera.