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Este miércoles, Enrique Ponce y Ana SoriaIG

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El adiós de Enrique Ponce bajo la mirada de Ana Soria: «La coleta se vendrá conmigo a la tumba»

El torero y su novia Ana Soria, muy sonrientes, en un evento donde se rendía homenaje al maestro en la temporada de despedida de los ruedos

Este sábado Enrique Ponce se despide de Madrid. Tras una triunfal temporada de despedida definitiva, a falta de torear en Madrid, Valencia y América, el torero cambia de ciclo vital y deja los ruedos para siempre. El próximo día 9 torea en Valencia, una cita que es su última tarde en España.

Comienza una nueva vida junto a su amor, Ana Soria. Y advierte que «no va a cortarse la coleta porque nació torero y morirá torero. La coleta se vendrá conmigo a la tumba».

Hay una nueva casa en marcha con habitación de bebé incluida. Eso dicen, al menos. Este miércoles los padres de Ponce, Emilio y Enriqueta, y la madre de Ana Soria, Rosa, le acompañaban en una tarde de homenaje muy emotiva.

El torero valenciano,máxima figura del toreo, se va. Se retira. Cambia de aires y cierra una etapa de gran trascendencia con un paseo triunfal por los ruedos más importantes del mundo. Este año se despide de la afición como a él le gusta, con triunfos. Tras tres años de parón, Ponce cogió los trastos este 2024 para decir adiós. Los homenajes se suceden uno tras otro, y Ana Soria, su novia, está siempre a su lado.

Este miércoles tarde le aplaudieron sin descanso en La Rotativa de Las Provincias, donde dio una charla magistral. Una fuerte ovación del público y allí estaba en primera fila Ana, vestida de rojo, muy elegante. El espacio, lleno hasta la bandera.

Enrique Ponce y Ana Soria en Almería en 2020GTRES

'Defender lo nuestro'

Ponce habló alto y claro: «no existe nada que se pueda parecer al espectáculo de una corrida de toros, donde la escenografía es verdad. No hay un lienzo más efímero que el del ruedo, por eso tiene tanta grandeza"

Una declaración contundente para defender la Fiesta que tanto se cuestiona desde el Ministerio de Cultura: «Es tan bonito y tan nuestro que no sólo tenemos la obligación de defenderlo, también de ir con la cabeza bien alta en unos tiempos en los que nos tienen un poco apartados. No hay que achantarse», ante «una pasión, una afición tan nuestra, una tradición de nuestro país que es para sentirnos orgullosos», según recoge Las Provincias.

Ponce comenzó de niño, a los 10 años, guiado por su abuelo. A los casi 53, se va. Su pundonor y su oficio le llevaron a lo más alto. El mundo del toro le dio todo y él se despide ahora dándo todo a eso mundo que le llevó a la gloria.