Figura de cera de la Reina Camilla en el museo de Madame Tussauds en Londres
La Reina Camilla, muy de cerca: diez curiosidades que probablemente no conozcas
Fumadora empedernida, aficionada a 'The Crown' y examazona, el próximo 6 de mayo dejará atrás por fin su rol de villana
Es cuestión de horas que Camilla Parker Bowles (75) se convierta oficialmente en Reina consorte del Reino Unido y de los otros catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones tras la muerte, el pasado mes de septiembre, de la Reina Isabel II, y la subida al trono de su esposo, el Rey Carlos III (75). Concretamente, el próximo 6 de mayo, cuando tenga lugar la Coronación del monarca en la Abadía de Westminster. «Cuando mi hijo Carlos se convierta en Rey, sé que le darán a él y a su mujer Camilla, el mismo apoyo que me han dado a mí. Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como Reina Consorte mientras continúa su propio y leal servicio», expresó Isabel II en febrero de 2022.
La Reina Camilla, en Londres
Camilla se ha convertido en los últimos años en el contrapunto ideal del Rey Carlos, y uno de sus apoyos fundamentales, junto a su hijo Guillermo (40), pese a la reticencia de gran parte de la población británica. Pues cabe recordar, que se supo de la existencia explícita de la Reina consorte cuando Diana de Gales dijo «éramos tres en mi matrimonio, una multitud», en una entrevista para el programa Panorama, de la BBC, en 1995, ante una audiencia de cerca de 23 millones de personas. Lo que detonó una bomba en la Familia Real británica.
Entonces, Camilla era madre de dos hijos –Thomas Henry Chales Parker Bowles, quien también es ahijado del Rey Carlos, y Laura Rose Lopes Parker Bowles–, fruto de su primer matrimonio con Andrew Parker Bowles, quien es un oficial retirado del Ejército británico, y llevaba años manteniendo un romance «a la sombra» con el eterno heredo al trono del Reino Unido.
La Princesa Ana y Andrew Parker Bowles, en Ascot
Como parte de su trayectoria personal y profesional, Camilla fue, antes de Reina, secretaria y decoradora. Asimismo, dedicó la mayor parte de su tiempo libre a la equitación y la jardinería, y al aprendizaje de la literatura francesa y consecuentemente, del idioma parisino. «Estaría todo el día en mi jardín, todos los días si pudiera. Me encanta tener mis manos llenas de tierra», expresó en una entrevista ante la prensa.
Y desconocida es también su faceta de joven en las causas sociales de la nación insular del noroeste de Europa. Especialmente, en la Sociedad Nacional de Osteoporosis, misma a la que se acercó tras la muerte de su madre, Rosalind Cubitt, por dicha enfermedad; así como su afición, a diferencia de otros miembros de la Familia Real, de The Crown, la serie de Netflix que refleja el reinado de Isabel II. «Tiene un gran sentido del humor y la serie no le molesta en absoluto», dijo un amigo suyo preguntado expresamente por la ficción.
Otra muy diferente curiosidad de la esposa de Carlos III es, según se ha dado a conocer recientemente, su adicción al tabaco pese a que el Rey se haya opuesto a este hábito desde que retomaron formalmente su relación a finales de la década de los noventa. En este sentido, fuentes cercanas a la ex duquesa de Cornualles han admitido que Camilla podría llegar a fumar medio paquete al día.
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