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Lalla Khadija y Moulay Hassan de Marruecos

El nuevo papel de Moulay Hassan de Marruecos, hijo de Mohamed VI, al cumplir 22 años

Desde joven, ha sido preparado para su rol de monarca, pronunciando su primer discurso a los ocho años

El reino alauí está de fiesta este 8 de mayo, ya que el heredero al trono de Marruecos, Moulay Hassan, cumple 22 años, una cifra que, aunque no es redonda, marca un hito importante en su camino hacia la Corona. Debido a la creciente ausencia de su padre, Mohamed VI, el Príncipe ha adquirido la potestad de reinar sin la asistencia de un consejo que lo asesore, lo que resalta su madurez y la proximidad de su ascenso al trono. Desde joven, ha sido preparado para su rol de monarca, pronunciando su primer discurso a los ocho años y despachando con líderes mundiales a los 11. Su presencia pública ha ido en aumento con el tiempo, participando en eventos internacionales como el funeral de Jacques Chirac y en celebraciones nacionales clave. Este crecimiento en su agenda se debe, en parte, a los problemas de salud de su padre, lo que ha llevado al joven príncipe a asumir un papel más relevante en la política de su país. Está destinado a suceder a su progenitor, como el decimonoveno gobernante de la dinastía alauita.

Actualmente cursa la carrera de Gobernanza, Ciencias Económicas y Sociales en Rabat, mientras cumple con sus obligaciones institucionales de alto nivel. Su formación está orientada a prepararlo para su futuro como Rey, y, dentro de esta preparación, el dominio de varios idiomas juega un papel crucial. Habla con fluidez árabe, francés, inglés y español, lo que le permitirá desempeñar un papel destacado en la diplomacia internacional y fortalecer las relaciones exteriores de Marruecos.

El Rey Mohamed VI y su hijo Moulay Hassan

¿Qué hace un joven como él en su tiempo libre? La lista es larga. Además de sus responsabilidades reales, el Príncipe es un gran aficionado al deporte. Le encanta el fútbol y el baloncesto, pero no se queda solo ahí: también practica natación, esquí y equitación, lo que refleja su versatilidad y explica su cuerpo atlético. Su pasión por el fútbol lo convierte en un fiel seguidor del Barça, aunque admite que echa mucho de menos las mágicas jugadas de Messi, su ídolo de toda la vida. Pero Moulay Hassan tiene otras aficiones menos conocidas: comparte con su padre, el Rey Mohamed VI, una verdadera pasión por la música, especialmente por Maître Gims, el rapero de la República Democrática del Congo. De hecho, Gims ha revelado que mantiene una relación cercana con la familia real, asegurando que el monarca alauí lo ha recibido en su casa en varias ocasiones: «Nos vimos, me invitó a su casa y pude conocer a su esposa, sus hijos, sus primos… Él es quien me facilita muchas cosas aquí en Marruecos».

El Príncipe Moulay Hassan ha generado revuelo con su costumbre de evitar que le besen la mano, una tradición muy arraigada en Marruecos para saludar a los miembros de la monarquía. Aunque su gesto podría parecer una simple manía, en realidad refleja un profundo respeto hacia los mayores, según explican expertos en las tradiciones del país. Desde que alcanzó la mayoría de edad, ha mantenido esta práctica, destacando la diferencia con su padre, quien sí se deja besar la mano, lo que algunos críticos consideran una muestra de sumisión. Sin embargo, esta costumbre de retirar la mano no es nueva en la familia real marroquí: se remonta al menos al bisabuelo del príncipe, el Rey Mohammed V, quien también optaba por no permitir que le besaran la mano, en un gesto de respeto hacia quienes le saludaban.

El Príncipe Moulay Rachid, Moulay Hassan, Emmanuel Macron,Mohammed VI y Lalla Khadija, en RabatAbd Rabbo Ammar/ABACA

Mientras su padre, hace unos años, adoptó un estilo más rebelde y «callejero», luciendo camisetas de tirantes, vaqueros desgastados y ese aire de «chico malo» que recuerda a los looks icónicos de Kiko Rivera, Moulay Hassan ha preferido siempre una estética más clásica y formal en sus apariciones públicas. Siempre impecable, se decanta por trajes con corbata, y en ocasiones, se le ve con ropa tradicional marroquí, lo que refleja su respeto por un código de vestimenta estricto. De esta forma, nos deja claro que el «casual» no tiene cabida en su vida. Es, sin duda, un chico serio.

Desde su nacimiento, ha estado rodeado de lujo. Con una fortuna estimada en 1.500 millones de dólares, es uno de los jóvenes más ricos del mundo, gracias a su posición como heredero al trono de Marruecos. Sin embargo, a pesar de su abultada cuenta bancaria, parece que el dinero no es lo suyo, ya que está más centrado en su futuro como Rey de su país. Aún así, no ha pasado desapercibido su gusto por los relojes de alta gama. Desde adolescente, se ha dejado ver en varias ocasiones con piezas exclusivas, y una de sus favoritas es el Rolex Yacht-Master II, un reloj de oro amarillo de 18 quilates, con el clásico brazalete oyster, valorado en 41.400 euros.