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La cantante Melody con su novio Ignacio Batallan, en el concierto de Antequera, el pasado 31 de mayoGTRES

Los tres hombres que han marcado la vida de Melody

Su participación en Eurovisión 2025 con 'Esa Diva' la devolvió al centro del debate nacional y este miércoles, se sienta en 'El Hormiguero'

Con solo 10 años, revolucionó la música española con El baile del gorila y se convirtió en un fenómeno nacional: un torbellino flamenco con voz aguda y carisma salvaje que irrumpió en el panorama con una fuerza inusual. A sus 34, Melody, aquella niña prodigio ha dado paso a una mujer que no solo conoce el vértigo del escenario, sino también la presión de vivir bajo el escrutinio público. Su participación en Eurovisión 2025 con Esa Diva la devolvió al centro del debate nacional: emoción, polémica y una clasificación mucho más baja de lo esperado marcaron un episodio amargo que aún está asimilando. Este miércoles, se sienta en El Hormiguero.

En medio de esa montaña rusa emocional, ha habido tres presencias fundamentales que, sin eclipsar su luz, han estado siempre a su lado: su padre, su hermano y su pareja. El primero de ellos, Lorenzo Ruiz, es algo más que un progenitor. Cantante del grupo Los Kiyos en los años 80, supo canalizar su experiencia en el mundo de la rumba-pop para guiar a su hija cuando era aún una niña. Fue quien apostó por su talento desde el principio, quien grabó sus primeras maquetas y las hizo llegar a El Fary, y quien la acompañó en los inicios de una carrera que se presentaba meteórica. Su relación, más allá de los lazos familiares, ha sido siempre una sociedad artística. Han compartido escenario, decisiones y momentos clave con una complicidad que se traduce en cada actuación conjunta. Tras la decepcionante actuación en Suiza, no dudó en alzar la voz para defenderla: «Ha estado impresionante», declaró con indignación ante los resultados, haciendo gala de ese carácter combativo que nunca ha abandonado. Para él, el valor de una artista no se mide en puntos, sino en entrega.

La cantante Melody y su padre Lorenzo Ruiz, en una imagen de archivoGTRES

También ha sido esencial la figura de su hermano, Eleazar Ruiz, seis años menor, y con quien comparte mucho más que la genética. Desde pequeños han sido inseparables, pero su relación ha madurado hasta convertirse en una alianza creativa. Artísticamente conocido como Ele, es el director de arte de sus conciertos, estilista, diseñador de videoclips y una pieza clave en la narrativa visual de cada proyecto. Aunque en 2015 intentaron lanzar juntos el dúo Melek 2, fue su trabajo en la sombra el que realmente consolidó su vínculo profesional. En la preparación de Eurovisión, su presencia fue constante: detrás del escenario, en los camerinos, en cada paso del proceso. Tan similares físicamente como emocionalmente compenetrados, ella pone la voz y él da forma a lo que el público ve. No hay artificio en su conexión: son dos partes de un mismo impulso estético.

La cantante Melody con su pareja Ignacio Batallán y su hijo en común CairoGTRES

En el presente sentimental y familiar, la figura de Ignacio Batallán ocupa un lugar esencial. De nacionalidad argentina pero afincado en España desde hace años, es exjugador de voleibol y actualmente entrenador personal. Conoció a la artista en el gimnasio que dirige en Fuengirola, cuando ella acudía a entrenar para mantener su forma física de cara a los escenarios. De aquella rutina compartida nació una relación que, con el tiempo, dio lugar a una familia. En febrero de 2024 dieron la bienvenida a su hijo, Cairo. Él no solo ha sido un apoyo constante, sino también un altavoz público de orgullo y admiración, como dejó claro tras la actuación en Eurovisión con un mensaje lleno de emoción: «Has brillado. Has callado muchísimas bocas». Su presencia es discreta, pero imprescindible.

Su hijo Cairo, precisamente, se ha convertido en el verdadero motor de su presente y la razón principal de su mirada hacia el futuro. En redes sociales ha compartido escenas cargadas de ternura y reflexiones sobre la maternidad que evidencian una transformación profunda: «Este amor que siento por ti se hace más grande por segundos», escribió tras su nacimiento. De hecho, lo primero que hizo al regresar de Eurovisión fue reunirse con él. Tras varios días de distancia debido al viaje y a la intensa preparación del festival, necesitaba volver a sentirlo cerca, retomar ese vínculo cotidiano que es, hoy por hoy, su refugio más íntimo.

Y completando este círculo está Ana Gutiérrez Flores, su madre. Gaditana, serena y voluntariamente ajena a la exposición pública, es la única del entorno cercano que no aparece en redes, aunque su presencia se siente en cada paso. Si en su momento protegió a su hija de la intensidad de una fama temprana, hoy lo hace con su nieto cuando los compromisos profesionales la alejan de casa.