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La boda de Rainiero y Grace Kelly fue considerada «el evento del siglo»GTRES

Casa Real

¿Por qué Rainiero no volvió a casarse tras la muerte de Grace Kelly?

Pudo haber contraído matrimonio con Ira de Fürstenberg, pero nunca se llegó a hacerlo

La historia de Rainiero y Grace Kelly fue un auténtico cuento de hadas. La joven actriz que triunfaba en Hollywood abandonaba su prometedora carrera en la interpretación tras enamorarse de un Príncipe al que conoció durante el rodaje de la película Atrapa un ladrón. A ella ya se le había relacionado con otros hombres de la talla de Clark Gable, William Holden o Cary Grant, pero nunca llegó a confirmar ninguno de esos romances.
El Príncipe quiso conocer a la actriz y se presentó en el hotel en el que se hospedaba. Ella volvió a Estados Unidos para rodar The Swan, pero Rainiero estaba decidido a conquistarla. En 1954, con tan solo 25 años, la joven ganó un Oscar a la mejor actriz principal por La angustia de vivir. Por esa época la actriz y el Príncipe ya se estaban conociendo, él la visitaba a Estados Unidos cada vez que podía y se escribían de manera constante.

Se conocieron durante el rodaje de `Atrapa un ladrón´GTRES

La última película en la que participó antes de que se casara con Rainiero fue Alta sociedad, en la cual uso el anillo de pedida de 10.47 quilates que le regaló. Acordaron que el día que se dijeran «sí, quiero» esta debería dejar su trabajo, aunque fuera una de sus pasiones, porque no era compatible con el papel de ser la princesa de Mónaco. En 1956 se comprometieron y, tras el que fue denominado como «el evento del siglo», su boda, se dedicó en cuerpo y alma a sus hijos y a Mónaco.
Hasta que perdió la vida con tan solo 52 años. El 13 de septiembre de 1982, mientras conducía su propio coche de camino a Roc Agel, tuvo un fatal accidente tras sufrir un ataque cardiaco que acabó con su vida al día siguiente. Estefanía, Carolina y Alberto se quedaban huérfanos, al igual que el pueblo monegasco, quien adoraba a la Princesa tanto como sus propios hijos. Rainiero se convirtió en el «viudo de Europa» y nunca superó la pérdida.
Durante décadas se afirmó que Rainiero jamás consideraría rehacer su vida tras la muerte de su «gran amor». Sin embargo, la versión extraoficial afirma que podría haber pasado por el altar de la mano de Ira de Fürstenberg. El monegasco encontró consuelo en la famosa actriz y sorprendió al llevarla de acompañante al famoso baile de la Rosa, que cada año Mónaco organiza para recaudar fondos para la Cruz Roja. La prensa lo interpretó como la confirmación oficial del noviazgo y el escándalo llegó a tal punto que la oficina de prensa de Casa Real se vio obligada a emitir un comunicado en el que desmentía cualquier tipo de relación.

Ira de Furstenberg junto a Karl LagerfeldGTRES

Poco después, fue ella quien despejó cualquier tipo de duda: «Rainiero y yo fuimos grandes amigos. Era un hombre extraordinario, generoso, riguroso y siempre simpático», pero la sombra de una posible relación oculta nunca desapareció del todo. Se conocían desde hacía más de veinte años. Ella formaba parte de la realeza de dos familias aristócratas y se casó con tan solo 15 años con el Príncipe Alfonso de Hohenlohe.
El amor solo les duró cinco años, momento en el que se divorciaron y se mudó a Estados Unidos, donde se casó con Francisco Matarrazo Pignateri. Tres años después, volvió a separarse y a afirmar que nunca volvería a pasar por el altar. Pretendientes no le faltaron. Algunos actores como Alain Delon o Roger Moore cayeron rendidos a sus pies, pero nada se equiparó al afecto por el monarca.

La aristócrata posando con el diseñador Óscar de la Renta y Naty AbascalGTRES

A pesar de que negaron durante toda su vida que lo suyo fuese más que una sincera amistad, en 2015, una década después del fallecimiento de Rainiero, el hijo de Ira, Alfonso de Hohenlohe desveló en una entrevista que su madre había recibido una proposición formal de matrimonio por parte del palacio Grimaldi. A pesar de que él le aconsejó que lo hiciese, ella nunca llegó a aceptar la propuesta. Eso no le impidió convertirse en el apoyo durante la vejez del monegasco, quien le ayudó a su vez en la promoción de sus creaciones artísticas en metales preciosos, profesión en la que se centró a finales de los ochenta tras abandonar el mismo sueño que Grace Kelly: ser actriz.