Es famosa por su imagen de la Virgen de Atocha, una advocación mariana venerada en la tradición católica
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La historia de la basílica de Atocha que custodia los secretos de la Familia Real
Tanto por su historia como por su patrimonio, es un santuario vinculado a la historia de Madrid y la monarquía española
La Basílica de Nuestra Señora de Atocha, ubicada en el barrio de Atocha en Madrid, es famosa por su imagen de la Virgen de Atocha, una advocación mariana venerada en la tradición católica. La construcción original fue erigida en el siglo XVI, pero ha sido remodelada y reconstruida en varias ocasiones debido a eventos como incendios y la Guerra Civil Española. Es Patrimonio Nacional y conmemora los cinco siglos de la cesión de la imagen de Nuestra Señora de Atocha a monjes dominicos, además durante las diferentes etapas ha estado vinculada con la Corona.
La devoción a la Virgen de Atocha está arraigada en la tradición católica y ha sido importante para muchos fieles a lo largo de los años, pero fue oficialmente designada como la patrona exclusiva de la realeza española. Es más, la vinculación de la Virgen de Atocha con la Casa Real viene de lejos. La leyenda cuenta que Felipe II, el Rey de España en el siglo XVI, la llamaba Patrona de Madrid y de todos los reinos, y antes y después de cada batalla acudía a rezar ante la imagen para pedir protección antes de emprender importantes empresas o enfrentar desafíos políticos y militares.
Incluso, se dice que atribuía algunos de sus éxitos y victorias a la intercesión de la Virgen, una de las más antiguas y veneradas de Madrid. Felipe IV la nombró ‘Protectora de la familia real’, llegando a imponerle el toisón de oro. Por su parte, Felipe V bautizó allí a sus hijos, y entre sus muros tuvo lugar el matrimonio de Alfonso XII con María de las Mercedes. Muchos reyes han presentado a la Virgen de Atocha a sus hijos, entre ellos los Reyes Juan Carlos y Doña Sofía, y también los actuales Felipe VI y Doña Letizia. En la Basílica, también se celebró la boda de Alfonso XII.
Además, ante ella se postraron Felipe y Letizia, quien, ya convertida en Princesa de Asturias, depositó a los pies de la imagen el ramo de novia el 22 de mayo de 2004, siguiendo una tradición real. Es una talla cuya altura no llega a los sesenta centímetros. La figura aparece sentada. Al lado izquierdo, y formando parte de la misma talla, tiene a su Hijo, al que parece ofrecerle una manzana que sujeta en su mano derecha. Por su parte, el Niño Jesús tiene levantada su mano derecha en actitud de bendecir a los fieles.
Los Reyes con su hija, la Infanta Sofía, durante su presentación a la Virgen
El collar que recibió la Princesa Leonor
Tras jurar la Constitución, la Princesa de Asturias tienen en su poder el único collar de la Orden de Carlos III que tiene Patrimonio Real en su colección. «Es un collar que la Reina Isabel II tenía en su guardajoyas. Está inventariado cuando ella accede al trono. En un primer momento, se lo cede a su esposo, el Rey Francisco de Asís, pero en 1864 decide imponérselo a la imagen de la nuestra señora Virgen de Atocha», dijo a la Razón, Amelia Randa Huete, conservadora de Patrimonio Nacional.
Felipe VI impuso el Collar de la Orden de Carlos III a la Princesa de Asturias
Pero la historia viene de 1852, cuando Isabel II de España estuvo en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha para presentar a la virgen a su hija recién nacida, Isabel de Borbón y Borbón, conocida como La Chata. Sin embargo, la Reina casi acaba desangrada en un intento de asesinato. Para agradecérselo, Isabel II le regaló a la Virgen madrileña las joyas que llevaba en esa ocasión.
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