Kate Middleton
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El ritual que Kate Middleton se ve obligada a practicar en secreto
No es ninguna novedad que es muy deportista, pero hay una actividad física que le gusta especialmente y que su marido no comparte
Llevamos muchos meses debatiendo sobre la compleja situación que atraviesa Kate Middleton tras anunciar, el pasado mes de marzo, que padece un cáncer por el que está recibiendo tratamiento. Para afrontar este delicado momento, la princesa se podría estar refugiado en un curioso pasatiempo: le gusta nadar en la oscuridad.
Así lo reveló ella misma en el podcast The good, the bad and the rugby, conducido por Mike Tindell, exjugador de rugby de Inglaterra. Durante esa entrevista, Kate confesó que adora nadar en frías por la noche o en piscinas sin climatización. «Nadar en frío: cuanto más frío, mejor. Me encanta. Hasta el punto en que Guillermo me dice 'Estás loca'. Pero para mí, si está oscuro y está lloviendo, iré a buscar ese lugar», dijo.
Esta afición no solo brinda a Kate Middleton un escape relajante, sino que también es un excelente ejercicio cardiovascular que trabaja el corazón y los pulmones, mejorando así la salud cardiovascular en general. Al mismo tiempo, además de reducir el estrés, nadar también puede mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de bienestar general. Mientras tanto, sus fans esperan con ansias su pronta recuperación y regreso a la vida pública.
Kate Middleton y su interés por la natación
Muchas personas saben que Kate es una ávida deportista. Sus apariciones en eventos están repletas de momentos que abarcan desde la práctica del rugby hasta la escalada, incluidos el tenis y el running. Se dice que cuando era pequeña, no pudo resistirse a formar parte de los equipos atléticos de sus escuelas y probó el hockey sobre césped y también el remo. Ahora, la esposa del Príncipe de Gales está decidida a cuidar su salud física y mental y, más allá de los deportes que ha practicado, Middleton ha encantado una vía de escape en la natación, por lo que no es raro verla llegar al Palacio de Buckingham para nadar en la piscina.
La Princesa de Gales confesó, además, en el año 2015, que posee un curso que le permite sumergirse hasta a 30 metros de profundidad, la misma que alcanza el hijo del Rey Carlos III. Los Duques de Cambridge son muy competitivos (deportivamente) entre ellos, así adoran pasar tiempo buceando en sus viajes a destinos exóticos, como cuando la pareja compartió unas imágenes de una inmersión en el Caribe, para ver el trabajo de la organización Coral Vita, el año pasado. En otra ocasión, el matrimonio fue a nadar con tiburones en la zona de Belice y también se sumergieron para poder ver de primera mano la vida silvestre submarina.
Cabe recordar que Guillermo, por su parte, es presidente del Club británico subacuático (BSAC), la asociación de buceo recreacional del Reino Unido, cargos en los que sucede a su padre, Carlos II, y su abuelo paterno, Felipe, duque de Edimburgo.
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