Roger Federer: un patrimonio incalculable y una vida personal de oro

El pasado jueves 15 de septiembre el mundo del tenis vivió uno de sus días más tristes e históricos a partes iguales. Fue durante esa jornada cuando Roger Federer, considerado como uno de los mejores tenistas del mundo, anunció su decisión de retirarse de la profesión que tantas alegrías le ha dado.

«Como sabéis muchos de vosotros, en los últimos tres años se me han presentado muchos retos en forma de lesiones y cirugías. He trabajado duro para volver a la mejor forma competitiva, pero también conozco los límites de mi cuerpo y el mensaje que este me ha dado. Tengo 41 años. He jugado más de 1.500 partidos en 24 años. El tenis me ha tratado con una generosidad que nunca hubiera podido soñar. Y ahora debo admitir que es el momento de terminar mi carrera», expresó en su comunicado oficial. Su carrera, por tanto, ha llegado a su fin.

Son muchos los logros conseguidos hasta la fecha, y no solo en lo que al tenis se refiere, pues en el terrero personal, a sus 41 años, se podría decir que el suizo también ha cumplido todas sus metas. Nacido el 8 de agosto de 1981 en Suiza, Federer vivió una infancia feliz junto a sus padres, Lynette y Robert Federer, y a su hermana Diana. Compaginaba sus estudios con la práctica de diferentes deportes, tales como el skate, la natación, el ping–pong, el fútbol y el bádminton, hasta que el tenis llegó a su vida.

En él Roger descubrió un estilo de vida apasionante y un deporte fascinante que le enseñó grandes valores y que nunca dejó de practicar, hasta hoy. No fue hasta su adolescencia cuando Federer empezó a jugar sus primeras competiciones, con 14 años se profesionalizó, pese al desacuerdo de sus padres, y pronto fue subiendo los primeros escalones hasta llegar a convertirse en un grande de la historia del tenis a nivel mundial.

Creció en lo profesional, pero también en lo personal, pues no tardó mucho en encontrar a la mujer de su vida, Mirka Vavrinec, una eslovaca también dedicada al mundo del tenis a la que conoció en los Juegos Olímpicos de Sídney. Tras nueve años de noviazgo, los enamorados decidieron casarse y pronto empezaron a llegar los hijos. En julio de 2009 el matrimonio dio la bienvenida a sus dos gemelas, Rose y Charlene Riva, siendo en mayo de 2014 cuando nacieron sus mellizos, Leo y Lenny.

Logros profesionales, triunfos personales y también objetivos económicos, no cumplidos, sino superados. La vida también ha sonreído al tenista suizo en el terreno económico, pues, tal y como recogen varios medios de comunicación, su carrera deportiva le ha brindado unas ganancias de 130.594.339 dólares estadounidenses. Ahora bien, su patrimonio ha sido todavía mayor gracias a sus propiedades, tales como un apartamento en Dubái, dos casas de montaña en diferentes pueblos de Suiza y una impresionante mansión a orillas del lago Zúrich; y como no, a sus negocios.

El tenista mantiene acuerdos comerciales que superan los 90 millones de dólares anuales con marcas como Rolex, Mercedes–Benz, Möet & Chandon, Barilla, Net Jets o Lindt, con el banco Credit Swiss y con la empresa de telecomunicaciones Sunrise. Además, a todo esto se suma On, una marca propia de zapatillas en la que el tenista, además de como socio, también trabaja como diseñador y embajador global. Sin duda, un patrimonio incalculable que le coloca como uno de los famosos más poderosos a nivel global.