El cordón de seguridad que blindará a la Reina Sofía el lunes
Esta vez no será posible hablar con ella de su nieta, la Princesa Leonor, de coches o del medioambiente
El único acto oficial que tuvo la Familia Real el día de la Almudena, día festivo en Madrid, lo protagonizaba la Reina Sofía en Gijón. En Asturias la Soberana abría la sesión del X Congreso Nacional de Alzheimer de CEAFA, una organización de la que es presidenta de honor y en la que está, por motivos personales que son conocidos desde hace años pero no divulgados, muy involucrada.
Si la semana la terminaba la Reina Sofía en Asturias, la próxima también la abre el lunes en un acto programado en la agenda oficial de la Casa Real. Por la noche, asistirá en Madrid, junto a su hermana Irene, a la entrega de la 38 edición del Premio BMW de Pintura. Que lleva presidiendo desde hace casi cuarenta años.
Y lo hace por varios motivos. Primero, porque lo recaudado con el concierto, El principio de Pascal, que sigue a la entrega de premios, se destina a la fundación Mundo en Armonía que preside su inseparable hermana Irene y que siempre la acompaña en la tribuna de entrega de premios sobre el escenario del Teatro Real. También acude porque las artes son parte de sus ocupaciones y porque se siente tan cómoda que no ha fallado casi nunca desde 1986.
El año pasado su asistencia se incluyó en la agenda oficial de la Familia Real, pero hasta entonces acudía a título personal a este evento artístico, eso nos permitía un acceso fluido a ella y a su hermana. Lo que resultaba delicioso para los asistentes que no sufríamos las incomodidades del despliegue de seguridad y funcionarios, que aíslan en exceso a las dos damas en su afán de protección. El lunes 13 hablar con ella de coches eléctricos, de sus campañas de recogida de basura, de su preocupación por los cuidados de las personas con Alzheimer o de su ausencia en la jura de la Constitución de su nieta Leonor, será un asunto blindado.
Eso la aleja de ese contacto cercano que resulta tan empático para la ciudadanía como es escuchar las respuestas de la Reina Sofía. Acercarla le hace más bien que blindarla porque siempre, y de este acto soy testigo, se la trata con agradecimiento y respeto infinito. Escucharla en el Salón de Baile del Teatro Real contestar a las preguntas que todos nos hacemos, impide la especulación y la acerca soberanamente a la ciudadanía.
El del próximo lunes, en el Teatro Real de Madrid, es el certamen de iniciativa privada de arte y cultura más prestigioso de España. Y la Reina lo sabe. Este año ha batido su récord porque se han recibido casi 1.500 candidaturas; 1.253 en la categoría de pintura y 225 en Arte Digital, que investiga la tan de moda IA, Inteligencia Artificial.
Que la Reina Sofía salude al pintor, Antonio López o a Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, escucharla abrir la sesión o verla en el escenario entregar los premios de pintura siempre suma y mucho más hasta 2022, cuando se mezclaba con los asistentes en el cóctel posterior en el Salón de Baile y allí, con su refresco en la mano, charlaba amigablemente con los asistentes. Algo que no sucederá por el blindaje que supone haberlo incorporado como acto oficial en la Agenda Oficial de la Casa Real.