El año más difícil de la Reina Letizia
Doña Letizia ha sabido dotar de máximo sentido y significado su papel de consorte, ajena a cualquier tipo de habladuría
La Reina Letizia
Reina, pero ante todo madre. Se cierra un año clave para la monarquía española, en el que Doña Letizia ha visto cómo el muro que levantó para proteger la privacidad de la Princesa Leonor se tambalea. Con su mayoría de edad y la jura de la Constitución, se reafirma de forma oficial su condición de Heredera y da un paso al frente. Desde que ingresó en la Academia de Zaragoza, la Princesa ha ejercido un papel impecable en los actos oficiales con los que ha cumplido. Una joven preparada, políglota, con una belleza evidente, pero que tiene que lidiar con el acecho constante de los paparazis. Algunas informaciones la situaron en el reservado de una discoteca que nunca pisó.
La Reina Letizia conoce mejor que nadie lo que supone estar constantemente bajo el escrutinio público, a la espera del menor tropiezo. Le desagradan las noticias diarias sobre sus estilismos y peinados, al opacar su importante compromiso en actos relacionados con la salud mental o las enfermedades raras. Sabe que cualquier gesto de su hija generará cientos de titulares como su saludo cómplice con un compañero de la Academia, al que algunos ya quisieron adjudicarle como novio.
La Princesa Leonor saluda a un compañero en presencia de sus padres
Respecto a los que especulan sobre la relación de los Reyes con el resto de la familia Borbón, ahí tienen esas imágenes de unión en el 60º cumpleaños de la Infanta Elena. El matrimonio, más cómplice que nunca, salió de un restaurante de Madrid saludando y con paso firme, después de compartir un agradable almuerzo con el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, sus hijas y algunos de sus nietos.
Doña Letizia es consciente de que algunos quieren mover su silla y enfangar su imagen, pero en la calle su figura es apreciada como uno de los grandes activos de la Corona. La opinión pública premia sus gestos más espontáneos como su rap para visibilizar la salud mental, su colaboración con Gomaespuma o su cariño hacia la Selección Femenina de Fútbol.
Se cumplen 20 años de su compromiso con el Rey Felipe y Doña Letizia ha sabido encontrar su lugar en la Corona, ejerciendo una importantísima labor de representación y dando sentido y significado a su rol como consorte. En momentos de zozobra política, con un Gobierno a la deriva que vende España a sus enemigos, solo queda refugiarse en el valor de la Monarquía.
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