
Álvaro Morata y Alice Campello
La manía de Morata que más incomodaba a Alice Campello
La modelo italiana ha puesto rumbo a su Venecia natal con sus cuatro hijos
Están acostumbrados a lidiar con la fama, pero con ciertos límites. El huracán mediático propiciado por la ruptura de Álvaro Morata y Alice Campello no amaina. La información se confunde con los rumores y todavía se siguen buscando las causas que dieron al traste con su historia de amor.
La modelo italiana se ha visto obligada a desmentir que mantenga una relación con un motociclista italiano. El periodista Fabrizio Corona se atrevió a dar el nombre de Andrea Iannone, como motivo de la separación del matrimonio. Y a ella no le quedó más remedio que negarlo públicamente, hastiada de tantos bulos. «No lo he visto en mi vida. Me gustaría ver esa foto. Al principio quería controlar la situación porque sufría con todas estas mentiras», escribió en redes sociales.
El matrimonio se mantiene en contacto, entre otras cosas, porque son padres de cuatro hijos pequeños; Alessandro y Leonardo (6), Edoardo (4) y Bella (18 meses). Él se ha establecido en Milán, de momento vive en un hotel, y en todo momento cuenta con el apoyo de sus padres. Su debut en el AC Milan ha resultado accidentado por una lesión en el cuádriceps que le mantendrá alejado del terreno de juego unas semanas.
Alice ha viajado con sus hijos esta semana a rumbo a su Venecia natal. Podríamos verla pronto en la alfombra roja del Festival de Cine. La influencer es una habitual de esta glamurosa fiesta entre canales y se espera que luzca su mejor versión ante las cámaras. Durante el vuelo, recibió un regalo inesperado de otra pasajera; el libro Lo bueno de tener un mal día, de la psiquiatra y doctora en Medicina Anabel González, y pretende enseñar diferentes técnicas para «cuidar de nuestras emociones para estar mejor». Un gesto que ya agradeció con cariño en sus redes.
Alice Campello, en Madrid
La convivencia había desgastado al matrimonio. Morata y Alice se enzarzaban en sus discusiones como todas las parejas, pero hay algo que a ella le incomodaba especialmente. El futbolista tiene la manía de masticar muy fuerte, tanto en casa como en restaurantes, un ruido que a ella le molestaba. En una entrevista con Vicky Martín Berrocal, confesó: «A veces discutimos que parecemos dos locos. Hay épocas que no le puedo ni ver, que no le soporto. No soporto ni cómo mastica. Pero hay amor». Estas palabras son de abril de 2024. Y ya no queda amor.
También se pronunció abiertamente sobre cómo el nacimiento de sus hijos afectó a su estado anímico. «Después de todos los embarazos he tenido minidepresiones. Estuve muy mal emotivamente, es normal, le pasa a muchas mujeres», se sinceró. Ahora emprenden caminos por separado y tendrán que aprender a vivir lejos, sin el apoyo del otro.